La batalla ambiental

La nueva regulación implica al sector privado en la protección de la biodiversidad

La inversión dedicada al cuidado de la naturaleza debe triplicarse de aquí a 2030 para poder contener las emergencias que amenazan el equilibrio del planeta

aguilucho cenizo y un tritón del Montseny

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Gloria Ayuso

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La inversión dedicada al cuidado de la naturaleza debe triplicarse de aquí a 2030 para poder contener las emergencias que amenazan el equilibrio del planeta, como indica el informe “El estado de las finanzas de la naturaleza” del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Foro Económico Mundial. En 2020 el presupuesto conjunto de gobiernos, empresas e instituciones financieras dedicado a la preservación de la biodiversidad ascendía a 133.000 millones de dólares anuales.

Este presupuesto contrasta con el impacto económico de la pérdida de biodiversidad en el planeta: el colapso de determinados ecosistemas clave tendrá un coste de 2,7 billones de dólares anuales para el año 2030, dos veces el PIB de España, según el Banco Mundial.

Además de destinar cuantiosos fondos públicos, la normativa europea implica de forma directa al sector privado en el aumento necesario de la inversión: las grandes empresas y las pymes cotizadas deberán presentar a partir de 2024 y 2026, respectivamente, un informe de sostenibilidad para identificar, evitar y remediar el impacto en el medio tanto de sus actividades como las de su cadena de suministro.

Esta medida busca actuaciones como la de Iberdrola en su planta fotovoltaica de Núñez de Balboa (Badajoz) donde no instalará paneles fotovoltaicos en una zona de 40 hectáreas en la que se ha avistado aguilucho cenizo para garantizar el éxito reproductor de la especie. La compañía presentó durante la Cumbre Mundial de Biodiversidad en Montreal su Plan de Biodiversidad, que busca alcanzar en 2030 un impacto neto positivo sobre los ecosistemas y especies allí donde opera.

El Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad a 2030 (PEEPNB) aprobado por el Gobierno en diciembre señala la importancia del sector privado para lograr los objetivos marcados de mantenimiento y restauración de la biodiversidad, y recoge medidas para su implicación, contemplando nuevos mecanismos para canalizar su financiación hacia entidades que trabajan en su preservación o el pago por servicios ambientales.

Uno de los principales retos es reducir el impacto de las actividades más contaminantes pero cuyos suministros son aún necesarios y que el conjunto del sector privado incorpore los criterios de sostenibilidad en su estrategia empresarial. ArcelorMittal, principal productor siderúrgico y minero a escala mundial prevé, con la ayuda de fondos públicos, descarbonizar sus instalaciones y comenzar a operar con hidrógeno verde a partir de 2025. En su Plan de Acción Estratégico de Biodiversidad para su planta en Sestao indica cómo la biodiversidad está ligada de forma íntima con el cambio climático. Además de apoyo económico a entidades ecologistas locales, contempla la plantación de árboles y protección de bosques, aliados al actuar como un sumidero de CO2.

Entre algunas de las medidas correctoras que lleva a cabo se encuentra el control, en coordinación con la Diputación de Bizkaia, de la suelta de aguas del embalse de Gorostiza del cual se provee, y que puede afectar a la reproducción del pez espinoso, una especie autóctona en regresión.

Pero no solo se trata de cumplir con la regulación: la protección de la biodiversidad proporciona buena imagen y es un medio para la empresa privada para captar clientes. Una campaña de CaixaBank anuncia que, por cada usuario que domicilie su nómina en su plataforma digital Imagin, apoyará el cuidado de un coral naranja del Mediterráneo en los jardines marinos ubicados frente a la costa de Almuñecar, financiando la acción de la entidad Hombre y Territorio (HyT). Caixabank destina cada año un millón de euros a apoyar proyectos sin ánimo de lucro dedicados a innovación medioambiental, la conservación de la naturaleza y la biodiversidad.

El trabajo sobre el terreno

Sobre el terreno, las empresas que se dedican a proyectos y soluciones para recuperar la pérdida de biodiversidad ya están notando este aumento de la inversión, tanto pública como privada. Gracias a fondos públicos, Natura Montfred ha trabajado en la recuperación de la tortuga mediterránea, cuya población, ubicada en un enclave del Alt Empordà, se considera la última de origen natural en toda la península Ibérica. Su director, el biólogo Miguel Ángel Fuentes, constata que existe “un boom en este trabajo” debido en parte al aumento de fondos europeos, estatales y vehiculados por las comunidades autónomas. A ello se suma que cada vez recibe más peticiones de empresas privadas. “Algunos agricultores y ganaderos están dispuestos a invertir. Existe una mayor sensibilidad en aumentar el valor de las fincas utilizando la biodiversidad como atractivo”, explica Fuentes. Se trata de casos concretos pero cada vez más frecuentes: “Los jóvenes tienen en mayor medida esta visión y se atreven con innovadores proyectos, con el apoyo de ayudas públicas”, si bien, como añade, “acceder a ellas requiere igualmente realizar una importante inversión de tiempo y dinero”. Las ayudas van destinadas a la ejecución más que a la redacción de los proyectos, en los que los ambientólogos y profesionales del sector destinan mucho esfuerzo, habitualmente “poco remunerado porque acostumbran a trabajar por vocación”.

“Tenemos más trabajo que nunca”, coincide Andreu Salvat, director técnico de Aprèn Serveis Ambientals, que desde hace 25 años se encarga de la preservación de los hábitats del Parque Natural de la zona volcánica de la Garrotxa. Los fondos y concursos públicos siguen siendo su principal fuente de trabajo, si bien cada vez reciben más encargos de empresas privadas, sea de forma directa o a través de fundaciones. En los bosques de la cuenca del Besòs, Aprèn ha eliminado las especies exóticas invasoras y recuperado las autóctonas gracias al proyecto europeo Life-Alnus. También ha trabajado en el proyecto Life Tritó del Montseny para preservar la única especie de vertebrado endémica en Catalunya, favoreciendo la vegetación que lo auspicia, lo que contribuye a su vez al mantenimiento de los torrentes, muy afectados en el mediterráneo por la sequía, y de todas las especies que viven a su alrededor.