Balance de 2023 en Catalunya

Proyecto Hombre atiende a un millar de familias de adictos: "Los padres nos sentimos totalmente solos"

Las personas con adicciones tardan una media de 18 años en iniciar un tratamiento

La cocaína y el alcohol son las principales adicciones en adultos mientras que cannabis y pantallas lo son en jóvenes

Projecte Home atiende a familiares de personas con adicciones: “Los padres nos sentimos totalmente solos”

Laura Fíguls /ACN

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Proyecto Hombre Catalunya atendió a 1.553 personas en 2023 en los programas de atención y tratamiento de las adiciones en sus ocho centros, un 4,5% más que el año anterior, según el informe anual de la entidad. Además, atendió a 1.131 familiares y amplió el trabajo en este colectivo, en el que las mujeres representan el 65%. "Los padres nos sentimos totalmente solos", explica Margarita, madre de un chico que acudió a Proyecto Hombre por una adicción a la cocaína. Esta droga sigue siendo la principal sustancia que motiva el inicio del tratamiento (45% de los casos) en los adultos, seguida por el alcohol (42%). De media, pasan 18 años de consumo antes de empezar el tratamiento en la entidad.

Las familias juegan un papel fundamental en las adicciones. Son un posible factor de prevención y, también, de protección a la hora de identificar situaciones de riesgo y posibles recaídas en el consumo o para establecer límites saludables. Además, son un factor de soporte emocional, económico o de acompañamiento en el tratamiento y una motivación para promover el cambio.

Proyecto Hombre atendió en 2023 a 1.533 personas con adicciones, un 4,5% más que el año anterior

"Los familiares a menudo son los primeros que se dan cuenta de que hay un problema y, por tanto, son los primeros que intentan buscar una solución", indica Neus Canals, directora de Projecte Home Catalunya, que este miércoles ha presentado su informa anual. "Son personas que también necesitan atención; sufren en primera línea los efectos de lo que significa la adicción”, advierte.

Esta entidad abrió recientemente el Servicio de Orientación Familiar y Terapéutico (SOFT), destinado a familiares de personas con adicciones que, por su motivo, no están en disposición de iniciar un programa de tratamiento. "Teníamos muchas demandas de familias desesperadas que nos venían a pedir ayuda porque no sabían qué hacer con su situación y vimos que eran personas que también había que atender de forma específica", explica Canals en declaraciones que recoge la entidad en una nota de prensa.

El 35% de los afectados tienen una patología dual; es decir a la adicción se suma un problema de salud mental

El servicio ofrece sesiones grupales con otros familiares en los que se tratan temas como la información sobre las adicciones, la gestión de las emociones, la comunicación familiar o la resolución de conflictos. El SOFT comenzó con una prueba piloto el pasado año y ha atendido a 34 personas.

Colectivo feminizado

Aparte de este nuevo servicio, Proyecto Hombre lleva a cabo el Espacio Familias, que atendió a 1.131 personas en 2023. Se trata de un servicio que también quiere ser un espacio de autocuidado y de intercambio de experiencias, en este caso destinado a los familiares y otros acompañantes de las personas que ya están en tratamiento en los distintos programas y servicios de la entidad.

"Llega un punto de no retorno en el que dices que, si no buscamos ayuda, tendrás que cerrar la puerta de casa"

Madre de un adicto

Las personas que acompañan a las personas con adicciones son un colectivo muy feminizado: dos de cada tres son mujeres. Por parentesco, predominan las madres, un 30% del total; seguidas de los hermanos/as (20%); los padres (17%) y la pareja (16%). La mayor carga de las mujeres en los cuidados familiares en la sociedad se reproduce también en el caso del acompañamiento de las personas con adicciones.

Los hombres acuden más a desintoxicación por cocaína y las mujeres por adicción al alcohol

La mayoría de familiares son personas de mediana edad o edad avanzada. Concretamente, la mitad tiene entre 45 y 64 años; un 25% es mayor de 65; un 22% tiene entre 25 y 44 años y un 3%, menos de 25. Incluso existen numerosos casos de personas de más de 80 años y también otros de menos de 20.

El perfil de los adictos

Entre las personas adultas atendidas en 2023, el 79% son hombres y el 21% mujeres; una cifra que muestra las dificultades que todavía tienen las mujeres para acceder a los tratamientos. La media de edad es de 42 años. El 35% de las personas atendidas tienen una patología dual -tienen diagnosticado un trastorno mental además de la adicción-, con mucha mayor frecuencia en las mujeres (60%) que en los hombres (29%).

En cuanto a la sustancia o conducta adictiva que provoca el ingreso en el programa de tratamiento, la cocaína sigue siendo su principal sustancia, en cerca de la mitad de los casos (45%). El alcohol confirma el incremento progresivo y sostenido en los últimos cinco años, ligado a un leve descenso de la cocaína (42%). A mucha distancia, se encuentran el cannabis (4,1%), la heroína (3,1%) y las adicciones comportamentales (2,3%).

En la rueda de prensa para presentar el informe, Canals ha advertido de que el alcohol es una sustancia "socialmente aceptada y con muy poca percepción de riesgo". “Está bien visto. Todavía tienes que justificar por qué no tomas la copa. Es muy accesible: es legal, económico y al alcance de todos. Entendemos que estos factores facilitan su consumo y, por tanto, sus consecuencias negativas”, ha añadido.

La entidad precisa que, aunque existe una sustancia o conducta adictiva que es la que genera la demanda de tratamiento, en la mayoría de las personas atendidas se observa un patrón de consumo de varias sustancias a la vez. También observa importantes diferencias en los patrones de consumo entre hombres y mujeres. Así, en los varones la cocaína es la sustancia principal para un 47% de los casos y el alcohol lo es en un 39%. La situación se invierte en las mujeres, entre ellas el alcohol es la sustancia principal para un 53% y la cocaína, en un 40%.

El cannabis y las pantallas, mayoritario entre jóvenes

En cuanto al Proyecto Joven, el programa que atiende a adolescentes y jóvenes con consumo de sustancias, abuso de tecnologías y otras conductas de riesgo, el 83% de las personas atendidas en 2023 eran chicos y el 17%, chicas, con una media de edad de 20 años.

El cannabis es la principal sustancia que motiva la demanda de ayuda en un 55% de los casos. En segundo lugar, se sitúan las adicciones comportamentales, como son el abuso de pantallas, videojuegos y apuestas online (16%) y después la cocaína (14%) y el alcohol (12%).

Existen diferencias importantes entre el colectivo de adolescentes (17 años o menos) y de jóvenes (18 años o más). Entre los adolescentes, el 92% de los casos son por consumo de cannabis mientras que el 8,3% restante lo es por adicciones comportamentales. En cambio, en los jóvenes el cannabis representa el principal motivo de consulta en el 48% de los casos, con mayor presencia de las adicciones comportamentales (17%), la cocaína (16%) y el alcohol (14,5%).

Proyecto Hombre destaca que, en la mayoría de estos casos, el consumo de sustancias u otras conductas adictivas suele ser la cara visible de otras situaciones como relaciones conflictivas con la familia, aislamiento social o conductas sexuales de riesgo, entre otros. El 43% de los jóvenes atendidos sufren una patología dual.

Las familias: "Nos han enseñado a caminar a su lado"

Margarita es la madre de un chico de 27 años que hace dos llegó al Proyecto Hombre por una adicción a la cocaína, aunque consumía esta y otras sustancias desde hacía tiempo. Explica que uno de los momentos más complicados es antes de pedir ayuda: “Los familiares somos conscientes de que hay un problema, pero no sabemos su gravedad. Empiezan a salir deudas, noches sin aparecer y es cuando ves que hace falta más que las palabras de cariño. Es necesario pedir ayuda. Llega un punto de no retorno en el que dices que, si no buscamos ayuda, tendrás que cerrar la puerta de casa”.

Entonces, comienza otro camino, el de encontrar la ayuda. “Los padres nos sentimos muy solos. Primero vas a los centros sanitarios, que derivan en el CAS (Centro de atención y seguimiento a las drogodependencias), que da una visita mensual. Los centros tienen limitaciones y los padres desconocemos qué recursos hay para ayudar a sus hijos”, expone a los periodistas, después de la rueda de prensa. Aunque al principio no quería acudir a Proyecto Hombre, el hijo ha dejado el consumo y ha recuperado la vida después de dos años: “Está muy ilusionado. Era uno de esos aviones en la pista esperando para despegar y ahora lo ha hecho”.

“Como padres también teníamos parte de resistencia a la hora de entender la enfermedad. Es muy fácil poner la etiqueta de adicto y como padres no queremos que se les ponga, en la escuela, en el trabajo o en el barrio. Por eso a veces tapamos y callamos y esto hace crecer el problema, al menos en mi caso”, explica sobre cómo afrontaron la situación al inicio, y continúa: “Nos han enseñado a caminar a su lado”. Ahora, esta familia se está reencontrando: “Es una persona distinta y él dice que nosotros también hemos cambiado. Nos estamos redescubriendo y está siendo un momento hermoso”.

"Ahora soy feliz"

Anabel llamó a la puerta de la entidad hace un año por una adicción al alcohol, a los psicofármacos y a la cocaína. "Tengo fibromialgia y me excusaba para tomar de todo", dice. Cuando un día el hijo pequeño le reprochó la adicción, Anabel recibió un guantazo de realidad y decidió que no quería seguir consumiendo.

Un año después, se encuentra en una fase avanzada de la reinserción; trabaja en un trabajo que le apasiona y mantiene la terapia semanal. Por eso, anima a otras mujeres con adicciones a pedir ayuda: “La mujer consume, pero lo hace más escondida. Tienen miedo y no lo dicen”. Y sobre cómo se encuentra ahora, resume: "Ahora soy feliz, y antes no lo era".