Así son las estancias temporales en residencias de mayores

El envejecimiento de la población mundial es un hecho y el caso de España es uno los más notorios. Según el INE, en nuestro país hay más de 9 millones de personas mayores, que representan casi el 20% del total de la población y las cifras van en aumento. Esto hace que, de forma paralela, cada vez más personas dediquen su tiempo al cuidado de estos adultos mayores dentro del hogar. En muchas ocasiones, los cuidadores no son profesionales sino familiares que asumen la responsabilidad de brindar apoyo a su familiar dependiente, sea un hermano, padre, madre, etc. Y, en función del grado de dependencia, esta asistencia puede abarcar desde llevar a la persona a las citas con el médico, ayudarle en el aseo o a realizar tareas domésticas básicas, hasta una atención las 24 horas los siete días de la semana.

Respiro familiar

Pero, ¿qué ocurre cuando el cuidador tiene un imprevisto? ¿Si se presenta alguna situación familiar ineludible? ¿Si enferma? o, ¿si necesita un descanso para aliviar la ‘carga del cuidador’ o disfrutar del verano? Si bien en otros trabajos remunerados hay días libres o periodos vacacionales, el cuidado de una persona dependiente puede convertirse en una obligación difícil de eludir. Precisamente por ello, con el objetivo de ayudar a las familias a conciliar, las residencias para personas mayores DomusVi cuentan con programas de respiro familiar, es decir, estancias temporales especialmente diseñadas para el cuidado de nuestros seres queridos.

La ventaja fundamental de las estancias temporales es que se adaptan a las necesidades de cada familia, que puede escoger los días, semanas o el tiempo que necesite para cubrir la ausencia del cuidador. En el caso de las vacaciones de verano, este tipo de programas permiten a las personas cuidadoras irse de viaje sabiendo que sus familiares no están solos en sus casas, sino bien atendidos y cuidados por profesionales.

Actividades terapéuticas y de ocio

El objetivo de todo el equipo multidisciplinar que trabaja en las residencias DomusVi (terapeuta ocupacional, fisioterapeuta, médico, animadores socioculturales, enfermeros, auxiliares de planta…) es cuidar a las personas mayores en todas sus esferas -física, psicológica, emocional y social- desde el cariño y el respeto que se merecen. Y, por supuesto, este es un propósito que aplica tanto a los residentes permanentes como temporales.

Para alcanzar estas metas, garantizar una atención personalizada al residente temporal y que este se sienta como en casa, en DomusVi cuidan hasta el último detalle. Todo comienza con una valoración de la persona por parte de todo el equipo interdisciplinar a partir de la cual se pautan los planes más adecuados a su perfil. De esta manera, el programa de respiro familiar es doblemente beneficioso. Por un lado “es una solución para el cuidador principal, para que pueda descansar a nivel emocional y físico”, apunta Ivette Pedra, directora de DomusVi Lleida. Por otro, “el cuidado está muy enfocado en las personas mayores que precisan de una atención y unos recursos más concretos”, señala Domingo Inarejos, director del centro DomusVi Regina, en Barcelona.

El residente temporal recibe una atención sanitaria y social de primera calidad, enfocada a fomentar su autonomía, mejorar su calidad de vida y favorecer un envejecimiento activo y saludable, siempre respetando sus gustos, deseos y preferencias individuales. Como si de unas vacaciones se tratase, la persona pasa unos días en un entorno diferente y adaptado donde interactúa con otros usuarios y participa en actividades muy variadas. “A veces la visión de un centro residencial está ligada a un edificio cerrado donde se realizan actividades. En nuestro caso, hay terapias que realizamos todo el año, pero en verano las llevamos a cabo en el jardín, al aire libre, como es la gerontogimnasia”, destaca Inarejos.

Efectivamente, estas estancias permiten a las personas mayores disfrutar de un entorno confortable, seguro y tranquilo, gozando de la compañía de otras personas de su misma edad y similar situación. Con el resto de residentes comparten un tiempo de calidad en el que las terapias y actividades lúdicas y culturales están a la orden del día.

Tranquilidad y comunicación constante

Además, durante el tiempo que dura la estancia, DomusVi garantiza una comunicación fluida con la familia que, en todo momento, recibe información sobre su familiar, puede saber cómo se está adaptando, qué terapias se han pautado o en qué actividades participa.

Estas estancias temporales son, además, “una herramienta con la que cuentan las familias como primer contacto con el recurso residencial ya que, muchas veces, plantearse el ingreso permanente puede dar un poco de vértigo”, explican desde DomusVi Lleida. En este centro “tenemos residentes que vienen de visita a ver al equipo y a los compañeros y nos transmiten su deseo de regresar con nosotros. Ahora mismo, una señora que entró hace un mes para una estancia temporal por recuperación, se encuentra de maravilla aquí y ella misma se está planteando quedarse; ha mejorado su estado físico, pero también sus relaciones sociales, su estado anímico y cognitivo”, resalta Ivette Pedra.