Juicio

La falsa médica que ponía silicona en los labios dañó "de por vida" a sus víctimas

La acusada, que niega los hechos que se le imputan, asegura que "todas salían felices y contentas"

El juicio continúa hoy con otra veintena de denunciantes

Juicio a la falsa médico que ponía silicona en los labios en Gran Canaria

Juicio a la falsa médico que ponía silicona en los labios en Gran Canaria

José A. Neketan

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Tras el aplazamiento del juicio en octubre del año pasado a la falsa médica que pinchó silicona en los labios de 37 mujeres en Las Palmas de Gran Canaria al no alcanzar un acuerdo entre las partes, la vista comenzó este martes con el testimonio de 16 de las víctimas que pasaron por sus manos. Según sus testimonios, le aseguraba a su clientela que lo que les inyectaba era ácido hialurónico. Debido a ello, las mujeres alegaron sufrir secuelas "de por vida" a causa de la silicona que les inyectó en los labios. 

El primero en intervenir en la vista fue el abogado de la denunciada, que argumentó que "este es un juicio mediático que desde un primer momento ha sido de dominio público y que ha estado escrito en prensa con multitud de improperios y errores judiciales". El defensor añadió que "no digo que la sala se haya visto influenciada por ello pero sí el Instituto de Medicina Legal", porque en su escrito recogía que lo que inyectaba era silicona y que hubo una inyección inicial, "cuando ni siquiera se ha celebrado el juicio". También impugnó todas las fotografías habidas en el procedimiento "en cuanto a que no se conoce en qué fechas fueron tomadas. Simplemente se aportan". 

Niega los hechos

La falsa médica, quien declaró con las gafas de sol puestas argumentando que tenía problemas con los ojos, «que me arden con la luz»; negó ante la Audiencia de Las Palmas los hechos que se le imputan.

La acusada manifestó que nunca dijo a las mujeres a las que infiltró que fuera médica jubilada o enfermera, aunque tampoco le preguntaban por su profesión. También explicó que el ácido hialurónico que utilizaba se lo traían de Colombia, pero «no tenía que pasar control sanitario» y que las jeringuillas de insulina con las que inyectaba a las mujeres las compraba en la farmacia.

A las preguntas de la Fiscalía, la denunciada negó en varias ocasiones haber pinchado silicona a las afectadas, y aseguró que solo les inyectó ácido hialurónico. "Todas salían felices y muy contentas. Es que no se quejaban", aseguró a la sala. Sobre las mujeres que se pusieron en contacto con ella, la mayoría a través de mensajes de WhatsApp, les decía que se hicieran masajes y que "era lo que había".

También le reconoció al Ministerio Fiscal que carece de titulación reconocida en España, "solo cursos" para ejercer en su país de origen, Colombia.

Sobre el precio de los servicios que ofrecía explicó que cobraba 150 euros por pinchar los labios y 50 euros por el retoque, y que durante sus intervenciones nunca usaba bata, aunque hubo testigos que sí la vieron con ella. 

En el turno de preguntas de su abogado, contestó que ninguna de las chicas nunca fue a su casa a decirle que se encontraba mal. 

Testimonio de las víctimas

En esta primera sesión también prestaron declaración 15 de sus víctimas. Las personas que han presentado denuncia en su contra ascienden a 37, pero eran 23 en el momento en el que se tomó declaración en el juzgado.

La mayoría de mujeres a las que trató la denunciada coincidieron en que llegaron hasta ella por el boca a boca e incluso llegó a acuerdos con algunas de ellas para recibir una comisión de 50 euros por traerle a más clientas. También coincidieron en que muchas fueron tratadas en una habitación de su casa, aunque a otras les practicó los pinchazos en peluquerías y una en un dúplex en el sur.

Sobre el método que utilizaba en su intervención, explicaron que la acusada les enseñaba un frasco de ácido hialurónico. Posteriormente, se giraba hacia el lugar donde tenía el material y cogía una jeringuilla que ya estaba preparada y les inyectaba. 

Cuando alguna de las mujeres que ya empezaban a desconfiar del tratamiento le preguntaba por mensajería instantánea que qué era lo que les había inyectado y ella enviaba una foto del mismo producto que decía haberle inoculado.

Las quince víctimas que declararon ayer manifestaron al tribunal que pensaban que lo que les inyectaba era ácido hialurónico, y que, aunque sabían que acudían a un centro que no era legal, creían que los productos que empleaba sí lo eran. Sobre esta práctica, la inculpada argumentó que lo hacía para ganar tiempo. 

Intervenciones quirúrgicas

También manifestaron muchas de ellas que les comentó que era una médica jubilada, a otras que era enfermera y hasta que trabajaba en su país haciendo estas mismas tareas estéticas. Algunas de ellas afirmaron ver algunos títulos en la pared de la habitación donde se realizaba la intervención. 

Todas coincidieron en que les sorprendía que no se reabsorbiera el ácido hialurónico con el tiempo y que eso, añadido a las secuelas que padecían, como fuertes dolores, deformaciones o la aparición de «bolitas» en el interior de los labios, les hizo desconfiar del tratamiento.

Algunas de estas mujeres han tenido que ser intervenidas quirúrgicamente para extraerse la silicona de los labios, que varios laboratorios confirmaron que era ese producto el que tenían alojado en sus cuerpos, pero siempre padecerán secuelas porque no se puede retirar totalmente, ya que se queda adherida a la mucosa del labio, según explicaron.

La procesada se enfrenta a una condena de 30 años y diez meses de cárcel por un delito de intrusismo laboral y por otros 37 de lesiones por imprudencia grave, que es la pena que reclama la Fiscalía.

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