Ocio educativo

'Casals' de entrada libre: el refugio en verano para los niños de la calle

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"Mi madre me pega con un palo": el maltrato infantil aflora en los 'casals' para niños vulnerables

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A1-177599119.jpg / Laura Guerrero

Elisenda Colell

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Hace pocas semanas, el lugar no podía ser más lúgubre. Adolescentes merodeando enganchados a sus pantallas, en medio de los porches abandonados, vacíos y con las paredes pintadas con graffitis. Otros dando balonazos y algunos tendidos en el césped. Ahora, sin embargo, el parque del Matadero de Badalona, justo al lado del centro comercial Màgic, tiene otro aspecto. Chavales juegan a partidos de voleibol, korfbal, pimpón o futbolín. Suena música y algunas familias comparten la merienda en los bancos. Más tarde llegará un espectáculo de fuego y una batucada a cargo de entidades del barrio de La Salut. La transformación es obra del proyecto que cada verano pone en marcha la asociación La Rotllana para ofrecer actividades de ocio educativo a todo aquel que quiera participar, y que otros municipios como L'Hospitalet de Llobregat ya hace tres años que organizan. Proyectos gratuitos y universales que ofrecen alternativas educativas a los niños de la calle: aquellos que ni se irán de vacaciones ni asisten a extraescolares en verano y que se están criando a través de la ley del más fuerte.

Un espectáculo de fuego en el parque de l'Escorxador, en el casal que organiza la associació La Rotllana, en Badalona.

Un espectáculo de fuego en el parque del Escorxador, en el 'casal' que organiza la asociación La Rotllana, en Badalona. / Laura Guerrero

El proyecto de la Rotllana empezó el 26 de junio y se alargará cinco semanas. "Este barrio no se merece estar abandonado, los chavales deben poder tener una alternativa, sus vacaciones son esto", explica Salva Pediago, coordinador de la entidad y una de las almas del proyecto. No son los únicos. En L'Hospitalet hace ya tres años que el ayuntamiento subvenciona un proyecto muy parecido en todos los distritos de la ciudad. A los mandos, la Associació Educativa Itaca, que organiza talleres de todo tipo en seis patios de distintas escuelas públicas y otro más en la pista deportiva de la plaza de Granada, en el barrio de La Florida.

Esta es una de las claves del proyecto. "Aquí los niños tienen acceso a pelotas de fútbol buenas, material para pintar, bates de béisbol... Realizan deportes y actividades que en casa no pueden hacer. Y, a la vez, combatimos las leyes de la calle. Les decimos: 'No hace falta que vengáis con esta actitud, no tenéis que pelear para jugar, aquí cabemos todos'", cuenta Judith Calvo, pedagoga, desde el patio de la escuela Pau Casals. El hecho de que no haya límites horarios, plazas o inscripciones es lo que favorece la asistencia. "Son niños que normalmente se quedan fuera de todo, son los grandes rechazados del sistema", sigue González.

Unos niños participan de un taller de manualidades en la escuela Pau Casals, de l'Hospitalet de Llobregat, el pasado viernes.

Niños hacen dibujos en la escuela Pau Casals, en el barrio de La Florida (L'Hospitalet de Llobregat), el pasado viernes, en el proyecto 'Espais Oberts per un Estiu Enriquit'. / JORDI OTIX

Riesgos de tres meses en la calle

"Nosotros tenemos dos perfiles muy claros -explica Lidia González, directora de Ítaca-. En los barrios más al norte son niños de familias migradas a las que en verano les surgen más trabajos y no tienen apoyos familiares, por lo que los niños se quedan todo el día solos por la calle. En los del sur vienen más familias que no se pueden permitir irse de vacaciones. Lo común es que todos estos niños necesitan espacios amables para crecer". El proyecto está pensado para menores de 10 a 16 años, pero la realidad es que asisten niños más pequeños y también jóvenes más mayores. "Estos niños están en riesgo de captación de bandas y de entrar en círculos de delincuencia -sigue González-. Y, sobre todo, están expuestos a la ley del más fuerte. Si crecen con esta dinámica, a largo plazo pueden acabar no siendo recuperables".

Nuevas reglas

En L'Hospitalet también se han establecido en una pista de fútbol que construyó la Fundación Cruyff en La Florida. "Hasta ahora aquí ganaba la ley del más fuerte: el que intimida más es el que se queda más rato jugando y tiene el mejor equipo", explica Adrià Cabanillas, maestro y educador del proyecto. "Nosotros entramos a negociar con ellos para que entiendan que aquí van a poder jugar todos, que vamos a cambiar las reglas", sigue. A las siete de la tarde, se ven niños jugando con los más mayores. También hay niñas en la pista, con el balón en los pies. Para Cabanillas es un éxito. "Es difícil jugar porque los chicos son muy bruscos", cuenta Carla, de 14 años. "Si la chicas ven que nosotras estamos en la pista se animarán a hacerlo", continúa, esperanzada.

El educador Adrià Cabanillas, junto a un grupo de niños que participan en el proyecto de casals veraniegos para los niños de la calle en La Florida (l'Hospitalet).

El educador Adrià Cabanillas, con un grupo de niños del proyecto de 'casals' veraniegos para los niños de la calle en La Florida (L'Hospitalet). / JORDI OTIX

En Badalona, también ven esencial romper con estas leyes que, a su vez, llevan implícitas actitudes machistas. "Estamos dando una alternativa, hay muchos niños y familias que esperan que empiece el proyecto, incluso gente de otros pueblos", cuenta Sunita Kumari, una de las educadoras. Destaca los talleres de manualidades y las tardes de cine o de actividades culturales que se organizan a cargo de entidades de la zona. "Se respetan los turnos, evitamos problemas y, sobre todo, aquí los niños tienen algo que hacer, si no estarían en casa jugando a los videojuegos... ¡yo el primero!", explica Jesús, un voluntario de 16 años.

Ayuntamientos involucrados

En Badalona hay un grupo de educadores contratado, pero la actividad se sostiene con voluntarios. Muchos de ellos son niños que participan en las actividades durante el año de La Rotllana, como Jesús. "Es básico crear base social en el barrio, chavales que se vuelcan desde el voluntariado y que generan un impacto y unos vínculos que lo mantendrán años y años, independientemente de las facilidades que nos pongan las administraciones", explica Pediago. Ellos cuentan con una débil financiación pública, y el proyecto es imposible de extenderse entre las escuelas, que permanecen cerradas. "Es brutal. ¿Qué les pasa a los coles? ¿Se creen que durante el año sus alumnos desaparecen o qué? Ellos saben mejor que nadie las pocas alternativas que tienen", sigue Pediago.

Uno

Los niños participantes se preparan para una actuación cultural gratuïta y de acceso libre en el parque de l'Escorxador de Badalona, el pasado viernes. / LAURA GUERRERO

En cambio, en L'Hospitalet el programa se financia con fondos Next Generation. "De esta forma podemos contratar profesionales muy bien preparados: educadores, trabajadores sociales, psicólogos o pedagogos con una alta capacidad de gestionar esta complejidad y los conflictos", explica Arantxa Lozano, coordinadora del proyecto. Fuentes municipales explican que costó convencer a las escuelas para que participaran, pero como los edificios dependen de los ayuntamientos, es la administración quien termina imponiéndose y mediando con la direcciones de los centros.

Un grupo de adolescentes de Badalona, alumnos del instituto Enric Borràs, juegan animados al pimpón. "Venimos cada año, lo mejor es que hay muchas chicas", responde uno de ellos. Ellas fruncen el ceño, no les ha hecho gracia el comentario. "Por las tardes siempre estamos por aquí, y ahora mola mucho más", cuenta una de las adolescentes. ¿Qué haríais si no? "Perdernos por la calle, hacer el tonto... Es que si no el verano es una mierda", resume.