Abusos en la escuela

La caída de los jesuitas Roma y Peris: de "guías espirituales" a pederastas desenmascarados

Tercera víctima del cura jesuita Francesc Roma: "Yo también sufrí sus abusos"

Primeras denuncias policiales contra el jesuita Peris: "Hay que dar la cara, que se esconda el abusador"

Este viernes se ha formalizado la segunda denuncia policial contra el primero mientras se amontonan las acusaciones contra el segundo

Francesc Roma y Francesc Peris

Francesc Roma y Francesc Peris / El Periódico

Guillem Sánchez

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A la misa que se celebró el pasado domingo en la iglesia jesuita Sagrat Cor de la calle Casp de Barcelona acudieron más feligreses que de costumbre. Edificada dentro del mismo recinto de la escuela sobre la que actualmente llueven acusaciones de abusos sexuales, buena parte de sus parroquianos forman parte de la misma comunidad jesuita que muchos de los alumnos afectados por la pederastia que está aflorando. Y los agresores a los que ahora señalan antiguos estudiantes no son únicamente profesores, también son sacerdotes apreciados por las familias, como el 'pare Roma', que en circunstancias normales podría haber estado al frente de esa concurrida misa, oficiando la ceremonia. Pero no estaba.

EL PERIÓDICO había publicado días antes que el cura Francesc Roma también había agredido sexualmente a niños de su comunidad, según tres exalumnos. Roma no es uno más de la decena de nombres salpicados, según subrayan antiguos estudiantes del colegio, es un referente. "Un guía espiritual que nos ha bautizado y casado a muchos de nosotros", resume uno de ellos, que pide comprensión hacia todos aquellos que sienten la necesidad de defender su nombre a pesar de las denuncias.

Roma, según la organización jesuita, se encontraba ya apartado por una queja anterior a la información de este diario, pero residía en el recinto del colegio de Casp, iba a presentar en esa escuela su último libro rodeado de destacadas personalidades de la sociedad barcelonesa –fue cancelada a última hora tras los primeros abusos revelados por 'El País'– y oficiaba una misa los domingos en esa iglesia del Sagrat Cor. Este diario ha intentado sin suerte que la institución jesuita aclare dónde reside actualmente Roma, que tiene más de 80 años.

La ausencia

En la concurrida misa de este último domingo tan notoria era la ausencia de Roma como el motivo que la había provocado. Según algunas fuentes presentes en aquella ceremonia, el capellán que la ofició hizo alusión a los casos de abusos sexuales que estaban aflorando, pidió disculpas y se refirió en particular a Roma. Algunos de los presentes interpretaron de las palabras que pronunció ese cura que Roma había admitido las acusaciones y que se encontraban en proceso de aceptación de su culpa. 

Fuentes de la institución jesuita consultadas por este diario no confirman si el capellán transmitió ese mensaje ni tampoco si, con independencia de cuáles fueron sus palabras, Roma ha confesado. Desde la organización se subraya que Roma es objeto de un proceso interno y que, cuando termine, se dará información al respecto de qué ha manifestado con respecto a las acusaciones de tres de sus exalumnos. 

Un cura ejemplar

Según la web Cristianisme y Justícia, Francesc Roma Padrosa, es jesuita desde 1952 y cura desde 1966. Tiene más de 80 años. Contra Roma se presentó una denuncia por abusos en 2016 y este viernes se ha formalizado la segunda denuncia en la comisaría de los Mossos d'Esquadra en el Eixample. EL PERIÓDICO ha hablado asimismo con una tercera víctima de Roma, que no tiene intención de denunciar hechos que han prescrito, y tiene también constancia, de forma indirecta, de una cuarta víctima.

Francesc Roma es hermano de Lluís Roma, más conocido como Lucho Roma. Lucho, también cura y ya fallecido, fue enviado por los jesuitas a Bolivia, donde según publicó la agencia EFE en 2019, abusó de una cifra desconocida de menores bolivianos y, además, fotografió algunos de esos delitos y los guardó en un CD.

Un cura no tan ejemplar

El otro sacerdote sobre el que están recayendo el grueso de las denuncias es Francesc Peris. El escándalo que está removiendo los cimientos de esta comunidad comenzó con la información de 'El País' acerca de sus abusos. Sobre Peris los alumnos dicen lo contrario que de Roma: era alguien más bien turbio. Aunque la gravedad de los delitos que se están denunciando contra él sí ha sorprendido. Como lo ha hecho también una cifra de afectados que no para de crecer y que obliga a admitir que este otro referente jesuita, quizá no tan inmaculado como Roma, era en realidad un depredador de menores.

Algunos exalumnos aseguran haber sufrido abusos durante las tutorías que Peris llevaba a cabo en el colegio, otros afirman haber sido agredidos sexualmente por él en la casa de colonias de Viladrau (Osona). Emergen delitos perpetrados impunemente en los años 70, 80, 90 y 2000. Tanto en España como en Bolivia, a donde fue enviado en 1983 por la organización jesuita.

Víctimas como Laura lo describen en declaraciones a este diario como un profesor "guapo" y "carismático", que no vestía como un cura y que actuaba "con maldad". Enric Soler, el primero que decide hablar a cara descubierta, señala que el daño que le provocó le cambió la vida: "No es casual que no tenga hijos y que haya terminado estudiando psicología", afirma.

Más denuncias

Roma y Peris no son los únicos profesores bajo sospecha en el colegio de Casp. También en febrero de 2016, coincidiendo con la eclosión de los abusos en escuelas de los Maristas que destapó este diario, dos exalumnos del colegio Kostka de los jesuitas –cuando este centro para familias sin recursos aún estaba integrado dentro del de Casp– contactaron con RAC1 para destapar, respectivamente, los abusos de Joan Pere G.M. y de Josep Maria G.P., dos profesores laicos. Ambos exalumnos, además de llamar a la emisora, presentaron una denuncia ante los Mossos.

Según el recuento de EL PERIÓDICO, además de estas dos denuncias contra los seglares del Kostka –antigua escolanía de Casp donde estudiaban los alumnos más pobres–, se han presentado dos denuncias contra Francesc Roma y otras dos denuncias contra Francesc Peris. De momento.

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