Oriol Segarra: “No tenemos un problema de material, sino más bien de uso”

-¿Como nació su preocupación por el impacto negativo que tienen los envases de un solo uso en el planeta?

-Nací y crecí en Calella (Maresme) y desde pequeño hice deportes acuáticos… En la universidad comencé a viajar y a practicar surf y eso me hizo descubrir una conexión con el medioambiente. Al finalizar ingeniería, descubrí una organización en Holanda que estaba haciendo tecnología para limpiar los océanos y buscaban un ingeniero en prácticas, así que apliqué y tuve la oportunidad de trabajar con ellos seis meses. Ahí es donde entendí que el problema no es el plástico en sí, sino nuestro modelo de consumo lineal. Un modelo que debemos redirigir hacia otro modelo de consumo circular, donde dejemos atrás el concepto de residuo y solo hablemos de recursos. 

-¿Esa experiencia laboral en Holanda le cambió?

-Completamente. Me obsesioné con el tema. Primero intenté vivir mi día a día sin residuos, pero rápidamente me di cuenta de que eso no lo podría hacer la gran mayoría de la población; necesitábamos soluciones a escala que pudiera usar la gente que no tiene tiempo para cocinar o ir a hacer la compra.

-Y ahí surgió tu idea de empresa. ¿En qué consiste?

-Bumerang quiere llevar la reutilización que se hacía en España hace 70 años a los patrones de consumo de hoy. Sabemos que el problema principal de reutilizar envases es retornarlos para que puedan ser reutilizados. Por eso un punto clave de Bumerang es que nos somos un envase o una aplicación móvil, somos un sistema. Como usuario de nuestro sistema puedes retornar envases en cualquier punto de la red que esté dado de alta en Bumerang. Y a día de hoy tenemos más de 150 puntos disponibles por toda la Península Ibérica e islas. 

-¿Cuáles son algunos de esos puntos?

-Bumerang está disponible en más de 70 restaurantes y cafeterías de Barcelona, Madrid, Coruña, Mallorca y otras ciudades. También estamos presentes en más de 100 comedores de colectividades. Es en este sector donde hemos encontrado nuestra mayor tracción: A día de hoy los trabajadores de grandes empresas de nuestro país utilizan Bumerang para comer de pícnic.

-¿Qué impacto medioambiental tiene vuestro servicio?

-Es muy alto. Cada envase Bumerang puede evitar 200 envases de un solo uso o el equivalente a 90kg de dióxido de carbono.

-¿Y cómo ayudáis a que los envases sean devueltos?

-Mediante un código QR, que identifica cada envase, y que se tiene que escanear antes de podértelo llevar. Una vez escaneado, tú eres su propietario por 15 días, sin ningún coste añadido. Si te pasas de esos 15 días, te cobramos un depósito, como en los festivales, el cual se te devuelve una vez retornes el envase. A día de hoy tenemos una media de tiempo de retorno de los envases de cuatro días. 

-¿Cómo repercute este modelo de negocio en vuestros clientes?

-Al estar sustituyendo un envase de un solo uso por uno reutilizable, queríamos que los restaurantes) tuvieran la mínima fricción a nivel financiero. Así que cobramos solo por aquellos envases que tú utilizas, es decir, aquellos que entregas a un cliente que viene a buscar comida o bebida a tu local.

-¿Percibe cierto cambio de mentalidad con relación a los productos de un solo uso?

-En los últimos años los activistas hemos generado un rechazo hacía un material en concreto, el plástico, porque es el más visible y permanente en el medio ambiente. Pero hemos fallado en acentuar que el problema no es el plástico, sino los plásticos de un solo uso y todos aquellos envases que sean de usar y tirar. 

-Y eso ha generado la sustitución de muchos envases de plástico por otros de cartón. 

-Sí. Sin embargo, a día de hoy tenemos el mismo problema, pero de color marrón. Parece que, por el simple hecho de no usar plástico, la gente ya está contenta o cree que así no contamina. Pero es un error. Porque ese cartón está tratado, ha pasado por un proceso productivo, ha sido transportado desde un bosque donde estaba capturando dióxido de carbono… Todo este proceso se ahorra poniendo un Bumerang en el lavavajillas, aunque ese sea de plástico. Ahora mismo estamos intentando comunicar y educar en esa dirección: No tenemos un problema de material, tenemos un problema de uso.