No solo para droga y porno
Grandes comercios aceptan una moneda más conocida por su uso en el cibercrimen
Detrás del bitcoin no solo hay grupos de delincuentes informáticos que secuestran ordenadores y piden el pago en esta moneda virtual ni redadas de páginas web que comercian con pornografía infantil, drogas y programas dañinos, y que recurren a esta moneda virtual por las dificultades para ser rastreada. «Hay mucha curiosidad intelectual y un interés por un nuevo sistema de pago que comienza a dar sus primeros pasos», recuerda Aleix Ripol-Creuheras, portavoz de la Barcelona Bitcoin Community, un grupo de emprendedores y programadores que se reúnen para explorar nuevas perspectivas de negocio en torno a la moneda.
El bitcoin ya es aceptado en muchos comercios, algunos tan poco sospechosos como la red de tiendas estaounidenses Walmart, la tienda Xbox de Microsoft o el sistema de pago Paypal, pero está prohibido en países como China.
En España, Madrid fue la primera ciudad donde se consiguió que las tiendas de una calle comercial admitieran pagos en bitcoins. Fue en un tramo de la calle de Serrano, en la llamada Milla de Oro porque concentra los comercios más caros de la capital, y participaron tiendas de lujo como Prada o Carolina Herrera pero también hoteles, bares y servicios profesionales, desde médicos a artistas o diseñadores como Agatha Ruiz de la Prada, que sigue admitiendo bitcoins para compras en su web.
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En Barcelona, ya hay un puesto de bocadillos (The Dog is Hot), otro de comida preparada (Nostrum Aribau), una tienda de telefonía (Yoigo), una empresa de mudanzas y varios profesionales, como un consultor de tecnología, un artista o un diseñador. Y la idea es ir extendiéndola a pequeños comercios. «Si les dices que el de al lado lo ha puesto, no quieren quedarse atrás. Para ellos son ventajas, porque van a cobrar igual y el tema les da publicidad gratuita porque van a salir en muchos medios», señala Borja Rossell, de BTCPoint, que aspira a lograr que una calle de Ciutat Vella repita la experiencia madrileña para la nueva edición del Mobile World Congress, el próximo mes de marzo.
Otro mercado posible son las transacciones internacionales, por la falta de comisiones bancarias. «La idea es que los extranjeros puedan usar sus bitcoins en un cajero del que saquen euros porque no hay comisiones internacionales», comenta Rossell. De momento, para promocionar el sistema, la empresa que presta el servicio no aplica la comisión que espera cobrar en un futuro.
También las oenegés se han apuntado al carro por la ausencia de comisiones, como Save the Children en su campaña contra el ébola, Greenpeace (no en la web española) o la Electronic Frontier Foundation (EFF). Y algunas páginas de apuestas deportivas.
Asimismo los bancos han mostrado su interés por la criptomoneda, que la legislación española considera una «compra de acciones». Para el BBVA, la «tecnología es innovadora y potencialmente disruptiva en diferentes servicios digitales, pero como moneda virtual es todavía un experimento que se enfrenta a grandes retos y tiene un alto riesgo». Otros, como Bankinter, han incluso financiado a empresas que operan con estas tecnologías. Para fuentes de La Caixa Research, el bitcoin «ha perdido un poco el foco y comporta riesgos por la volatilidad de la cotización».
Y sobre la utilidad del bitcoin para el blanqueo de dinero, Ripol ironiza: «Ya funciona muy bien el sistema de paraísos fiscales y sobres. No necesitan otro nuevo».
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