Educación en Catalunya

La única escuela catalana en lengua de signos tendrá continuidad en un instituto

La lucha de las familias del Tres Pins de Barcelona logra que el Consorcio se comprometa a que el instituto Bosc de Montjuïc ofrezca ESO en lengua de signos el próximo curso

A1-163848330.jpg

A1-163848330.jpg / MANU MITRU

Helena López

Helena López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hanan Boutasmit lo ve todas las tardes. Su hijo entra en el colegio sonriente, jugando con sus amigos, contento. En cambio, en el parque, lejos de su círculo, le cuesta mucho más encontrar su espacio. El pequeño Hamza estudia cuarto de primaria en la escuela Tres Pins de Barcelona, el único centro en Catalunya que ofrece educación bilingüe en catalán y en lengua de signos catalana. El hijo de Hanan es sordo, igual que otros 16 alumnos del centro. La preocupación de Hanan es compartida por el resto de madres y padres de alumnos sordos del centro: ¿qué pasará con sus hijos cuando tengan que dar el salto al instituto? "Yo sufrí mucho de niña y no quiero que mis hijos pasen por ahí", explica Mònica Fernàndez, otrora niña sorda en un entorno hostil y hoy madre de dos niños de segundo y cuarto de primaria que se comunican, como ella, en lengua de signos. 

Los hijos de Imen Krineh tienen las mismas edades que los de Mònica. Segundo y cuarto. Como Mònica, Imen también fue en su día una niña sorda. "Queremos que nuestros hijos sigan su educación contentos. Este es su sitio, sus amigos. Aquí son uno más. Empezar de cero para ellos es mucho más difícil", explica Mònica. Hanan, la única oyente de las tres madres, les hace de intérpretes. La intérprete con la que habían contactado para poder hacer esta entrevista ha fallado en el último momento, pero para estas madres era muy importante mantener la entrevista y explicarse.

No están solas. Esta lluviosa y hostil mañana de enero también han hecho el esfuerzo de encontrar un hueco para hacer pública su situación María -madrina de una niña sorda de segundo de primaria- y Carles, padre de Aniol, niño de quinto. Carles, de Vic, alquiló un piso en Barcelona expresamente para que su hijo pudiera ir a este colegio. "Es el único colegio ordinario en lengua de signos, algo que no debe perderse", apunta Carles (y traduce Hanan).

Familias de la escuela municipal Tres Pins, en Barcelona, esta semana.

Familias de la escuela municipal Tres Pins, en Barcelona, esta semana, muestran su mensaje: "Queremos el instituto aquí: Tres Pins bilingüe". / MANU MITRU

La petición de las familias es clara: que el Tres Pins pase a ser instituto escuela para que sus hijos alarguen la etapa educativa en el centro hasta los 16. "La autoestima de los pequeños baja en picado cuando los cambias de entorno y ven que no encajan, que no pueden seguir", señala Mònica. En el Tres Pins han tenido alumnos sordos de toda Catalunya. "Han venido niños hasta de la Seu d'Urgell", apunta Maria, también sorda, hoy jubilada, pero quien trabajó muchos años de monitora en el centro, referente en lengua de signos y las familias.

La riqueza de la lengua

A ojos de Maria, "se está dejando morir la lengua de signos", algo que la apena y entristece a partes iguales y a lo que, luchadora como ha sido toda su vida, no se resigna. Ella lee los labios y es capaz de comunicarse de forma oral, pero insiste en que, para ella, no tiene nada que ver con la lengua de signos. "Me expreso mucho mejor con la lengua de signos y mi ahijada también. Los matices que podemos expresar, la profundidad de lo que podemos decir... Los niños y niñas tienen derecho a estudiar en su lengua y a que no les separen de sus amigos", prosigue.

Tres Pins es un colegio pequeño en cuanto a número de alumnos -cuenta con una sola línea-, pero grande en cuanto a espacio. "Es cuestión de voluntad política de hacerlo", indica Josep Maria Mateos, portavoz del afa de centro. Históricamente, la continuidad de los alumnos sordos del Tres Pins se hacía en el instituto Consell de Cent del Poblesec, centro que ofrecía lengua de signos, servicio que este curso fue desmantelado al no haber ningún niño matriculado con esta necesidad.

El problema de fondo era que el Consell de Cent es un instituto de máxima complejidad que, pese a ser adscrito al Tres Pins, no era una opción contemplada por muchas de las familias oyentes de este centro, con lo que, a la práctica, suponía que los alumnos sordos se separaban de sus compañeros y una obligada segregación, con todo lo que eso comporta para un adolescente.

Fuentes de Consorcio de Educación de Barcelona consultadas por este diario responden que no descartan la opción de convertir el Tres Pins en instituto escuela, aunque no es su prioridad, ya que la apuesta por los institutos escuelas se está haciendo prioritariamente en centros de dos líneas para permitir que los alumnos puedan cambiar de grupo en una etapa educativa tan larga.

El Consorcio, que se ha reunido en varias ocasiones con estas familias, sí se ha comprometido a que el próximo curso 23-24 el instituto Bosc de Montjuïc, adscrito al Tres Pins y el más cercano a esto, sea el que ofrezca la ESO en lengua de signos para que estos niños no pierdan sus vínculos. Esta no es la primera opción de las familias, pero es una buena opción, ya que permite a los niños seguir aprendiendo en su lengua y no separarse de sus amigos.

Suscríbete para seguir leyendo