Bomberos españoles en Canadá: "Son fuegos de magnitud inimaginable"

Llamas de los incendios en Canadá.

Llamas de los incendios en Canadá. / EP

Luis Ángel Vega

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los asturianos Ramiro Martínez y Saúl Ordiales, integrantes de la Brif de Tineo, llegaron a casa este viernes tras una experiencia "intensa y satisfactoria" en los inmensos incendios de Quebec, en Canadá

, en la que llegaron a tener que ser evacuados al quedar cercados por el fuego, que había cortado la única carretera de salida.

Ramiro Martínez, de 34 años, ocho de ellos en la Brif –aunque también fue técnico con Bomberos Asturias–, asegura que "hay que verlo para creerlo, la inmensidad de territorio, lleno de lagos, ríos, fauna salvaje, todo verde, y la magnitud de los incendios es inimaginable, con columnas de humo espesísimo, gigantes". Además, la forma de trabajar es muy diferente. "Trabajan con agua, con tendidos de mangueras, que recargan en lagos y ríos, mientras nosotros hacemos ataques directos sobre las llamas con batefuegos o agua en puntos muy concretos, y con cortafuegos anclados en zonas seguras, como roquedos", indica. Y es que, en Canadá, "como no hay manera de acabar directamente con los incendios, ni de anclar cortafuegos, se centran en defender poblaciones e infraestructuras". Los bomberos de las brifs desplazados a Canadá , concretamente a la localidad quebequesa de Mistissini, se encargaron de preparar un helipuerto improvisado en medio del bosque, una "station park" a través de la que llegaban refuerzos y que permitía "evacuar rápidamente en caso de alto riesgo, por un cambio de viento o una excesiva intensidad del fuego".

"Son incendios inmensos, de 50.000 hectáreas, otro mundo comparado con los que podemos ver en Asturias. Además, no son provocados, sino causados por tormentas secas", asegura por su parte Saúl Ordiales. "Nos tuvieron que evacuar de Mistissini porque el fuego cortó una carretera que era la única vía de escape", asegura este bombero forestal sierense.

La experiencia, añade Ordiales, "ha sido única y brutal, increíble , por la magnitud de los fuegos, la logística que entraña esta operación y el paisaje". Ramiro Martínez remacha que, a través de esta misión bajo el paraguas del mecanismo de Protección Civil de la

Unión Europea

, ha podido conocer a otros bomberos forestales, otros métodos de trabajo, y también crecer profesional y personalmente. "Ha sido una experiencia potente. Es mi primera misión en el exterior. Previamente estuve en el gran incendio de Ávila, en La Cabrera, en Galicia, en Cantabria y me tocó despejar la nieve con motivo de ‘Filomena’, pero no tiene nada que ver con los que hemos vivido en Canadá, por la mayor intensidad de los incendios, que afectan a grandes superficies de coníferas, que queman mucho mejor", aseguró.

Suscríbete para seguir leyendo