CASO JUDICIAL POR UNA MUTILACIÓN
Dos mossos se sientan en el banquillo de los acusados por reventar un ojo a Quintana
![Ester Quintana posa en los alrededores de la Rambla Prim de Barcelona, en septiembre del 2015.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/03d474a3-ed6b-4145-a824-32de70443000_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Ester Quintana posa en los alrededores de la Rambla Prim de Barcelona, en septiembre del 2015. / periodico
![J. G. Albalat](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/epi/public/file/2024/0418/10/albalat.png)
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
J. G. ALBALAT / BARCELONA
Primero lo negaron de forma rotunda, pero después, tras meses de investigación judicial, la Conselleria de Interior reconoció oficialmente en septiembre del 2015 que la pérdida de un ojo padecida por Ester Quintana Ester Quintanadurante la huelga general del 14 de noviembre del 2012 fue provocada por “una actuación policial” de los Mossos d’Esquadra. La mujer fue indemnizada con 260.931 euros. Este gesto no ha impedido que se sienten en el banquillo de los acusados un subinspector y un agente escopetero a los que se les atribuye la mutilación a causa del impacto de una pelota de goma. El juicio empieza este lunes en la Audiencia de Barcelona y está previsto que se prolongue, al menos, durante tres semanas.
“Infringieron las normas de ciudado” e incumplieron “totalmente” los protocolos sobre cómo actuar en una manifestación. Tampoco adoptaron las medidas de precaución necesarias para evitar menoscabar la integridad física ajena. Así se expresa la fiscala Marta Marquina en su escrito de acusación contra el subinspector y el agente escopetero, para los que reclama dos años de prisión e inhabilitación de cuatro años por un delito de lesiones por imprudencia grave.
La abogada Laia Serra, que ejerce la acusación particular acusación particularen nombre de Quintana a pesar de haber recibido la indemnización, solicita nueve años de prisión por lesiones con pérdida de un miembro principal. La defensa niega que los agentes dispararan y exigen su absolución. Las pruebas periciales serán esenciales para dictar sentencia.
Los dos agentes acusados formaban parte de una de las unidades de la brigada antidisturbios de los Mossos que se trasladaron la tarde del 14 de noviembre del 2012 al centro de la ciudad de Barcelona para hacer funciones de dispersión de las manifestaciones por la huelga general.
La furgoneta policial en la que viajaban los dos policías acusados realizó la siguiente ruta: plaza de Urquinaona, plaza de Catalunya, Rambla de Catalunya, Gran Via y paseo de Gràcia. Allí se detuvo. Eran las 20.49 horas y la situación era de “tranquilidad”, “quedando escasos manifestantes”, que estaban en “fase de dispersión” y se “marchaban voluntariamente”. Nadie llevaba objetos peligrosos.
MEDIDAS DE PRECAUCIÓN
La acusación pública sostiene que en esa parada en el paseo de Gràcia, los dos mossos acusados bajaron de la furgoneta y, a pesar de que no se requería el disparo de pelotas de goma y los agentes podían haber recurrido a “medios menos lesivos”, el subinspector dio la orden “inmediata” al escopetero de disparar. La fiscalía sostiene que el mando “no tomó todas las medidas de precaución necesarias para evitar menoscabar la integridad física ajena” antes de dar la esa instrucción a sus subordinado.
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El escopetero, según la fiscalía, hizo dos disparos de pelotas de goma de “manera sucesiva”, a pesar de que no había “riesgo” ni para él ni para sus compañeros, sin adoptar, tampoco, las medidas necesarias para no herir a terceras personas. Uno de los proyectiles impactó en el ojo izquierdo de Quintana.
La acusación particular va más allá y afirma que “aunque los dos agentes no buscaban directamente causar lesiones graves a un ciudadano como puede ser la pérdida de un ojo, desde el momento en que representó la altísima probabilidad de causarlas y no desistieron de su conducta, asumieron plenamente que el riesgo que generaron se materializara en el nefasto resultado lesivo que efectivamente ocurrió” con la mutilación que padeció Quintana.
SALVAS Y MÁS DISPAROS
Los agentes acusados, en cambio, niegan que se dispararan pelotas de goma. Sus abogadas, Lydia Lajara y Olga Tubau, sostienen que el subinspector ordenó que se dispararan salvas, y que así lo hizo el escopetero. En sus escritos destacan, sin embargo, que “se efectuó cuanto menos un tercer disparo” por otro mosso, a la vez que reconocen que Ester Quintana sufrió en su ojo izquierdo el impacto de un proyectil policial”. Eso sí, alegan que pudiera ser de viscolástica y no una pelota de goma. Destacan que no lo dispararon los acusados, pero no aclaran quien lo hizo. Fuentes judiciales aseguran que será importante a la hora de redactar la sentencia el resultado de los informes periciales, tanto los balísticos como los de posicionamiento de las furgonetas policiales en el lugar en que sucedieron los hechos.
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