Conflicto patrimonial

Catalunya entrega a Aragón 23 de los 111 bienes de la Franja en litigio

Este lunes finalizaba el plazo para cumplir la ejecución de la sentencia que obligaba al Museu de Lleida a trasladar las obras a Barbastro

En los próximos días, cuando se haya resuelto el concurso para su transporte, se fijará el calendario de viaje del resto de las piezas

El conflicto entre las diócesis de Lleida y Barbastro por la posesión del arte sacro se remonta a 1995 y no tiene aún un fallo firme

Un grupo de visitantes observan una obra en el Museu de Lleida.

Un grupo de visitantes observan una obra en el Museu de Lleida.

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La amenaza de consecuencias penales y las ya recibidas por Lluís Puig y Santi Vila (los ‘consellers’ de Cultura, que se negaron a entregar los objetos que Catalunya custodiaba del monasterio de Sijena a Aragón de forma voluntaria) tienen su efecto: asustar. Así que esta vez, con el litigio de los llamados 111 bienes de la Franja, no habrá desobediencia. Ni imágenes de la Guardia Civil requisando obras en el centro, como ocurrió en diciembre de 2107, cuando las fuerzas de seguridad accedieron al museo para llevarse los objetos del cenobio que una ejecución provisional de sentencia ordenaba mandar a Huesca sin esperar tener un fallo firme ni a proceder a su obligada descatalogación (por ley) como patrimonio catalán. El actual caso es similar: 111 obas de arte cuya propiedad se disputan Aragón y Catalunya, concretamente el obispado de Barbastro y el de Lleida. Y ahora, como entonces, hay una sentencia en primera instancia (diciembre de 2019) favorable a la parte aragonesa, y una ejecución provisional (lo dicho, que las piezas viajen y si hay fallo contrario en los tribunales superiores ya retornarán) cuyo plazo expiraba este lunes.

Así que hoy ha habido traslado. Pero sin los focos de diciembre de 2017 ni las declaraciones de entonces. Ni ‘consellera’ ni prelado han abierto boca. No han salido todos los objetos sino solo 23 de los 28 cuya propiedad aragonesa Catalunya no discute, también son los menos valiosos y más sencillos de transportar y embalar; el resto, las piezas emblemáticas, como los frontales de Sant Vicenç de Tresserra, de Sant Hilari de Buira y de Santa Maria la Blanca de Berbegal,  tomarán camino de Aragón en los próximos días, cuando el Museu de Lleida, custodio de los objetos por ser el heredero del Museu Diocesà, pueda garantizar que su traslado se hace en las condiciones que requieren unas obras de arte con siglos de historia a sus espaldas. Pero el de hoy ha sido un viaje precipitado. Pues como en todo lo que atañe a las tres heridas abiertas entre las dos comunidades por el arte sacro (los objetos de Sijena, las pinturas murales de Sijena y el de los 111 bienes de la Franja), las comunicaciones judiciales son, cómo poco, liadas. En este caso, incluso, contradictorias.

Denuncia de indefensión

Así, el obispo de Lleida, Salvador Giménez, en posesión de las piezas desde mucho antes de que en 1995 el Vaticano decidiera segregar las parroquias de la Franja de la diócesis ilerdense, ya expresó días atrás voluntad de entrega. Y el museo, por su parte, abrió un concurso entre empresas especializadas en el traslado de obras de arte para preparar la entrega. Así lo comunicó al juzgado al tiempo que pedía un plazo más largo. No hubo respuesta. Pero sí la hubo, el pasado viernes, al recurso interpuesto por la Generalitat para ser admitida como parte interesada en la ejecución. El juzgado aceptó la demanda y dio plazo hasta el 18 de febrero para presentar alegaciones, al mismo tiempo que comunicaba que entonces, una vez resueltas las alegaciones, fijaría una nueva fecha de entrega. Eso fue por la mañana. Por la tarde hubo nota aclaratoria (o rectificación) por parte del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA): aceptaban el recurso pero la  entrega no se posponía.

Así que ayer hubo reunión de urgencia del Consorci del Museu de Lleida –ayuntamiento, Generalitat, Consell Comarcal, Diputación y obispado- y hubo decisión: parte de las piezas viajarían hoy hacia el obispado de Barbastro, concretamente al Museo Diocesano. Y también hubo quejas de indefensión por la falta de respuestas del juzgado a la petición de alargar el plazo para organizar el viaje y por la manera en que se comunicaron las cosas el viernes: “Denunciamos y lamentamos la evidente instrumentalización del TSJA teniendo en cuenta los plazos establecidos, las contradicciones no resueltas y la indefensión que esto supone para las administraciones consorciadas”. Un lío que deja, una vez más, al Museu de Lleida desprotegido y a las administraciones, obispado incluido, mudas.