Tenerife

Seis bulos sobre los incendios que resurgen de las cenizas

El monte sucio, la base de hidroaviones o la repoblación inmediata son algunos de los mitos que inundan las redes cada vez que se origina un fuego en Canarias

El fuego calcina uno de los miradores más famosos de Tenerife

Atlas

Verónica Pavés

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Ni el monte está sucio, ni 

Canarias 

necesita una base de hidroaviones. Tampoco convivimos con cientos de pirómanos que aprovechan la finalización de las olas de calor para urdir un plan de quema masiva del monte ni se necesita una repoblación inmediata de los bosques para mitigar el terrible daño que genera un

incendio

Durante años se ha insistido de manera recurrente en que no es necesario limpiar los montes y que los helicópteros son mucho más efectivos para apagar fuegos en la orografía canaria. Sin embargo, la indignación que provoca entre la población la negativa a cumplir con sus expectativas alienta la propagación de ciertos mitos que han calado entre los canarios y que siguen emergiendo con cada nuevo incendio.

Cada vez que se produce un nuevo incendio vuelven a resurgir de sus cenizas una serie de bulos. Las

redes sociales

, grupos de whatsapp o tertulias entre amigos reviven viejos bulos que se entremezclan con algunos nuevos. Y mientras las redes se inundan de preguntas inquisidoras hacia los gobernantes, la respuesta de los técnicos pasa desapercibida.

1. «El monte está sucio».

El mito de que el monte está sucio debido a la acumulación de las hojas secas de pino (pinocha) es quizás el más extendido entre la población canaria. Cuando un nuevo incendio se produce en el corazón de las Islas, sus densos y verdes bosques de pinar, lo primero que se viene a la cabeza de los canarios son las grandes extensiones de pinocha que cubren la mayor parte del bosque. Por su alta capacidad de combustión –son hojas secas– se considera que pueden recrudecer los incendios, y sin embargo, su desaparición podría provocar muchos más daños que los que genera de manera puntual durante los fuegos. Así lo destaca Jaime Coello, biólogo de la Fundación Telesforo Bravo, que insiste en que «el bosque no es un jardín, y por tanto ni está sucio ni se limpia». Como explica el científico esta capa de pinocha es también la que conserva la biodiversidad del monte. «La pinocha es un síntoma de que el bosque está sano», recalca, por su parte el biólogo de la Asociación Fénix Canarias, Víctor de León. El pinar canario, como destaca Coello, es fruto de «una evolución de miles de años y todo cumple un papel». En el caso de la panocha es el de proteger el suelo para mantenerlo húmedo, así como albergar ciertos microorganismos, como líquenes. 

La pinocha juega un papel fundamental en la biodiversidad pues sirve de refugio y protege el suelo

2. Prohibido recoger pinocha

Una variante de este mito que culpabiliza a la pinocha de la virulencia de los incendios es la recurrente denuncia de que no se puede acudir a recogerla. Hasta mediados del siglo XX, los canarios solían acudir a los montes de la isla para recoger pinocha que utilizaban como lecho para sus animales, calentar las casas o hacer de comer. Pronto la isla quedó esquilmada y se tuvieron que poner en marcha ciertas medidas para recuperar la biodiversidad forestal. Desde entonces, cualquier vecino puede solicitar recogerla a las instituciones. Este permiso se pide, en parte, para facilitar la gestión forestal, pues es una forma de enfocar la retirada de pinocha donde es más necesario. Lo ideal, como incide Bravo, sería eliminarla de los bordes de las carreteras y los cortafuegos, pero nada más. 

3. Hidroaviones.

En los últimos días, varios aviones amarillos han sobrevolado los cielos de Tenerife. Los isleños han podido oír el estridente sonido que dejan a su paso hasta el muelle o la playa, donde recargan agua antes de poner rumbo de nuevo hacia la cumbre y soltarla. Los aviones anfibio –mal llamados hidroaviones– llegan desde la Península y son muchos los que se preguntan por qué Canarias no puede contar con una base permanente de hidroaviones. La respuesta está en su coste-beneficio. «En Canarias vale más la pena tener ocho helicópteros contraincendios que un hidroavión», escribe el ingeniero forestal y el director técnico de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo en sus redes sociales.

Y es que, pese a que estos recursos de extinción de incendios pueden descargar más agua que un helicóptero de una sola sentada, en Canarias su principal problema es la orografía y la falta de grandes embalses. Por un lado, la escarpada orografía de Canarias complica las maniobras en ciertos lugares como barrancos. «Adentrarse en ciertas zonas sería muy peligroso para el piloto de un hidroavión y, sin embargo, desde un helicóptero se puede hacer con facilidad», destaca León. Tampoco es favorable su lejanía del lugar de recarga (el mar) ni le vale cualquier playa para hacerlo. «Coger agua de una playa del norte de

Tenerife

podría ser peligroso», añade León. La última razón que esgrimen los expertos es que las «descargas frecuentes» para humedecer el perímetro son más efectivas que una sola gran descarga. Un avión anfibio puede tardar entre 15 y 20 minutos entre carga y descarga. 

El motivo por el que Canarias carece de una base de hidroaviones es su coste-beneficio

4. Piromanía extendida

Tras el comienzo de un incendio suele ser común que la población achaque el inicio de un fuego a un «loco» o un «pirómano» que quiere acabar sistemáticamente con la isla. La realidad es que hasta el 90% de los incendios en Canarias ocurren de manera accidental y son casos muy concretos –como el del conocido pirómano de Los Realejos recientemente puesto a disposición policial– los que suceden por esta razón. «Es más común que ocurran por despistes o como consecuencia de una mala educación ambiental», asegura León. 

5. Reforestación veloz

Un incendio forestal deja, a su paso, una lúgubre estampa. El verdor que antes colmaba el monte es desplazado por negras cenizas que hacen rememorar, como una punzada en el corazón, el terrible daño del incendio. Ante esta desoladora imagen parece que la solución es reforestar para volver a proporcionar al bosque la alegría que ha perdido. «Después de un incendio no es el momento de repoblar», recuerda el biólogo de Fénix Canarias. Lo ideal, como insiste, es conservar el suelo y observar la regeneración natural. «También se pueden llevar a cabo ciertos trabajos destinados a evitar la pérdida de suelo durante el periodo de lluvias, por ejemplo», resalta el investigador. 

6. ¡Nos quedamos sin luz!

Además de los bulos habituales, en esta ocasión también se ha compartido mucho una captura de pantalla de Instagram que reza: «El fuego se está acercando a la central eléctrica de la Victoria, podría provocar que la isla se quede sin luz en las próximas horas, se recomienda cargar móviles…además de comprar linternas y velas». La empresa encargada de la generación eléctrica, Endesa salió ayer a desmentirlo asegurando que «el fuego no amenaza a ninguna de las dos centrales eléctricas de Tenerife». Asimismo insistió en que la isla cuenta con generación eléctrica normalizada y «tampoco ha habido que cortar el suministro de ninguna de las líneas de distribución de electricidad». 

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