El Govern expande el programa 'Barnahus' que ha cuadruplicado la detección de abusos sexuales a menores

"Está todo diseñado pensando en la mirada del niño y adolescente... hemos aprendido a trabajar tratándoles bien. Y esto te lleva a ver los datos reales de la violencia sexual contra los niños", resume la psicóloga Raquel Vila. Es una de las seis profesionales que, hace ya tres años, está tratando a los menores víctimas de violencia sexual en las comarcas de Tarragona aplicando el modelo pionero 'Barnahus'. Un modelo exitoso que ha permitido cuadruplicar la detección de casos y que ahora se consolida con la inauguración de una nueva sede en Tarragona y con la ampliación a otros puntos de Catalunya.

Este miércoles, Vila mostraba orgullosa las estancias de la 'Casa de los Niños', el nuevo centro donde mossos, médicos forenses, trabajadores sociales, fiscales, jueces y escuelas atienden a las víctimas y a sus familias. Este proyecto piloto, que se inició a mediados de 2020, ya ha acompañado a 622 víctimas, la mayoría niñas. Desde 2008, en Tarragona los casos de abusos sexuales han crecido un 476%, mientras que en el resto de Catalunya el aumento es mucho más modesto, de un 210%.

"La sociedad catalana lo necesitaba, el clamor popular es enorme. La violencia sexual ha emergido en el debate público en los últimos años y no podemos seguir arrastrando esta lacra, hay que ofrecer soluciones", explicaba Toni Pérez, director de Save The Children en Catalunya. Esta entidad ha sido la impulsora de la iniciativa, convenciendo a los 'consellers' que han pasado por el Govern en los últimos años para adoptar este modelo escandinavo que en Suecia y Noruega existe desde 2005.

Fin del periplo

El modelo 'Barnahus' (Casa de los Niños en islandés) propone mejoras en la atención a los menores en dos direcciones. El primer cambio es la atención a las víctimas. "Hasta ahora los niños y sus familias tenían que hacer un periplo por diferentes lugares explicando una y otra vez lo que les había pasado. Los profesionales no sabían qué se tenía que hacer", ha explicado la directora General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), Ester Cabanes. Con el modelo 'Barnahus', en cambio, los niños que sufren maltrato en Tarragona no tienen que ir a comisaría ni al médico. "En cuanto sabemos de una sospecha, las familias y los niños vienen aquí, les atendemos y activamos al resto de profesionales que se desplazan hasta aquí, entre ellos las escuelas", cuenta Vila.

En la casa donde se encuentra el servicio hay un despacho para los mossos, otro para los médicos forenses, para los fiscales, los jueces y las instituciones educativas. "Los profesionales nos tenemos que juntar y trabajar juntos, ser una tribu. Es un cambio radical que debemos extender", ha insistido Cabanes. De hecho, solo el 34% de los casos detectados en Tarragona han llegado a través de los Mossos. El 25% surgen de avisos de los pediatras y el 15% se activan desde las escuelas.

Ni a juicio ni a comisaría

Pero además de favorecer la recuperación de las víctimas, este proyecto también mejora el procedimiento judicial. Los niños atendidos por la 'Barnahus' no van a juicio, sino que declaran en un espacio educativo, con juegos si lo necesitan, y siempre acompañados por un profesional. "En otros países han conseguido más sentencias condenatorias, aquí aún no lo hemos visto porque la mayoría de casos aún no han llegado a juicio. Pero sí que es cierto que tener un ambiente tranquilo hace que para los niños sea más fácil tener un relato coherente, con detalles que luego se pueden corroborar con otras pruebas. Estamos garantizando mucho más sus derechos", cuenta María José Osuna, fiscal jefa de Tarragona y responsable de que la judicatura se haya implicado en este proyecto.

En los tres años en los que se ha implementado este proyecto, en Tarragona se han más que duplicado los casos atendidos. En 2020 fueron 106 y en 2022 ya eran 264, cinco casos nuevos a la semana. El 84% de las víctimas son niñas. Por edades, el 63% de las víctimas tienen 14 años o más, el 26% tienen entre ocho y 13 años, y una de cada diez tiene menos de siete años.

El 46% de los abusos son ejercidos por parte de un familiar, mientras que el 54% restante ocurre fuera: por ejemplo en la escuela o por parte de un monitor o entrenador. Los datos abruman si se comparan con la detección en el resto de Catalunya. La 'Barnahus' de Tarragona ha detectado 18,1 casos por cada 10.000 menores en la zona. Muy por debajo de los ocho que se detectan en la ciudad de Barcelona o en Terres de l'Ebre, los seis de Lleida y Girona o los dos que se detectan en las comarcas de Barcelona.

Extensión del modelo

El 'conseller' de Drets Socials, Carles Campuzano, ha anunciado la extensión de este modelo a toda Catalunya antes de que termine este año. En concreto, el Govern construirá 12 Barnahus en Manresa, La Seu d'Urgell, Lleida, Girona, Tortosa, Vilanova i la Geltrú, Terrassa, Granollers, El Prat de Llobregat, Mataró, Badalona y Barcelona. "La violencia sexual contra un niño es el peor delito que puede cometer alguien... y a medida que trabajamos mejor se nos multiplicarán los casos y tendremos que poner más medios", ha prometido el titular de Drets Socials. "Un país que quiera estar orgulloso de sí mismo debe poderse mirar al espejo y ver una sociedad digna. Para ello es imprescindible tener servicios como éste", ha agradecido el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonés.

El acto de presentación de esta unidad ha contado con la presencia de Bragi Guðbrandsson, miembro de comisionado de los derechos de los niños de la ONU e impulsor de este modelo en 1998 en Islandia. "Esta es la Barnahus más bonita que he visto, me satisface ver a fiscales y jueces formando parte del núcleo inicial del proyecto", ha agradecido Guðbrandsson. El experto ha destacado el caso catalán por encima de los que se han hecho en otros países de Europa. "Estoy muy orgulloso que aseguréis el acceso a todos los niños construyendo hasta 13 'Barnahus'", ha celebrado. Pero ha advertido a la Generalitat: "No corran, sean pacientes y háganlo con cuidado".