Personas sin hogar

Ferran Busquets, exdirector de Arrels: "En la lucha contra el cáncer nadie se da por vencido; contra la pobreza, sí"

Ferran Busquets deja el cargo tras 12 años al frente de la fundación especializada en atender a personas sin hogar

Dormir en la calle en pleno vendaval de diciembre: "No duermes, vives con el miedo dentro"

"He sobrevivido 30 años en la calle gracias a mi perro"

Ferran Busquets, en el Raval de Barcelona.

Ferran Busquets, en el Raval de Barcelona. / robert_ramos

Elisenda Colell

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La fundación Arrels, especializada en atención a las personas sin hogar, es una de las principales entidades sociales en Catalunya. También es la que menos temores tiene a alzar la voz. Pocos más lo hacen, dice, porque eso conlleva un precio. "Es el dinero público, perder oportunidades, que no te inviten, que te ninguneen... Pero las entidades que levantan la voz cambian las cosas", dice Ferran Busquets, que acaba de poner fin a su mandato. Tras su experiencia, reflexiona sobre la evolución de las políticas de vivienda, los consensos rotos, los costes de que nadie duerma en la calle y los miedos del tercer sector.

¿Cómo llega un ingeniero informático a Arrels?

Con el voluntariado. Empecé en el 97, con 21 años, dando clases de informática en la cárcel de Jóvenes de la Trinitat. La clase consistía en ayudarles a escribir cartas a sus novias. Pero me cambiaron los horarios de la universidad y empecé en Arrels. Cuando supieron que era informático me contrataron. Dejé el trabajo en Infojobs y realicé la base de socios y de donantes.

Y en 2012 le nombran director... hasta ahora.

Me marcho porque en el sector social hay este mantra de que los mandatos deben ser cortos, y 12 años son muchos. Hace falta un relevo, tal como marcan los estatutos.

Ferran Busquets, en la sede de la Fundació Arrels.

Ferran Busquets, en la sede de la Fundació Arrels. / robert_ramos

¿Ha cambiado el panorama para las personas sin hogar?

Hemos conseguido una información brutal con las encuestas a pie de calle. También ha cambiado la sensibilidad ciudadana. La sociedad está concienciada de que la gente no está en la calle por su voluntad. Pero este consenso está en riesgo, la ultraderecha trata de revertirlo.

¿En qué sentido?

Usan la idea de que se lo merecen. Una de las cosas que más impactan en la calle es encontrarte a alguien que tiene tu edad. Te reflejas, te preguntas qué habría sido de ti. El problema es que es muy bonito decir que no haya nadie durmiendo en la calle… otra cosa son las herramientas y las implicaciones para hacerlo.

"La gente quiere que nadie duerma en la calle pero gratis, sin esfuerzo. Me parece irreal, incompatible. Hay que decidir qué priorizamos"

¿Qué tipo de implicaciones?

La gente quiere que nadie duerma en la calle, pero gratis, sin esfuerzo. Me parece irreal, incompatible. Hay que decidir qué priorizamos. ¿Queremos una ciudad espectacular o una ciudad espectacularmente social?

Usted ha sido de las pocas voces críticas en el tercer sector, hablando claro.

Arrels levanta la voz independientemente de quien gobierne. Algunos se enfadan más, otros menos. Conocí gente en El Salvador o Nicaragua que se jugaban la vida por hablar claro. Me parece muy fuerte que aquí no lo hagamos. ¿Qué nos jugamos? Me sorprende que sorprenda que en Arrels seamos claros. Aunque claro, tiene consecuencias.

¿Cuáles?

Que sale muy caro. Tener un porcentaje bajo de ingresos de las administraciones públicas facilita mucho poder hablar. El precio es el dinero público, perder oportunidades, que no te inviten, que te ninguneen... Pero las entidades que levantan la voz cambian las cosas.

¿Es un problema del tercer sector?

De la relación público-privada. Hay verdades que molestan; es normal, pero forma parte de la democracia. Yo creo que debemos incidir en el debate público, no para ir a hacer daño sino para explicar la realidad. No puede ser que digas algo y te caiga una que no veas… hay miedo. No estamos acostumbrados a cooperar y a la vez reivindicar. Si Barcelona necesita ‘equis’ y tú haces la mitad, la ciudadanía tiene que poder seguir exigiendo la otra mitad.

"En el tercer sector hay miedo.Debemos incidir en el debate público, no para ir a hacer daño sino para explicar la realidad. No puede ser que digas algo y te caiga una que no veas"

¿Cree que esta última década ha sido perdida?

Se ha hecho trabajo, pero tantas elecciones no nos ayudan. Antes decían que cada cuatro años se debía empezar de cero. Ahora decimos que ojalá que sean cuatro años. Es un drama. Políticamente no sé si tiene sentido, pero en la práctica no es bueno.

¿La situación de las personas sin hogar ha empeorado?

Tras una crisis económica hay más pobreza, y al final la gente termina en la calle. Cada vez hay más personas. Suponer que irá a la baja, sin una respuesta fuerte, es pura fantasía. La gente no desaparece: o encuentran otra vivienda, o van a otro municipio, que es muy difícil, o se mueren.

Ferran Busquets, en la calle Riereta del Raval de Barcelona.

Ferran Busquets, en la calle Riereta del Raval de Barcelona. / robert_ramos

Barcelona dice que actúa en solitario.

Tienen razón, pero exageran. Las encuestas de Arrels apuntan a que la mayoría de la gente que duerme en la calle viene a Barcelona a buscarse la vida. Este proyecto falla y terminan en la calle. Esto ocurre porque Barcelona es una gran ciudad: la gente viene a buscar oportunidades, como siempre ha ocurrido. Es verdad: hace más que el resto de ciudades. Pero también tiene más beneficios por ser lo que es. Es como la gente rica que se queja que paga muchos impuestos.

"La mayoría de la gente que duerme en la calle viene a la ciudad a buscarse la vida. Este proyecto falla y terminan a la intemperie. Barcelona es una gran urbe que hace más que el resto, pero también tiene beneficios por ser lo que es"

¿Barcelona expulsa a personas sin hogar?

Ha ocurrido en algunos asentamientos. Hay reticencia a atender a la gente que viene de fuera. ¿A que no hay un reparto de turistas, o de universitarios, por el área metropolitana? Solo vemos lo que nos interesa. Es como con el empadronamiento: jugamos a la confusión. Si Barcelona tiene 1,7 millones de habitantes debe tener 10 veces más recursos que una ciudad de 200.000 habitantes.

También están los casos de L’Hospitalet o Badalona

Los municipios del área metropolitana deberían tener recursos y no cerrarlos como ha hecho Albiol. Es evidente.

¿Y el famoso plan de la Generalitat que jamás se ha ejecutado?

Empezó hace más de diez años cuando Joan Herrera pidió datos en el Parlament. Vamos acumulando proyectos que se quedan en los cajones, es así.

"Si terminamos con la pobreza tenemos un problema. ¿Quién hace los trabajos que nadie quiere?"

Ustedes ven dos realidades: la de la calle y la de las empresas o filántropos que les donan el dinero. ¿Crece la desigualdad?

Para que las personas dejen de dormir en la calle tienen que estar de acuerdo ricos y pobres, gente que tiene pisos y gente que no, gente que tiene empresas y gente que no. Gente de derechas y de izquierdas. El consenso tiene que ser social. Algunos solo quieren hablar con los convencidos, es un error.

¿Y cómo se hace?

En el mundo social nos falta investigación para saber qué funciona, y esto es lo que me queda pendiente de hacer en Arrels. ¿Hay que expropiar pisos? ¿Hay que construir más? ¿Hay que regular el precio de la vivienda?

¿Y el proyecto de la Renda Básica Universal?

Me supo muy mal que se desestimara, el sector social lo necesitaba, era una oportunidad para ver qué funciona. Nos decían que ‘no funcionaba’. Es que quizá hemos visto que solucionar la pobreza es un problema. Cuando se trata de problemas de ricos sí se hacen todos los experimentos. En la lucha contra el cáncer nadie se da por vencido. En el mundo social sí. Te dicen que entonces la gente no trabajará, pero hay muchos ricos que trabajan, que no se jubilan. La pobreza molesta pero a la vez interesa. Si terminamos con la pobreza tenemos un problema.

¿Cuál?

¿Quién nos sirve un café barato? ¿Quién nos limpia la casa o cuida nuestros mayores para unos precios ridículos? ¿Quién construye las obras? ¿Quién hace los trabajos que nadie quiere?

Y después de dirigir Arrels, ¿qué?

Si puedo contribuir en algo, me gustaría seguir en el tercer sector. Debemos hacer incidencia social para cambiar las cosas en serio. Si puedo poner cosas encima de la mesa sin que me salpiquen, estudios de verdad que impacten en el cambio… entonces vale.

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