La empleabilidad, un reto colectivo para salir de la vulnerabilidad

Una de cada cuatro personas en Catalunya está en riesgo de pobreza y exclusión social. Además, un 9% sufre privación material y social severa, es decir, no pueden realizar una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días y tampoco pueden pagar las facturas relacionadas con la vivienda, según datos del Institut d’Estadística de Catalunya relativos al 2021. Todas ellas personas con nombres y apellidos, con sueños e ilusiones. 

La pandemia, la subida de precio de los alimentos y las sucesivas crisis económicas que se encadenan desde 2008 han castigado duramente a los sectores más débiles de la sociedad. ¿Cómo luchar contra esta situación? ¿Cómo devolver la autoestima a las personas que la sufren? Tener trabajo es la mejor herramienta para ganar confianza y ver la salida del túnel.

El programa de acción social ONA (las siglas en catalán para empleabilidad, necesidades básicas y empoderamiento), fruto de la alianza entre Cruz Roja y Aigües de Barcelona y en colaboración con los ayuntamientos, aborda la situación de personas con dificultades laborales o riesgo de exclusión social para mejorar su empleabilidad. 

Los ejes de esta iniciativa puntera se basan en los tres conceptos que abarcan sus siglas. Por lo que respecta a la empleabilidad, se trabaja en la mejora de competencias personales y laborales mediante itinerarios (dependiendo del contacto, reciente o no, con el mercado laboral y las experiencias previas). Durante el programa, se ofrece una cobertura casi integral de las necesidades básicas, que van desde la alimentación hasta las ayudas para el alquiler. También se hace hincapié en el empoderamiento de las personas participantes. Al finalizar, ganan autonomía en la búsqueda de empleo y se ven más capaces de afrontar los procesos de selección, con mayores habilidades para encarar las entrevistas laborales. Y en definitiva, tienen más oportunidades de futuro.

Acompañamiento integral

Aigües de Barcelona, en su voluntad de servicio a las personas, tiene un compromiso con los hogares y con los municipios, y por ello, ejerce su responsabilidad para ayudar a los hogares que, por situaciones de vulnerabilidad, no pueden pagar la factura del agua. La compañía es consciente de la situación en la que están inmersas muchas familias del área metropolitana de Barcelona tras la pandemia y el aumento de la inflación.

Por eso, más allá de la cobertura que ofrece la actual tarifa social del agua a las personas que se encuentran en riesgo de exclusión, quiere dar un paso más para ayudar a que puedan tener una vida digna.

El hecho diferencial del programa es el acompañamiento integral en todas las esferas de la vida de las personas beneficiarias, que reciben apoyo en la cobertura de las necesidades básicas, con el objetivo de que puedan finalizar el itinerario de orientación y mejora de competencias para encontrar un trabajo. 

Esta cobertura de necesidades básicas está coordinada entre los responsables de Cruz Roja y los servicios sociales y de empleo municipales donde se despliega el programa ONA, para que se gestione de la forma más eficiente e integral posible.

El proyecto, que cuenta con el asesoramiento de Tándem Social, se inició con una prueba piloto en Barcelona, y posteriormente, se ha extendido a Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs, L’Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat y Sant Joan Despí.

Han participado en el programa 197 personas desde 2020 hasta 2022, una cifra que alcanzará las 404 personas durante este mismo año. El 94% de los participantes han finalizado el itinerario de orientación e inserción laboral. Además, 111 personas (el 56%) han logrado, al menos, un contrato laboral durante el programa. Un buen ejemplo de cómo la colaboración público-privada entre las empresas, los ayuntamientos y entidades como Cruz Roja da sus frutos y multiplica su impacto, ya que llega a más municipios y da un apoyo esencial a más personas.

Alto grado de fidelización

ONA se ha ideado como un programa de mejora de la empleabilidad diferente porque ofrece una atención global a las personas que participan en él. Esto se ve reflejado en el índice de fidelización: el volumen de participantes que finalizan es muy elevado porque se genera un vínculo personal con la persona referente de Cruz Roja, que dedica un volumen de horas a cada persona superior al habitual en este tipo de programas.

La razón de su alto impacto social es que se trata un programa de larga duración que contempla una atención integral, con perspectiva familiar, y no solo de inserción laboral. El programa acompaña a la persona en todas sus esferas y prevé la cobertura de necesidades básicas para que esta se pueda mantener en el itinerario de orientación laboral sin sufrir por la necesidad inmediata de hacer frente a la comida, el alquiler o los gastos básicos de suministro del hogar.

Volver a soñar es posible. Mejorar la empleabilidad de las personas acogidas a la tarifa social es el camino para que puedan decidir su proyecto vital y tener una nueva oportunidad.