Movilidad

Las 12 semanas de corte en Sant Andreu recrudecen la vuelta a la rutina a miles de usuarios de Rodalies

Entre el 19 de septiembre y el 2 de diciembre los trenes de las líneas R2 Nord (la que va de Sant Celoni al aeropuerto) y la R11 (la línea que une Barcelona y Girona) iniciarán y finalizarán su recorrido en Sant Andreu Comtal, desde donde los viajeros deberán buscar alternativas para llegar hasta sus puestos de trabajo

Las obras en Sant Andreu Comtal dejarán sin atravesar Barcelona a todos los viajeros que vengan de las líneas R2 Nord y la R11

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A1-154897845.JPG / RICARD CUGAT

Helena López

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-Pero... ¿habrá obras?

Una chica se acerca al corrillo bajo los arcos de la estación de Sant Celoni (Vallès Oriental), donde un grupo de veteranos viajeros recién incorporados al trabajo se empiezan a preparar para la que se avecina. Sí, habrá tremendas obras que harán que entre el 19 de septiembre y el 2 de diciembre los trenes de las líneas R2 Nord -la que va de Sant Celoni al aeropuerto) y la R11 (la línea de Girona) iniciarán y finalizarán su recorrido en Sant Andreu Comtal. Desde allí sus 15.500 viajeros diarios por sentido deberán coger la línea 1 del metro hacia el centro de la ciudad.

Las obras que interrumpirán el tráfico ferroviario entre Sant Andreu Comtal y paseo de Gràcia, que servirán para poder poner en servicio, a finales de este año, el trazado definitivo de la línea ancha convencional Barcelona-Girona y la nueva estación de Rodalies de Sant Andreu suponen un dolor de cabeza añadido a la ya habitualmente dura a la rutina de miles de usuarios de Rodalies, que todavía no tienen muy claro cómo llegarán hasta sus puestos de trabajo y, sobre todo, cuánto tiempo tardarán. Viajeros para los que la gratuidad del servicio estos meses -una cosa coincidirá con la otra- no les compensa “ni de lejos” el incremento de tiempo de viaje. De Sant Andreu a Bellvitge hay 23 paradas de metro. 35 minutos, una vez el viajero logre acceder a él. Prácticamente el mismo tiempo que en ir de Sant Celoni a Sant Andreu. 

Falta de información

La cara de la joven ya integrada en el corrillo al descubrir lo que le viene encima es un poema. Este jueves no había en la estación de Sant Celoni -una de las grandes damnificadas- ningún cartel avisando de unas obras que, según se anunció en un primer momento, tenían que empezar a finales de agosto pero que finalmente empezarán la segunda quincena de septiembre. 

Aunque la principal alternativa ofrecida es el metro -una línea roja que ya va muy llena con sus usuarios habituales- Rodalies también anuncia que establecerá un “servicio complementario de buses lanzadera” entre Sant Andreu y La Sagrera-Meridiana, entre las seis y las 10 de la mañana y de 16 a 20 horas de la tarde cada 15 minutos en días laborales. Los viajeros de Granollers-Centre, una de las estaciones de la línea con un mayor volumen de usuarios, de lunes a viernes entre las 6 y las 10.30 horas de la mañana dispondrán también de autocares directos a la estación de la Sagrera-Meridiana, y en sentido contrario entre las cinco y las ocho y media de la tarde. 

El corte afectará también al servicio al aeropuerto, que durante estas 12 semanas nacerá y morirá en Estació de França. Durante este periodo reprogramaran también los horarios, y “el billete de tren servirá para el metro en las estaciones que conecten con Sant Andreu”, insiste un portavoz de Renfe.

El fin de semana previo a "la gran afectación" -los días 17 y 18 de septiembre- los trenes ni siquiera llegarán a Sant Andreu: nacerán y morirán en Montcada i Reixac (la estación anterior). 

Cecilia baja a trabajar a Barcelona en tren todos los días desde 1992. Tres décadas en las que ha visto de todo, aunque una afectación tan grande como esta -por lo que supone y, sobre todo, por el tiempo que se alargará- no la recuerda. “Y, cuando terminen con Sant Andreu empezarán con el soterramiento de Montcada”, advierte y teme a partes iguales esta viajera quien lo que peor lleva es la falta de información. “Primero dijeron a finales de agosto, ahora es un mes más tarde, pero nos vamos enterando porque estamos muy pendientes; hay muchísima gente que no sabe nada y se lo encontrará”, señala sentada en el media distancia que suele coger todas las mañanas junto a su amiga Àngels, quien también lleva lustros de historias del tren en la mochila. 

"¿Nos lo pagarán?"

"Si nos obligan a coger el metro mientras antes no teníamos necesidad, ¿nos lo pagarán?", se pregunta incrédula ya que en la información en su página web -hasta el momento toda de la que disponen- no se dice nada sobre el asunto; pese a que fuentes de Rodalies aseguran a este diario que el metro será gratuito para los viajeros damnificados que usen ese transporte como alternativa al corte.

El sufrimiento viaja en ambas direcciones. Llegar tarde al trabajo agobia -y no poco-, pero también estresa -y no menos- no saber cuándo (ni cómo) volverás a casa. “Para las que salimos tarde de trabajar, no saber a qué hora llegarás y, además, pensando que al día siguiente tienes que irte antes porque el panorama será el mismo se hace duro”, añade Marta, quien comparte vagón y trayecto con Cecilia y Àngels. Las tres, además, ponen en duda que sean "solo" 12 semanas. Àngels se lo toma con resignación: "Es lo que hay. Hasta que veamos los nuevos horarios y cómo funciona todo, mejor no pensar demasiado".  

El colofón final

Igual que el primer fin de semana (el sábado, 17, y el domingo, 18 de septiembre), la última semana de las obras -del 3 al 10 de diciembre- los trenes de las dos líneas (R2 Nord y R11) iniciarán y finalizarán su recorrido no en Sant Andreu sino en Montcada i Reixac (una parada antes). Los usuarios tendrán que hacer trasbordo a pie hasta la estación de Montcada i Reixac - Manresa para enlazar con los trenes de las líneas R4, R12 o R7.

Teletrabajo como alternativa

Noelia, usuaria de la R11, lamenta la falta de alternativas reales. Trabaja en la Ciutat de la Justicia y el hecho de tener que bajarse en Sant Andreu y coger el metro hasta Santa Eulàlia le supone prácticamente doblar el tiempo del trayecto. Teniendo en cuenta que entra a trabajar a las ocho de la mañana, el estrés que le provoca no es una cuestión menor. Lamenta la poca información al respecto -desconoce todavía los nuevos horarios provisionales- y señala que las empresas deberían flexibilizar el teletrabajo ante situaciones como esta.

Fuentes de Renfe insisten en que habrá información tanto en las estaciones como en los trenes y que intentarán minimizar los problemas causados en los usuarios.

Operación La Sagrera

Tras la engorrosa operación, que se alargará todo el tercer trimestre del año, culminará, en palabras de Renfe, "el segundo gran hito para la explotación ferroviaria de la operación La Sagrera-Sant Andreu". El nuevo trazado de la línea tiene una longitud de 4,3 kilómetros, de los que 2,8 kilómetros discurrirán soterrados, acabando de este modo con una barrera histórica en este punto de la ciudad. Procediendo del norte, el nuevo trazado se iniciará bajo el Nus de la Trinitat. Tras un tramo al aire libre, se internará en el túnel de Sant Andreu, con parada en la futura estación de Rodalies de Sant Andreu, hasta llegar al interior de la estación de La Sagrera.

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