Lotería de Navidad: el Gordo coincide con el cumpleaños de un lotero de Madrid

Luis, hijo de la lotera Soledad, nació el 5 de abril de 1990. Un número mágico: el Gordo de Navidad, el 5490. "El día que nació mi hijo nos ha traído la suerte", explicó la propietaria de la administración del centro comercial Dreams, en Madrid, que ha vendido íntegramente unos 100 décimos del número agraciado. Ellos se quedaron alguno, no han querido especificar cuántos. Pero su sonrisa lo decía todo.

Doña Manolita, la administración de Lotería, en el centro de Madrid, que más décimos de Navidad vende de toda España, amaneció este jueves plagada de periodistas. Todo apuntaba a que el histórico establecimiento volvería a arrasar y los informadores querían estar en primera línea. Pero el Gordo, caprichoso, se fue unas calles más lejos. Hasta el número 16 de la calle Arenal. Todos los informadores corrieron desde Doña Manolita hacia allá cuando los niños de san Ildefonso cantaron el 5490. Los propietarios del local, bautizado El Elefante, estaban felices. Han sacado a la calle a su mascota, un elefante de plástico azul, y han brindado con el tradicional cava. Mientras, Dona Mañolita se fue de vacío, sin repartir ni un solo premio importante.

El Elefante cerró el miércoles sus puertas de madrugada. Los propietarios, que apenas han dormido dos horas, tenían un presentimiento. "Este año damos el Gordo", pensaban. Es lo que les faltaba, porque otros años habían dado un segundo premio, un tercero y varios quintos. "Después de estos años de pandemia hemos redoblado esfuerzos. Estamos contentos y satisfechos", explicó el propietario, que no está abonado al 5490, sino que es número adjudicado. "Es un número bonito, tiene su encanto", añadió mientras repartía bombones a todos los que pasaban por su establecimiento.

Al estar ubicada en la calle Arenal, en pleno centro de Madrid, los loteros sospechan que los millones han ido a parar a muchos turistas de todo el mundo.

Otra administración ‘de paso’ es La chulapa de Madrid, ubicada en el intercambiado de Moncloa. "Hemos trabajado muy duro, estamos ilusionados. Nos lo merecemos", explicaba Nicole, empleada del local, presidido por una figura de chulapa, con mantón incluido.