INMIGRACiÓN

Cae una red que cobraba 6.500 euros a los inmigrantes por cruzar el Estrecho en patera

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Julia Camacho

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La Policía Nacional ha desarticulado en Málaga y Cádiz una organización criminal dedicada al tráfico de inmigrantes marroquíes, a los que cobraba hasta 6.500 euros por atravesar el Estrecho de Gibraltar en patera. Medio centenar de personas, entre ellos varios menores de edad, cayeron en sus manos para llegar a las costas españolas, donde se les volvía a reclamar un nuevo pago, ahora de 1.000 euros, por trasladarles a ciudades como Barcelona o Bilbao en busca de un futuro mejor y más opciones de trabajo. La operación se salda con 11 detenidos, siete de los cuales ya han entrado en prisión preventiva por orden judicial.  

Fuentes policiales explicaron que la investigación se inició en Pamplona gracias a la denuncia de uno de los migrantes. Según relató, el pasado año embarcó en una patera desde Tánger junto a otras 12 personas. A cierta distancia de la costa española, tuvieron que hinchar una barca de goma para arribar a una playa de Tarifa, donde les esperaban dos miembros de la red, también marroquíes, para trasladarles a una finca “segura” y eludir a las fuerzas de seguridad. En esa vivienda, junto a los considerados cabecillas de la trama en España, pasó varios días a la espera de que la familia realizara el segundo de los pagos. Una vez recibido el dinero, fue conducido a una estación de autobuses donde se le facilitó un billete de transporte.

Tras diversas gestiones, los agentes comprobaron que la red captaba tanto a mayores como a menores de edad, todos ellos procedentes de Marruecos, a cuyos familiares solicitaban entre 3.500 y 6.500 euros para llevar a cabo los traslados. En Tánger, ciudad donde eran conducidos los inmigrantes desde otras zonas, permanecían en casas a la espera de cruzar hacia Cádiz y Algeciras en pateras sin condiciones de seguridad. Según la Policía, los investigados “tenían pleno conocimiento de la llegada de las pateras procedentes de Marruecos a las costas españolas” gracias a los contactos con los miembros de la organización asentada en el país norteafricano.

Transporte, ropa y un móvil

Una vez completados todos los pagos, las personas que habían pasado el Estrecho ya podían partir en autobús hacia diferentes lugares de España y el extranjero. En sentido, las pesquisas han podido acreditar viajes a Barcelona, Bilbao y Francia, y que era la propia organización criminal la que les acercaba hasta la estación de autobuses y les conseguía los billetes, además de facilitarles ropa adecuada y un teléfono móvil.

La red desmantelada habría traficado con al menos medio centenar de inmigrantes. Los agentes detectaron además que la organización también se dedicaba a recoger menores extranjeros no acompañados ('menas'), a los que previamente aleccionaban e inducían a que se fugasen de los centros de menores donde estaban atendidos. Los chicos eran controlados y retenidos en un domicilio hasta que se materializaban los pagos requeridos a sus familias bajo amenazas que afectaban a su integridad física o a una entrega a la Policía para su devolución a Marruecos.