CATALÀ DE L'ANY

Joan Pere Barret, el cirujano capaz de operar lo inoperable

El doctor del Hospital del Vall d'Hebron ha realizado 2 de los 30 trasplantes de cara que se han hecho en el mundo

Joan Pere Barret

Joan Pere Barret / periodico

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El cirujano Joan Pere Barret (Barcelona, 1967) relata en su blog que cuando era un niño quería ser ebanista, en imitación del oficio de su padre, al que acompañaba con frecuencia en el taller intentando extraer la forma de algún objeto de los trozos de madera que encontraba. Esa afición por modelar figuras fue preludio de la profesión que ahora ejerce de forma brillante en el Hospital del Vall d’Hebron, de Barcelona, donde es responsable del área de cirugía plástica y quemados, un servicio de referencia internacional. Es doctor en Medicina por la Universitat de Barcelona y por la de Groningen, en Holanda. Completó su formación en cirugía plástica, reparadora y estética en Texas (EEUU) y en el Reino Unido.

Barret defiende la idea de que cuando quieres conseguir algo que te importa es imprescindible invertir esfuerzo en ello. Todo el empeño que sea necesario. Él ha actuado así desde niño y no tiene inconveniente en relatar su intensa dedicación al estudio en la edad escolar y las excelentes notas que obtuvo a cambio, unas calificaciones que le proporcionaron las becas que la economía familiar agradeció.

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Tras cursar Medicina, tuvo claro que su especialización sería cirugía plástica, reparadora y estética, y en ello invirtió los cinco años de formación como médico interno residente (MIR). “Era la especialidad que me iba a permitir intervenir cualquier parte del cuerpo, de la cabeza a los pies, recuperar los tejidos que el paciente hubiera perdido por cualquier causa, así como modelar y embellecer”, relata Barret.

EL ROSTRO MÁS DIFÍCIL

Esa tenacidad lo ha convertido, con los años, en un destacado cirujano que ha realizado con éxito dos complicados trasplantes de cara, emprendidos en el Vall d’Hebron en el 2010 y el 2015. En todo el mundo, se han hecho hasta ahora 30 trasplantes de rostro. El último de los realizados por Barret está considerado internacionalmente como el implante de cara de mayor dificultad asumido hasta ahora. El paciente, un hombre de 45 años, había sido declarado “inoperable” en todos los centros sanitarios en los que pidió ayuda, entre ellos, la Clínica Mayo y el Hospital de Harvard, ambos de EEUU.

La intervención -en la que hubo que extirpar un tumor no canceroso en crecimiento, formado por una desordenada masa de venas- se prolongó 27 horas y en ella intervinieron 45 profesionales. El riesgo de hemorragia masiva fue absoluto, pero la pericia del cualificado equipo concluyó con éxito una operación que es referencia internacional. El trasplante de cara, advierte Barret, es el paradigma que sintetiza a todos los trasplantes humanos- "La cara es una estructura anatómica muy complicada en la que confluyen multitud de funciones: el habla, la expresión gestual y de emociones, la psicología de la persona -explica-. A los retos de un trasplante hay que sumar, en este caso, los de la cirugía plástica, imprescindible".  

El cirujano Barret introdujo en España la aplicación de las células madre adultas –del propio paciente receptor— para el tratamiento de grandes quemaduras, ámbito con indudable proyección en el futuro. Las dos primeras intervenciones con células madre las realizó en el 2014, en el Vall d’Hebron. El cultivo de células madre adultas con fines regenerativos es uno de los ámbitos innovadores que más interesan al cirujano Barret, hombre proclive a la innovación y el perfeccionamiento de las técnicas quirúrgicas.

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