Bienestar animal

Así agonizan los pollos: el maltrato de las macrogranjas que proveen a Lidl se extiende a Tarragona y Sevilla

La oenegé Equalia difunde imágenes de instalaciones en España que surten a la cadena de supermercados donde las aves son sacrificadas a golpe limpio

Macrogranjas de Lidl maltratan a los pollos

Juan Ruiz Sierra

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La oenegé animalista Equalia denunció a finales del mes pasado el caso de una macrogranja en Alemania, proveedora de Lidl, donde los trabajadores golpeaban contra los bebederos a los pollos, cuyas condiciones de vida eran por completo insalubres: comportamientos caníbales, aves agonizando o con graves deformidades que les impedían moverse. La cadena de supermercados contestó entonces a EL PERIÓDICO que lo allí documentado era “inaceptable”, pero que esa instalación no tenía ningún vínculo con los establecimientos en España, donde el pollo fresco es siempre de “origen nacional” y está “certificado en bienestar animal” a través de un sello llamado Welfair.  

Solo que ahora Equalia ha hecho una nueva investigación, con imágenes tanto o más impactantes, en dos macrogranjas situadas en España: una en Roquetas (Tarragona) y la otra en Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Ambas cuentan con este mismo sello, que en teoría garantiza “buena alimentación, buena salud, buen alojamiento y un comportamiento apropiado del animal”.  

El vídeo difundido por la oenegé viene a desmentirlo. Grabado por un trabajador infiltrado en la instalación de Sevilla y por drones en la de Tarragona, muestra todo tipo de métodos de crueldad animal. Los operarios arrojan al suelo con brusquedad al suelo a los pollos recién nacidos, provocándoles roturas en el pico y las extremidades: en un primer plano puede verse a una de estas pequeñas aves, todavía viva, con las vísceras saliéndole del cuerpo. Cuando los animales ya han crecido, son sacrificados mediante golpes contra un cubo. Las patadas también son habituales. Y luego está la gestión de los cadáveres. En la granja catalana, propiedad de la empresa Padesa, se observa un contenedor roto con pollos en descomposición y larvas expuestas al aire. En la andaluza, que ya ha sido denunciada y pertenece a la compañía Sada, un trabajador alimenta a un perro con algunos pollos muertos. 

“¿Los pollos muertos se los soléis dar [a los perros]?”, pregunta el autor del vídeo. 

“Sí, dos o tres se comen todos los días”, contesta uno de los trabajadores. 

La respuesta de la empresa

"Lidl condena rotundamente los abusos y el maltrato animal que se muestran en las imágenes difundidas. El vídeo mostrado es inaceptable y manifestamos nuestro completo rechazo ante ese tipo de prácticas -explica un portavoz de la cadena de supermercados-. Ya hemos contactado con nuestros proveedores para averiguar si realmente esas imágenes se han grabado en una de sus fábricas o granjas. En caso de que así se demuestre, Lidl exigirá a su proveedor que deje de trabajar automáticamente con dicha granja, tal y como se especifica en su política de compras responsable, de obligado cumplimiento para todos sus proveedores".

Equalia, por su parte, subraya que las dos macrogranjas ligadas a la cadena de supermercados crían pollos de los llamados ‘broiler’, cuya selección genética hace que crezcan un 400% más rápido de lo que lo hacían medio siglo atrás. Un desarrollo tan veloz, con una musculación desproporcionada, provoca a menudo malformaciones y enfermedades. 

“Hace escasas semanas salió a la luz una investigación de un proveedor de Lidl en Alemania. Ahora vemos la realidad de dos de sus proveedores en España. Es necesario que esta cadena avance junto al resto de la distribución alimentaria para garantizar estándares adecuados de seguridad alimentaria, bienestar animal y sostenibilidad. Junto a otras organizaciones de bienestar animal, hemos iniciado una campaña hacia Lidl para solicitar que acabe con el sufrimiento innecesario de los pollos de engorde a nivel europeo”, explica Julia Elizalde, responsable de campañas de Equalia.

Garantía sin transparencia

A diferencia de la mayoría de las más importantes cadenas de supermercados de España, Lidl no ha suscrito, salvo en Francia, el Compromiso Europeo del Pollo, un catálogo de medidas para elevar los estándares de bienestar animal en el sector. Entre otras, una menor densidad de estas aves por metro cuadrado, mejoras en la calidad del aire, iluminación y alimentación, cambio de razas de crecimiento rápido a lento y métodos de aturdimiento más humanitarios en los mataderos. 

En su lugar, la empresa de origen alemán insiste en que es el “primer supermercado en España con todo el pollo fresco certificado en bienestar animal”, a través de los estándares de Welfare Quality. Sin embargo, para Equalia, este sello adolece de “falta de transparencia”, porque “no traslada a sus consumidores en qué se traduce”. Y en cualquier caso, argumenta la oenegé, “no supone en la práctica mejoras significativas en comparación con la legislación vigente”. 

“Las granjas de Sevilla y Tarragona tienen el sello Welfair y al mismo tiempo crían pollos ‘broiler’ –señala Elizalde, de la organización animalista-. Pedimos una mayor transparencia en estos certificados para asegurar que los consumidores sepan qué adquieren realmente, porque se confunden al ver el mismo sello de ‘bienestar animal’ en productos como los huevos de gallinas enjauladas o este pollo de crecimiento rápido”. 

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