Gastronomía
El precio del calçot de Valls se dispara por la alta demanda
La falta de producto ha provocado un aumento desmedido de su coste, que alcanza los 20 céntimos en crudo y los 40 céntimos en cocido
El Periódico
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El precio del calçot de Valls se ha disparado, alcanzando los 20 céntimos en crudo y los 40 céntimos en cocido, aunque en puntos más alejados los costes son superiores. Esta escalada se debe a una mayor demanda, la reducción del 10% en la superficie de conreo y el avance de su recogida antes de Navidad por miedo a la pandemia, que ya dejó un 25% de la cosecha por arrancar el año pasado.
El presidente de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Valls, Dalmaci Clofent, ya ha declarado que este cambio les ha cogido "con el pie cambiado". Sin embargo, el dirigente ha confirmado que "no faltarán" calçots y que "no es la primera vez que se da esta subida de precios", de más del 50%.
Menús que no bajan de los 40 euros
En restaurantes como Casa Fèlix o el Ganxo, que cuentan con el reconocimiento de Valls y las localidades vecinas, el precio del menú para una calçotada no baja de los 40 euros. Sin embargo, lejos de suponer una caída en el número de clientes, este aumento de precios solo ha servido como cierre para una buena temporada, en la que se superarán los 18 millones de producción y se esperan rozar los 20 millones de calçots: "Hay muchas ganas de hacer calçotadas", explican los restauradores.
La crisis sanitaria, gran culpable
Desde la IGP Calçots de Valls, que agrupa las productoras de cuatro comarcas tarraconenses, relacionan esta escalada de demanda y precios con la situación de crisis sanitaria.
A esta razón, añaden que la incerteza por la evolución de la pandemia ha provocado que los agricultores tuviesen más prisa por recoger la cosecha que otros años: "Normalmente se arranca mes a mes, para garantizar calçots para todos, y ahora hacen falta los calçots que se arrancaron antes de Navidad", declara Clofent.
Menos espacio conreo
El incremento de los precios del calçot también se debe a que, este año, los agricultores han sufrido una reducción del 10 % de su cosecha. El presidente de la IGP Calçots de Valls trata de quitar hierro al asunto sosteniendo que "nos encontramos en el tramo final de la campaña y que, además, esta partía de un precio bajo".
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