Berlín recuerda la república de Weimar y los desafíos a la democracia

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La República de Weimar, germen de la democracia moderna y antesala del turbulento período que precedió al estallido del nacionalsocialismo, merece desde hoy un recuerdo en Berlín, con una exposición multidisciplinar que destaca los desafíos actuales que afrontan los demócratas.

"De la esencia y el valor de la Democracia" es el título de la muestra que hoy abrió en el Museo de Historia Alemana de la capital germana y cuyos organizadores destacan precisamente en un contexto contemporáneo de resurgimiento de partidos autoritarios y contrarios al pluralismo.

Y eso "incluso en países que tienen detrás siglos de tradición democrática", añadieron los responsables de la exposición, a la que además acompañan actividades para destacar entre la ciudadanía los valores democráticos.

"La democracia liberal ya no es algo que se da por supuesto, sino de nuevo algo seriamente en peligro", destacan los organizadores, quienes se refieren a que eso se da también en Alemania, donde a la República de Weimar (1918-1933) le sucedió el régimen nazi.

El título de la exposición remite a la expresión de Hans Kelsen, filósofo judío de origen austríaco que sufrió las consecuencias de la persecución del régimen de Adolf Hitler y que acabó emigrando a Estados Unidos. Fue además autor de la Constitución austríaca de la posguerra.

La muestra recuerda que, aunque la mayoría de la población votó a partidos democráticos en los comicios de 1919, la República de Weimar "estuvo sometida desde el principio a peligros enormes", entre los que se mencionan la tradición autoritaria de la monarquía, la inestabilidad económica y el temor ante los cambios y la radicalización política.

Se exhiben unos 250 objetos que ilustran los compromisos a los que se intentó llegar en aquellos años y las tensiones sociales, que se manifestaban frecuentemente de modo apasionado.

Era la época de la introducción del voto femenino, del nacimiento de la protección social por parte del Estado, de la protección de las minorías y del afianzamiento de los derechos de libertad de expresión y de prensa, así como de una nueva relación entre el Estado y la religión.

También eran los años en los que los alemanes, especialmente los berlineses, asistían a la exhibición sin complejos de una nueva mirada hacia la sexualidad: en la capital se creó el primer centro de asesoramiento sexual abierto además a homosexuales y transexuales.

Y el período en que un nuevo ideal de mujer se propagaba como sinónimo de emancipación, equiparación de derechos e igualdad de oportunidades, que provocó una reacción de la que también da cuenta la exposición.

La República de Weimar vio además la propagación de un nuevo medio de comunicación, la radio, un instrumento moderno que surgió bajo control estatal para impedir su manipulación por parte de los partidos políticos.

Frente a la libertad de expresión y de prensa que reconocía el nuevo régimen se sentían sin embargo también las consecuencias de la incapacidad del Estado para combatir los ataques de la derecha, como los lanzados por el líder nazi Joseph Goebbels contra la cinta antibélica "Nada nuevo en el oeste" ante los cuales cedieron las autoridades.

En una Alemania que asiste ahora al ascenso electoral de partidos de ultraderecha como Alternativa para Alemania (AfD), la exposición llega acompañada de actividades destinadas a hacer conscientes a las nuevas generaciones de los retos a los que se enfrenta la democracia.