Retraso en una tecnología fundamental

Alemania, un gigante sin buena conexión a Internet

La falta de velocidad de la red, de infraestructura de fibra óptica y de acceso a Wifi gratuito retrasan el proceso de digitalización de la locomotora económica de Europa

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zentauroepp18528805 soc191215173656 / Reuters / Fabrizio Bensch

Carles Planas Bou

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Películas que se congelan en su punto culminante, archivos que tardan horas en descargarse y videollamadas entrecortadas por un molesto ruido que anuncia una reconexión de la línea. Aunque de cara a la galería Alemania exhibe haberse convertido en la locomotora económica de la Unión Europea (UE) de puertas para adentro crecen las quejas por uno de sus problemas menos explicados: la lentitud de Internet.

Desde los hogares particulares a las oficinas de grandes medios internacionales, las protestas por una conexión de alta velocidad a la red que nunca llega son tan recurrentes como fundamentadas. Alemania ocupa el puesto número 33 en la lista mundial sobre velocidad media de conexión de banda ancha con 73,05 megabits de descarga por segundo, según Speedtest Global Index. Cuando se trata de conexión móvil la red alemana cae al número 47 de la lista con una velocidad de 32,41 megabits.

Hasta un 94% de los hogares alemanes tienen acceso a Internet —la tercera mejor cifra europea—, sin embargo éste se ha revelado como demasiado inestable. Por establecer una comparación, hasta 17 países europeos presentan una velocidad superior a la alemana. España ocupa la posición 14 con 110,13 megabits de descarga por segundo en banda ancha, casi el doble que la alemana.

Falta de infraestructura

El Internet de alta velocidad aún es un objetivo que queda lejos, y eso se debe a una década de poca inversión y de ausencia de una estrategia clara para desarrollar una infraestructura de banda ancha de fibra óptica. Así, solo un 1,6% de los hogares alemanes tienen acceso directo a líneas de fibra óptica, la penúltima plaza en todo Europa. En Suecia, el líder, la cobertura es del 45%. El gobierno invertirá 12.000 millones de euros para extender ese sistema de comunicación por todo el país.

En noviembre del año pasado un informe del Instituto Alemán de Economía (IW) mostraba su preocupación porque la expansión de la infraestructura de banda ancha no avanza lo suficientemente rápido, algo que afecta a las áreas rurales, más desconectadas. Eso se debe a que en esas regiones aún se utiliza una conexión por cable de cobre, más lenta. “Tenemos que darnos prisa”, ha aceptado la canciller Angela Merkel.

Perjuicio económico

Alemania se enorgullece de ser una de las economías más robustas del mundo y tener ciudades como Múnich o Berlín que se han convertido en epicentros de start-ups tecnológicas. Sin embargo, sigue siendo considerado un "país en desarrollo digital”, algo que supone un impedimento económico para empresas que se ven afectadas por esa lentitud.

En el futuro próximo el problema será aún mayor. El sector industrial y la llamada internet de las cosas, la digitalización de objetos cotidianos, requerirán cada vez más de una conectividad más rápida. Pero la falta de innovación digital también perjudicará a los ciudadanos de a pie. Según la Asociación Alemana de Comunicación de Banda Ancha, un 75% de los hogares requerirán descargas de más de 500 megabits por segundo en el 2025. Esa infraestructura necesita de la construcción de un millón de kilómetros de fibra óptica.

Para llegar a ese objetivo hará falta un sistema de mayor potencia como el 5G. De momento, la única infraestructura móvil así fue puesta en marcha este julio en Berlín y Bonn limitada a teléfonos de más de 900 euros. Para finales del año que viene Deutsche Telekom espera que esté disponible en las 20 ciudades más grandes del país.

Wifi pública mejorable

Los problemas de conectividad también existen en el terreno público, donde es especialmente difícil encontrar wifi gratis. Esto se debe a que hasta junio del 2017 Alemania tenía una restrictiva ley que responsabilizaba a los propietarios de una wifi abierta de las infracciones realizadas por sus usuarios. Eso es, si te descargabas una película de forma ilegal en el café era el dueño del local quien recibía una denuncia que podía ascender a miles de euros.

Conocida como ‘Störerhaftung’, esta norma limitaba la creación de redes de conexión publicas, pero hace dos años el gobierno alemán la modificó para que estos titulares de la red Wifi quedaran exentos de responsabilidad aunque se les podía pedir bloquear páginas web que llevasen a consumo ilegal, una ley compatible con las regulaciones europeas.

Cada vez hay más locales que ofrecen este servicio para atraer a nuevos clientes e incluso iglesias protestantes de Berlín se han apuntado a la wifi pública con la creación de ‘godspots’. En Alemania hay actualmente un puerto de conexión público para cada 9,6 personas, un mejor registro que en España, donde es para cada 13, pero aún lejos de Francia, que encabeza la lista con un punto de acceso para cada 2,8 personas.