Educación en Catalunya

Las nuevas pruebas orales de catalán en la escuela añaden tensión en los centros

Los centros no supieron hasta el mes pasado cómo tenía que ser ese examen que deben realizar los alumnos de 6º de primaria y 4º de la ESO este mes de marzo

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A1-160936554.JPG / RICARD CUGAT

Helena López

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Las últimas pruebas de competencias básicas de sexto de primaria y cuarto de ESO alertaban, entre muchas otras cosas, de la mala salud del catalán entre los estudiantes. Para intentar revertir esa situación, el Departament d'Educació anunció el año pasado su intención de introducir una nueva prueba oral. Una prueba que escuelas e institutos tienen que realizar durante este mes de marzo (entre el 1 y el 31), pero cuyos detalles no conocieron hasta mediados de febrero, apenas dos o tres semanas antes de su ejecución, lo que ha generado un estrés añadido en unos centros ya sobresaturados de trabajo.

"Está pasando lo de siempre; todo muy apretado y a última hora, de prisa y corriendo", resume Marc Hortal

"La información nos llegó antes por parte de los sindicatos que del propio Departament", recuerda la jefa de estudios de un centro de primaria, quien añade que en la reunión de inicio de curso de sexto de primaria dijeron a las familias que este año no se harían las pruebas de competencias básicas -esa era entonces la última información que tenían del Departament d'Educació- y que, de repente, se encontraron con que no solo sí que se harían las habituales pruebas de competencias básicas de mayo, sino que, además, tendrían una prueba de catalán oral extra ya en marzo.


A diferencia de la evaluación de competencias básicas, que es externa, esta la han de asumir los docentes de cada escuela

La principal queja de colegios e institutos es la improvisación. "Está pasando lo de siempre; todo muy apretado y a última hora, de prisa y corriendo", resume Marc Hortal, director del instituto Picasso de Barcelona.

"El principal problema es que lo hemos sabido de un día para el otro. Nosotros ya teníamos la programación hecha, la planificación lista; y nos caen del cielo unas pruebas que suponen muchas horas de trabajo. El Departament es muy optimista calculando 15 minutos por pareja [las pruebas se plantean de dos en dos]. Nosotros hemos tenido que habilitar tres horas fuera de nuestro horario de clase, que en algún caso se ha ganado movilizado alguna guardia, pero en otros se hará en horas libres", relata una profesora de secundaria de catalán.

"Para hacer las cosas bien, la prueba la tendrías que grabar. Te tienes que fijar en muchísimas cosas, escucharla después... y eso supone mucho más tiempo del que nos dicen", reflexiona la docente, quien añade que los profesores se preguntan cuál es el objetivo de estas pruebas.

Iolanda Segura, portavoz de la USTEC, sindicato mayoritario en la escuela pública catalana, subraya que "nadie está en contra de las pruebas", pero insiste en que las protestas las desencadena el procedimiento. "Suponen mucho tiempo y todavía más burocracia, y eso significa dejar de hacer otras cosas. Suponen una sobrecarga de trabajo en unas plantillas ya muy tensionadas; además de que las pruebas las hacen los mismos docentes del centro, algo que dificulta la objetividad", reflexiona Segura (las competencias básicas hechas hasta ahora por escrito las corregían docentes externos).

La respuesta del Departament

El Departament d'Educació defiende que las pruebas se han implementado después de someterlo a consideración de la Junta Central de Directores y argumenta que "se han colgado vídeos explicativos y ejemplos de recursos de apoyo". "Todo el mundo está de acuerdo en la convivencia de evaluar la competencia oral de las lenguas", prosigue la misma voz (en lo único en lo que coinciden todo el mundo).

La misma fuente de la 'conselleria' añade que han ofrecido a los centros "flexibilidad de aplicarlas": "tienen un mes para llevarlas a cabo, y el tiempo de 15 minutos es orientativo", concluye.

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