Crisis hídrica en Catalunya

La sequía no remite: el pantano Darnius-Boadella (Empordà) llega al umbral de la emergencia

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El Govern estudia ampliar el pantano de Boadella para luchar contra la sequía

Darnius 02/11/2021. Estado del pantano de Boadella-Darnius, con muy poca agua. Autor: David Aparicio

Darnius 02/11/2021. Estado del pantano de Boadella-Darnius, con muy poca agua. Autor: David Aparicio / David Aparicio

Guillem Costa

Guillem Costa

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Las reservas de los embalses suelen menguar cada verano. Sin embargo, esto solo supone un problema cuando el punto de partida ya es endeble. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido este año, marcado por la sequía en Catalunya. Las lluvias de mayo y junio dieron un pequeño alivio, pero la escasez de lluvias ha provocado que el estado de los pantanos se haya reducido considerablemente en apenas dos meses.

El ejemplo más claro de esa tendencia general es el embalse Darnius-Boadella, que en las últimas horas ha bajado hasta el 17,97% de su capacidad. En concreto, en este pantano del Alt Empordà ahora mismo se almacenan 10,98 hm³ de agua.

La emergencia técnica no implica que los pueblos dependientes del pantano vayan a sufrir nuevas restricciones

Esto equivale al agua que cabría aproximadamente en ocho estadios de futbol como el Camp Nou si se pudiesen llenar como un recipiente. Si, al contrario de lo que ocurre a día de hoy, Darnius-Boadella embalsara el máximo de agua posible, se podrían llenar casi 50 campos como el del Barça.

Según ha podido saber EL PERIÓDICO, cuando las reservas de Darnius-Boadella se sitúan por debajo de 11 hm³ se considera que la unidad hidrológica entra en "emergencia técnica". Esto no significa que los pueblos que se abastecen de este pantano vayan a entrar en la fase de emergencia del plan de sequía. Es decir, no tiene por qué declararse el escenario de semáforo rojo, aunque tampoco se descarta que esto pueda pasar.

Para que se declare la emergencia, como ocurrió con los pueblos que beben del acuífero Fluvià-Muga, también en el Alt Empordà, se requiere una reunión de alto nivel del comité permanente de la sequía. Si se tomara esta decisión, después debería recibir el visto bueno del Govern y luego, se comunicaría a los afectados.

¿Luz roja?

Fuentes de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) aseguran que por mucho que el pantano haya entrado en emergencia técnica, antes de decretar nuevas restricciones y encender la luz roja, se deben tener en cuenta varios factores. En el caso de este pantano, por ejemplo, hay dos elementos muy importantes. El primero: la campaña de riego de los agricultores casi ha terminado, por lo que no se necesitarán grandes cantidades de agua del pantano. El segundo: este pantano abastece a municipios con mucho turismo, pero el consumo de agua de los turistas acabará en breve, porque la temporada alta estival también llega a su fin.

Lo que se debe determinar, insisten estas fuentes de la ACA, es si la declaración de emergencia es útil o no para ahorrar agua y evitar así que las reservas del embalse se sigan reduciendo. Solo si la respuesta a esta duda es "sí" tendría sentido activar la medida. De todas formas, si se llegara a plantear, no sería hasta septiembre, como ya adelantó este diario.

La realidad es peor de lo que indicaban los pronósticos más pesimistas sobre cómo estaría el pantano en verano

El embalse Darnius-Boadella prácticamente no ha recibido aportaciones de agua, por las escasas lluvias. Y el calor tampoco ha ayudado. Ante este hecho, las existencias se redujeron de forma drástica en poco tiempo. La actual, por lo tanto, es una coyuntura que no se preveía cuando se decidió cómo repartir el agua en la comisión de desembalse. La realidad ha sido peor de lo que indicaban los pronósticos más pesimistas sobre cómo estaría el pantano en agosto. Ahora, como sucede con el resto de pantanos bajo mínimos, solo queda confiar en unos meses de septiembre, noviembre y octubre más lluviosos de lo habitual.

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