Enfermedades mentales

La nueva estrategia de salud mental despierta recelos en el sector

No incluye ni presupuesto ni ratios mínimas de profesionales, aunque recoge por primera vez una capítulo destinado a prevenir el suicidio y la perspectiva de género

Día Mundial de la salud mental: La huella del coronavirus

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Patricia Martín

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La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha presentado este viernes al Consejo de Ministros la Estrategia de salud mental para el periodo 2022-2026, aprobada el jueves en el Consejo Interterritorial. Pese a que ha considerado que se trata de un avance fundamental para poner la salud mental en el "epicentro de las políticas y visibilizar" estas enfermedades, las sociedades de psiquiatría recelan de la nueva hoja de ruta, que no incluye ni presupuesto ni una ratio mínima de profesionales, de listas de espera o de número de camas.

No obstante, Darias ha argumentado que serán los planes de acción que desarrollen la estrategia los que cuenten con presupuesto y ha recordado que Pedro Sánchez prometió, para superar los estragos mentales que ha provocado la pandemia, una dotación de 100 millones hasta el 2023. Y es que, según ha defendido Darias, la salud mental es una "amenaza latente" que se ha visto incrementada por el virus y, por tanto, es el "desafío de hoy y de mañana".

La Estrategia se cimenta en 10 pilares que tienen como meta "mejorar la autonomía del paciente, reducir el estigma y limitar las intervenciones involuntarias". Contempla por primera vez un apartado específico dedicado al suicidio, que es la primera causa de muerte externa y uno de los principales problemas de salud pública. En 2020 hubo 3.941 fallecimientos, con una tasa de 8,3 cada 100.000 habitantes.

La Estrategia promueve la formación de los profesionales en la detección del riesgo de la conducta suicida, la sensibilización o el desarrollo de una red de atención telefónica. Asimismo, contempla por primera vez la perspectiva de género.

Las críticas

La elaboración de la Estrategia ha estado llena de dificultades. Hubo varios intentos previos que fracasaron por la división en la profesión y la falta de consenso e impulso político. Por eso Darias ha puesto en valor que en esta ocasión ha sido elaborada por un comité multidisciplinar, ha sido aprobada por unanimidad de las comunidades y en la misma han participado 25 entidades. “Hemos querido integrar todas las voces. Ha sido demasiado tiempo, pero estoy convencida que gracias a esta Estrategia participada llegaremos más lejos”, ha destacado.

Si bien, las sociedades de psiquiatría autonómicas y monográficas (especializadas en un área de la psiquiatría concreta) no han querido contar como consultadas, según explica Gemma Parramon, presidenta de la Societat Catalana. Y es que Sanidad les consultó poco tiempo antes de aprobar la estrategia y sin tiempo de incorporar sus aportaciones. Y la Sociedad Española de Psiquiatría figura en el texto como consultada pero eso no significa que preste su aval, según su presidente, Celso Arango.

Vaguedades

Arango explica que las versiones anteriores de la Estrategia eran "peores" porque no contaban con un plan de acción dotado de presupuesto. Pero aún así, los 100 millones anunciados por Sánchez son "insuficientes" y la hoja de ruta adolece de "falta de ambición" porque no contempla ningún tipo de ratio que permita fijar "donde se quiere llegar". Por ello, en su opinión, es un documento "lleno de vaguedades y poco operativo".

A su vez, la Societat Catalana considera que el documento está plagado de eufemismos" para evitar hablar del trastorno mental lo que, a juicio de Parramon, es "estigmatizante". Asimismo, el documento apuesta por evitar las hospitalizaciones pero no potencia la creación de recursos alternativos ni contiene una evaluación de los resultados.