Preparativos del curso 2022-23 en Catalunya

Las escuelas catalanas temen que falten monitores para las extraescolares de septiembre

CCOO calcula que se necesitarán unas 30.000 personas para atender a los alumnos de infantil y primaria de 15.30 a 16.30

Varios alumnos participan en una extraescolar de juegos.

Varios alumnos participan en una extraescolar de juegos. / Manu Mitru

Montse Baraza

Montse Baraza

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Las escuelas catalanas encaran el próximo curso 22-23 inquietas por el cambio organizativo que supondrá el avance del inicio de las clases: el 5 de septiembre en infantil y primaria y el 7 de septiembre en ESO, Bachillerato y FP. Para compensar esos días que los profesores dedicaban a organizar el curso, el Departament d'Educació ha previsto que en septiembre haya jornada intensiva también en infantil y primaria. Pero, para garantizar la conciliación, se ha comprometido también a que los alumnos puedan seguir en el centro en el horario habitual, hasta las 16.30 en los centros públicos. Esa hora, de 15.30 a 16.30, del mes de septiembre niños y niñas de infantil y primaria harán una actividad extraescolar que financiará el Departament.

¿Cómo serán esas actividades? ¿Quién las organizará? ¿Qué personal se requerirá? ¿Cuántos niños se apuntarán? Son interrogantes que las direcciones de las escuelas tienen sobre la mesa. Y las encaran con incertidumbre y muchas dudas.

Hace apenas unos días, el Departament dio unas primeras indicaciones, con lo que ya se saben algunas cosas: habrá un monitor por cada 16 alumnos. Teniendo en cuenta que hay muchas clases clases de 25-30 alumnos, se necesitarán dos monitores por aula.

Actividades sociales

Estas actividades no podrán ser ni las típicas extraescolares deportivas (fútbol, danza, baloncesto...) ni un complemento curricular o de refuerzo educativo (inglés, matemáticas...), sino que deberán ser actividades de juegos cooperativos, que trabajen valores como la solidaridad o las emociones.

A partir de aquí, surgen interrogantes. ¿Quién se encargará de organizar esas actividades? Dada la premura de tiempo, muchas escuelas están optando por la opción más fácil y práctica: pedirle a la empresa que ya gestiona habitualmente el servicio de comedor y mediodía que asuma esa hora extra. Una ventaja de esta opción es que estas empresas ya están familiarizadas con el proyecto pedagógico de la escuela. A esta opción se acogerán, por ejemplo, las escuelas Diputació o Fructuós Gelabert de Barcelona. Otra opción sería pedir a la empresa que gestiona las extraescolares de la tarde que se hiciera cargo de esa hora.

Lo que Educació ha dejado claro es que el contrato de este servicio lo gestionarán las direcciones, no las afas, con la ayuda de los servicios territoriales. Una decisión que no ha gustado a las direcciones, ya sobrecargadas de tareas.

En el IE Trinitat Nova, su director, Francesc Freixanet, tiene la intención de preguntar a las familias, antes de que acabe el curso, si dejarán a sus hijos a la actividad extraescolar de la tarde. También a las familias de los niños que empiecen Infantil-3 en septiembre. "Espero tener el 80%-90% de la información en junio y en julio acabar de organizarlo con la empresa", explica. Freixanet subraya la complejidad que supone este cambio "por una hora al día durante un mes" y augura que "las direcciones acabaremos haciendo de monitores". Alude al hecho de que la escuela y lo que allí pasa es responsabilidad de las direcciones y que serán ellas las que deberán seguir pendientes de lo que ocurre allí una vez finalizado el tiempo lectivo.

"Faltarán monitores"

¿Cuántos monitores se necesitarán? Es la gran pregunta. Y no tiene fácil respuesta. En primer lugar porque las escuelas no saben cuántos alumnos se apuntarán a estas extraescolares. Habrá un porcentaje que se irán a comer a casa. Algunos volverán al centro, pero otros no. ¿En qué momento y cómo informarán las familias al centro de sus planes? ¿El mismo día 5 de septiembre? ¿Antes de que acabe este curso? Pep Montes, de la patronal de empresas de ocio educativo Acellec, señala que se ha calculado que un 80% de los alumnos participarán en estas actividades. Para esta entidad, "la máxima complejidad está en la incertidumbre que hay. Es la primera vez que nos encontramos ante esta situación y es difícil hacer una previsión".

Montes apunta que probablemente con el número actual de monitores de comedor no será suficiente. "Se necesitarán más y no será fácil buscar monitores para una hora al día durante 20 días de septiembre", advierte. "A muchos no los interesará o no les compensará". Admite que, con la pandemia, el sector ya lleva dos años de gestión de personal "muy complicada". "Hemos tenido muchas bajas y hemos tenido que cubrirlas de un día para otro", explica. Eso les ayudará ahora sin duda. "Estamos acostumbrados a gestionar situaciones de imprevisibilidad", reconoce.

"Nuestras escuelas tirarán de monitores de comedor y quizás de profesores que no tengan jornada completa", explica Meritxell Ruiz, de la Federació d'Escoles Cristianes de Catalunya. No tiene claro si serán suficientes.

"Será un jaleo"

Desde CCOO, Teresa Esperabé, responsable de educación, estima que se necesitarán unos 30.000 monitores, la misma cifra que hay de profesores de infantil y primaria que en esa hora no estarán en sus puestos en las aulas. "No hay tantos monitores y tampoco espacios", advierte. Esperabé lamenta que "no se ha hecho una prospección previa y ahora todo el trabajo organizativo recae en las direcciones de las escuelas". "Pocos días, pocos monitores, poco espacio. Será un jaleo", augura.

Le da la razón Iolanda Segura, de Ustec. "Está mal planificado y hay mucha improvisación. Por eso pedíamos una moratoria de un año del adelanto del curso, para estudiar bien todas las variables y planificar", afirma. "Ahora la gestión recae en las direcciones que ya van sobrecargadas de trabajo. Estas extraescolares serán un aparcamiento de criaturas", pronostica.

En esta línea se ha expresado la Junta de Directores de Centros Públicos de Girona, que ha calificado de "inaceptable" la directriz de Educació de que la organización de estas actividades se haga "bajo el paraguas" de las direcciones. Y apuntan que tras esta decisión hay "cierta falta de conocimiento técnico de todo lo que comporta a la dirección la ejecución de un contrato de estas características". Piden al Departament que se replantee la jornada intensiva para que esta sea continuada como es habitual y propone que el coste de las extraescolares (40 millones de euros según Ustec) se dedique a la escuela inclusiva.

Más optimista es el gerente de Fundesplai, Froilán Salgado, que no prevé grandes complicaciones. "No tendremos problemas de monitores. Nuestra intención es ampliar el horario de los monitores del mediodía", explica. Admite que habrá quienes no podrán. "Buscaremos profesionales. No es fácil pero tenemos una bolsa de personas disponibles", asegura. Fundesplai ofrece servicio de comedor, tiempo educativo de mediodía prefieren llamarlo ellos, a unas 300 escuelas.

Una de las preocupaciones de las familias y de los docentes es el proceso de adaptación de los niños de P-3, que tendrán esos días su primer contacto con la escuela. A muchas familias les preocupa que sus hijos pierdan de vista ya al mediodía a la tutora, su persona de referencia. Desde Fundesplai han previsto que la persona que se encargue de los niños de P-3 en esa hora extraescolar sea la misma que ha estado con ellos durante el servicio de comedor. "Así minimizaremos los cambios para ellos", explica Salgado. Admite que con el nuevo calendario "todo son retos" y que hay cosas aún por concretar. "Nuestro deseo es poder concretar bien los cambios", apunta.

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