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El crítico discurso de graduación de un abogado crispa al decano: "Haces un relato de esclavismo"

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Lo que debía ser un solemne acto de graduación -la de los alumnos del máster de la Abogacía en la Universitat de Barcelona- acabó en una implacable reprimenda a cargo del decano del Colegio de Abogados, Jesús María Sánchez, después de que al estudiante de Derecho que había abierto la gala se le ocurriera hablar de la "explotación laboral" y la "indignidad salarial que muchos jóvenes sufren en las prácticas de la carrera.

En el paraninfo de la universidad, el estudiante Víctor Sierra había arremetido contra la idea de "resiliencia" que, según explicó, les habían inculcado en el máster. "Ser resiliente es resignarse, es claudicar ante la injusticia. Por eso les pido que no sean resilientes y que no nos dejemos pisar por nadie", proclamó el joven.

Contra la resiliencia

"¿No encuentro trabajo a pesar de los estudios? Lo acepto. ¿Cobro una mierda y no puedo comprarme un piso? Me adapto. ¿Hago muchas horas extras y no me las pagan? Me adapto, hay que ser resiliente", repasó el estudiante antes de concluir: "Renunciar a los propios derechos no es la mejor forma de alcanzar nuestros intereses".

Cuando tomó la palabra el decano, vindicó el valor de la pisoteada resiliencia y de la abogacía -"no hay profesión más bonita ni maravillosa"- y, no sin paternalismo, le replicó al joven: "Víctor, estoy seguro de que en 40 años serás feliz, aunque hoy no lo seas".

"Un relato de esclavismo"

La andanada del decano, sin embargo, subió en potencia. "No me cabe en la cabeza que un abogado pueda hacer una huelga. Somos los que debemos luchar por la defensa de los derechos de las personas. ¿Cómo podemos luchar por estos derechos si no podemos defender a los nuestros?", afirmó, al tiempo que calificó el discurso del estudiante como un relato de "subyugación y prácticamente de esclavismo".

"¿No has aprendido que debes defender los derechos desde el mismo momento en que son vulnerados?", siguió. Cuando el joven quiso replicar, el decano zanjó: "No te doy la palabra". Si quería hacerlo, siguió, debía pedir permiso al decano de la facultad: "Cuando un abogado habla en el estrado no puede interrumpirle nadie y menos aún el abogado de la parte contraria".

Más tarde, el joven compartió en Twitter el episodio buscando desahogo. El hecho de que denunciar públicamente las penurias de los estudiantes de prácticas, escribió, se había convertido en "el momento más polémico" de su vida.