Un año del estado de alarma

“Los mayores tienen derecho a un acceso fácil al médico”

Maria Martínez, Salvador Bosch y su hija Laura, en su casa de Cabrils.

Maria Martínez, Salvador Bosch y su hija Laura, en su casa de Cabrils. / El Periódico

Montse Baraza

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Salvador Bosch, de 85 años, y Maria Martínez, de 80, son dos de los vecinos de Cabrils que ya no pueden ir a pie a su consultorio. Dependen de que su hija les lleve a Vilassar de Dalt.  “La gente mayor ha pasado mucho. No se merecen esto. Tienen derecho a un acceso fácil a su médico, a ir andando al consultorio. Queremos que nuestro médico vuelva al pueblo”, dice su hija Laura. La atención telefónica por poco les juega una mala pasada. En junio notaron cambios en Salvador. “Llamé y pedí por su médico de cabecera. Me llamó otro médico y me envió una medicación. No le fue bien. Volví a llamar. Hablé con tres médicos diferentes, me dieron medicamentos diferentes, que no le fueron bien. Ninguno de los médicos había visto nunca a mi padre. El 3 septiembre, me planté en el CAP. Di un golpe en la mesa y pedí que su médico visitara presencialmente a mi padre. Amenacé con denunciarlos. No pueden recetar cosas por teléfono sin conocer ni ver al paciente”, exclama Laura. Su plante surgió efecto. “Me dieron visita con el doctor, que ordenó hacerle una analítica. A las 16.00 horas de ese mismo día, el doctor me llamó y me dijo que lo llevara de urgencias a Can Ruti, que estaba al borde de un coma diabético”. “Que los de Salut bajen de donde están y vean la realidad”, clama María.

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