Sin agua para reproducirse

La sequía reduce a la mitad la actividad del mosquito tigre en Barcelona

La Agència de Salut Pública llama a reforzar la vigilancia en las propiedades privadas con jardines y patios en los que a menudo se recolecta agua

Catalunya vigilará la inminente llegada del mosquito tigre para prevenir casos de dengue

MULTIMEDIA | Las enfermedades que trae el cambio climático

Imagen de archivo de un mosquito.

Imagen de archivo de un mosquito. / PIXABAY

Beatriz Pérez

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La sequía redujo la actividad del mosquito tigre y el mosquito común un 45% en la vía pública de la ciudad de Barcelona en 2023 en comparación con el año previo. Son cifras de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), que identifica cada año los espacios públicos de la ciudad con elementos de riesgo donde potencialmente pueden proliferar los mosquitos y donde pueden representar un problema, con el objetivo principal de eliminar puntos de cría y evitar su proliferación.

Las altas temperaturas, producto de la crisis climática, conllevan por un lado cambios en la estacionalidad de los mosquitos. La temporada se avanza y en ocasiones se alarga. Pero, por otro, la actividad de los mismos se reduce, pues necesitan agua para sobrevivir. 2023 fue el año con menos precipitaciones desde que hay registros y el segundo más caluroso. "Eso hizo que en la vía pública, donde hay menos agua, se redujeran los mosquitos. En las propiedades privadas, donde hay jardines y piscinas, sí hay una proliferación de mosquitos", explica a este diario Tomàs Montalvo, responsable del Programa de Vigilancia y Control de Plagas Urbanas de la ASPB.

Colonizadores de sumideros

Como explica este investigador, la sequía ha disminuido la actividad tanto del mosquito tigre y del mosquito común, las especies más comunes en Barcelona. "En la vía pública, los mosquitos comparten los focos de cría, que son principalmente los sumideros, esas estructuras que vehiculan el agua de la lluvia", explica Montalvo. Que haya menos actividad de mosquitos es "positivo". "Esto implica mejorar el bienestar de la ciudad. Podemos estar al aire libre sin molestias y, además, disminuye la posibilidad de que se transmitan enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya", añade.

El mosquito tigre y el mosquito común son muy similares. El mosquito tigre es más pequeño y tiene el cuerpo negro con una línea blanca en el tórax. El mosquito común es el que nos molesta con un zumbido por las noches. Penetra más en la propiedad privada. El mosquito tigre lo solemos encontrar más en el exterior, como en jardines o en vegetaciones, cerca de focos de agua donde deja sus crías.

Propiedades privadas

Sin embargo, aunque en la vía pública se está reduciendo la actividad de estos insectos, preocupa lo que ocurre en los hogares. Almacenar agua de la lluvia para después regar es una buena medida para hacer frente a la sequía, pero los propietarios deben proteger esos bidones o recipientes con mosquiteras para que no accedan los mosquitos. "No debemos dejar agua accesible para estos insectos", insiste Montalvo.

Aproximadamente el 70% de la actividad del mosquito tigre se da en las zonas exteriores de propiedades privadas. Una hembra puede poner hasta 200 huevos en una semana en pequeños recipientes en los que se acumula agua proveniente del riego o de otras actividades cotidianas que implican su uso, además de la proveniente de la lluvia. Es necesario vigilarlos, retirarlos, vaciarlos o ponerlos boca abajo. Revisar cada 5 o 7 días para no acumular agua es la medida más sencilla y eficaz que se puede aplicar en casa para evitar que el mosquito tigre se reproduzca. Hay que prestar especial atención a los platos bajo las macetas, desagües, cubos, pequeños recipientes y juguetes.

Puntos de vigilancia

Para este año, el Servicio de Vigilancia y Control de Plagas de la ASPB ha seleccionado 82 zonas de riesgo de proliferación de mosquitos para realizar estas tareas preventivas y de control. En 2023, la ASPB revisó 40.633 puntos de vigilancia y control (sumideros, fuentes ornamentales o naturalizadas) en el espacio público, detectó actividad en 248 y efectuó 24.969 tratamientos larvicidas con productos biológicos, que no tienen efectos sobre el medio ambiente ni la salud de las personas.

Por otra parte, recibió y atendió a 143 comunicaciones ciudadanas. En todos los casos se contacta con la persona afectada, se realiza inspecciones en la vía pública, se aplican medidas preventivas, correctoras y de control, si es necesario, y se hace seguimiento continuado hasta la resolución. En las inspecciones realizadas en 2023 se detectó alrededor de un 11% de actividad. Los meses con mayor actividad fueron mayo y octubre.