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Gloria Lomana: "Necesitamos más mujeres en el poder, porque el poder es transformador"

Tras abandonar la tele, la periodista dirige ahora una consultora donde promueve el liderazgo femenino

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Entrevista a Gloria Lomana , Presidenta de '50&50 Gender Leadership' , consultora dedicada a promover el liderazgo femenino.

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FOTO Y VIDEO: DAVID CASTRO.

Juan Fernández

Juan Fernández

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Ejerció el periodismo de primera línea en las calles, los platós y los despachos, entrevistó al ‘who is who’ de la vida pública española de las últimas tres décadas, y hace cuatro años, después de haber dejado los informativos de Antena 3 que estuvo dirigiendo durante más de una década, fundó ‘50&50 Gender Leadership’, una consultora con la que quiere animar a las mujeres a dar el paso y liderar el mundo. Su preocupación, y su ilusión, son las jóvenes. “Vienen con el gen de la igualdad incorporado al AND”, asegura. 

¿El poder sigue siendo un espacio vedado para las mujeres?

Llegar arriba cuesta. No es que cueste, es que todavía no se produce. Las mujeres tenemos que esforzarnos muchísimo más para conseguir posiciones de poder y llegar al 'top'. Las chicas estudian mejor, hacen más cosas, son más, terminan las carreras en tiempo récord, tienen los mejores currículums, entran al mercado laboral destacando, pero luego acaban rompiendo sus carreras y no llegan a las posiciones que tienen los hombres. 

¿A qué se debe?

Todo esto sería distinto si tuviéramos en esas posiciones destacadas, en condiciones de igualdad, a más mujeres. Porque el poder es transformador. Por eso necesitamos ver más mujeres en el poder. Necesitamos que se vea el alma con el que las mujeres trabajamos, hablamos, actuamos y nos identificamos unas a otras. 

¿El hombre se resiste a ceder el poder?

En cualquier actividad de la vida, siempre tiene que haber quien tome decisiones, y las decisiones últimas se toman arriba. Es lo que llamamos ejercer el poder. Esa posición de privilegio la han ejercido siempre los hombres y, voluntariamente, no han querido cederla hasta ahora. Hoy sigues encontrando a hombres resistentes, e incluso a algunos que dicen que tienen miedo a las mujeres. ¿Perdona? A esos hombres les digo: piensa en tu hija y verás que lo que quieres para ella es igualdad de oportunidades, respeto y seguridad. Hablamos de mismo salario en igualdad de competencias con el mismo trabajo, hablamos de todas esas brechas que permanecen todavía. 

Esa posición de privilegio del poder la han ejercido siempre los hombres y, voluntariamente, no han querido cederla hasta ahora

¿Sigue existiendo el techo de cristal?

Claro que sí. Y existe una inercia a pensar que las mujeres tienen un liderazgo más débil. Se duda de que puedan liderar porque se las se consideraba más emotivas, incluso lloronas, y que no podían aplicar esa verticalidad con la que se actuaba hasta ahora. Pensemos de dónde venimos. No olvidemos que una señora como Margaret Thatcher, apodada 'La Dama de Hierro', fue al logopeda porque quería que su voz sonase más masculina. Esto ha pasado hasta hace nada, ese es el mundo del que venimos. 

Entrevista a Gloria Lomana , Presidenta de '50&50 Gender Leadership' , consultora dedicada a promover el liderazgo femenino.

Entrevista a Gloria Lomana , Presidenta de '50&50 Gender Leadership' , consultora dedicada a promover el liderazgo femenino. / David Castro

¿Qué opina de los ‘precipicios de cristal’? ¿Tiene la impresión de que se acude con más frecuencia a las mujeres para que lideren cuando hay que dirigir situaciones difíciles?

Sí, llaman a las mujeres cuando necesitan soluciones porque somos unas solucionadoras natas. Se utiliza a las mujeres en momentos complicados, sí, pero creo que al final no caen al precipicio. Quien cae es la empresa, o quien ha tomado las decisiones tarde, o quien ha utilizado a una mujer como solución cuando ya no había solución. Las mujeres tenemos una resiliencia impresionante. Si estuviéramos incorporadas a las organizaciones en igualdad de condiciones con los hombres desde el principio, no se darían esas situaciones ni esos precipicios. 

Cuando una mujer recibe una de esas propuestas envenenadas para dirigir una organización que hace aguas, ¿deberían decir que no?

Creo firmemente en las mujeres que no se dejan tutelar y que saben elegir su momento, que dirigen sus carreras. Las mujeres tenemos que hablar con voz más clara y pedir nuestro sitio. Normalmente, pedimos menos promoción profesional, menos salario, como pensando que, si reclamamos esos espacios, quizás se molesten porque no nos los han dado nunca. Todo lo que las mujeres tenemos, lo hemos conseguido a base de conquista y pelea, todo el tiempo. 

Las mujeres tenemos que hablar con voz más clara y pedir nuestro sitio

¿Las mujeres lideran diferente a como lo hacen los hombres?

Si lo planteamos así, induce un sesgo que no me gusta. A mí me gustaría pensar que no hay liderazgos femeninos ni masculinos. Pero he de reconocer que la historia está ahí para que la analicemos. Y quienes han gobernado de manera vertical, los del ordeno y mando, han sido siempre los hombres. Las mujeres no estaban en la esfera pública, sino reservadas a la esfera privada, donde escuchaban, meditaban, tendían esa mano y eran las CEO de esas micropymes que son las familias tradicionales. Nos han educado así, tenemos una tendencia natural a ponernos en la posición de los otros y tender la mano. No actuamos con testosterona ni con improntas rápidas, tenemos una mirada más pausada e intentamos siempre buscar el beneficio de todos los equipos. ¿A eso le llamamos liderar en femenino? Digamos que ahora se lidera así, y así lo hacemos las mujeres, y está siendo bien acogido por los hombres inteligentes. Deseo que llegue un tiempo en que no tengamos que etiquetar ni distinguir entre liderazgo femenino y masculino porque los hombres también lideren así. 

¿Ese momento ha llegado ya?

Tengo clarísimo que las mujeres tenemos una manera de liderar más acorde a este momento histórico. La sociedad de hoy demanda liderazgos humanistas, que es lo que las mujeres hemos hecho toda la vida. Tenemos una forma de actuar y de liderar, eso que ahora se denomina 'soft skills', que no son habilidades débiles, pero sí más blandas, que buscan acercarnos para empatizar conectar, escuchar y mediar. Allá donde median las mujeres, la paz es más duradera. El liderazgo empático y de cercanía es lo que está reclamando hoy la sociedad.

Entrevista a Gloria Lomana , Presidenta de '50&50 Gender Leadership' , consultora dedicada a promover el liderazgo femenino.

Entrevista a Gloria Lomana , Presidenta de '50&50 Gender Leadership' , consultora dedicada a promover el liderazgo femenino. / David Castro

Cada vez hay más altas ejecutivas que renuncian al cargo porque se sienten quemadas. ¿Qué opina?

Seguimos hablando de conciliación cuando deberíamos hablar de corresponsabilidad, y esto no lo hemos asumido todavía. Esas obligaciones, esa carga, ese sentimiento de culpa por no llegar a todas las obligaciones que la mujer cree que tiene que atender, es lo que hace que muchas renuncien. Lo digo con un sentimiento de tristeza. Esta es la gran asignatura que tenemos pendiente como sociedad, no la conciliación, sino la corresponsabilidad, el reparto de tareas. Hasta ahora, quienes más han renunciado profesionalmente para atender a las familias han sido las mujeres. Esto tiene que ver los modelos de vida que seguimos en la familia, en la escuela, en los trabajos. ¿Por qué en las guarderías solo hay mujeres? ¿Por qué es una mujer la que viene a ayudar a casa o la que cuida del abuelo? Esos roles se siguen perpetuando, y eso lo ven los niños y las niñas desde los cero hasta los seis años, que es cuando definen por completo su personalidad. 

Allá donde median las mujeres, la paz es más duradera. El liderazgo empático y de cercanía es lo que está reclamando hoy la sociedad

Esto se arregla con educación, con cuotas, con leyes, con más ministras…

Todo influye. La educación hace mucho, porque las mujeres hemos sido educadas desde niñas para gustar y los niños han sido educados para triunfar. Por eso, luego, en el mundo laboral, ellos se sienten en su hábitat natural y las mujeres renuncian con más facilidad. Y por eso debemos reforzar la autoconfianza de las chicas, y decirles: no tienes que pedirte tanto, eres perfecta aunque no estés al 120% en todo. Cuando a una mujer le ofrecen un trabajo, a veces se pregunta por qué, y duda si lo va a hacer bien. Los hombres, en cambio, sienten que ese trabajo está hecho para ellos. Las mujeres nos exigimos cumplir al 100% y un hombre acepta estar al 50%.

Dirige una institución que se llama 50/50. ¿Cuándo dejará de tener sentido plantear ese número porque la igualdad sea ya una realidad?

El Foro Económico Mundial habla de más de un siglo de brecha, pero tengo claro que las mujeres no vamos a esperar cien años para ocupar nuestro sitio. Esto es una revolución imparable, es la revolución cultural del siglo XXI. Requiere un cambio de mentalidad, y cambiar las mentes es siempre lo más difícil, pero estamos en ese proceso, y es imparable. Lo estamos interiorizando en las instituciones, en las empresas, en las familias, en las relaciones personales. Las chicas de hoy llevan en su ADN el gen de la igualdad. Es que ni lo discuten, lo tienen clarísimo. 

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