Los jesuitas de Bolivia depurarán responsabilidades por la ocultación de los abusos de Tó en el país andino

La ocultación de los jesuitas durante décadas de las agresiones sexuales en Bolivia de Lluís Tó –sacerdote del colegio Sant Ignasi de Barcelona enviado al país andino a raíz de una condena por abusos infantiles– ha llegado hasta el país andino. Tras la información destapada por este diario y TV3 sobre la correspondencia entre miembros de la orden que acredita que, en contra de lo que siempre han mantenido, sí conocían las agresiones del religioso, los responsables de la Compañía de Jesús en Bolivia han comunicado que son "conscientes de que deben asumir responsabilidades personales" quienes resulten implicados o señalados por la justicia. De momento, los catalanes Ramon Alaix y Marcos Recolons, provinciales en Bolivia durante los hechos, están siendo investigados por encubrimiento.

En un comunicado hecho público esta mañana, la orden, desmarcándose de direcciones anteriores, también lamenta que en su momento -"hace tres décadas"- no se actuara de forma diligente "para evitar situaciones de riesgo para la población vulnerable en sus obras en Bolivia, con la presencia de Luis Tó, quien llegó al país con acusaciones previas y una sentencia por abusos en España".

En este sentido, los jesuitas bolivianos "lamentan profundamente el daño y dolor causado a víctimas de abuso sexual" por miembros de la orden y "reafirman" su apoyo "férreo y permanente" a los supervivientes, así como su compromiso por que estas puedan "alcanzar justicia integral".

Causa en Bolivia

De hecho, la compañía afirma que está colaborando con la justicia a propósito de las denuncias recibidas y está trabajando en acciones preventivas como la elaboración y actualización de protocolos de prevención contra la violencia.

El contenido de las misivas –sobre la gestión del caso Tó e intervenidas el año pasado por la fiscalía en su registro de la Compañía de Jesús– demuestra que los jesuitas enviaron en 1992 a Tó a Bolivia porque era un depredador sexual y que la ordens sabían que en el país andino estaba en contacto con menores y que también había cometido abusos. Tanto es así que, según las misivas intevenidas, fue enviado en 1997 a Perú para someterse a un tratamiento médico debido a su reincidencia.

En Bolivia, la Fiscalía acusa a Marcos Recolons y Ramon Alaix de proteger al sacerdote Alfonso Pedrajas, ya fallecido, quien admitió en sus memorias, según 'El País', haber abusado de al menos 85 menores con el amparo de sus superiores.