DESBLOQUEO DE LA PLANIFICACIÓN HASTA EL 2020

El Govern pide que el cuarto cinturón sea rediseñado

Los tres partidos llegan a un acuerdo que desatasca el pacto nacional de infraestructuras tras años de discusión

CRISTINA BUESA
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ya hay pacto nacional de infraestructuras. Los tres partidos que apoyan al Govern alcanzaron finalmente ayer un acuerdo que cierra años de discusiones y desencuentros. PSC, ERC e ICV-EUiA se han deshecho de la piedra en el zapato más molesta que han tenido durante este mandato y el pasado. Han consensuado qué Catalunya quieren hasta el 2020 y han cedido todos un poco respecto a las propias exigencias. En cuanto a uno de los aspectos más espinosos, la culminación de la construcción del cuarto cinturón, piden a Fomento que rediseñe el trazado.

El tripartito madura. Una vez abandonados los debates estériles sobre la nomenclatura de la vía --que si Ronda del Vallès, que si orbital, que si B-40--, los tres partidos han llegado a la conclusión de que el cuarto cinturón es necesario para la movilidad metropolitana, tal como admite el texto al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. Algunos verán en este reconocimiento la claudicación de ICV, aunque la fórmula a la que se ha llegado satisface a todos. En el pacto nacional de infraestructuras, que ayer al mediodía consiguió el visto bueno de los tres partidos, se concreta que la Generalitat presentará al Ministerio de Fomento nuevos trazados alternativos a la propuesta que hoy está sobre la mesa.

ESTRENO EN VERANO

El cuarto cinturón es una carretera que unirá Abrera (Baix Llobregat) y Granollers (Vallès Oriental) por Terrassa y Sabadell (Vallès Occidental). El primer tramo, de solo cinco kilómetros, se estrenará este verano entre Terrassa y Viladecavalls. De hecho, únicamente se han adjudicado (o se está trabajando en ellos) 16 de los 60 ki-

lómetros de los que consta la carretera. No obstante, Fomento mantiene como fecha de apertura el año 2011. La participación del Ejecutivo catalán en el nuevo dibujo del recorrido podría alargar este plazo.

Pero no solo de cuarto cinturón habla el esperado pacto. De hecho, las infraestructuras viarias son un apartado importante, pero las ferroviarias lo son aún más. Y también se aclara otra de las dudas que ha generado más fricciones, sobre todo entre el PSC y los ecosocialistas: la construcción de la línea de muy alta tensión (MAT) entre Bescanó (Giro-

nès) y Baixàs (Francia).

SÍ A LA MAT

En el documento del pacto, las tres fuerzas políticas también dan el sí a la MAT. Con la coartada de garantizar el suministro eléctrico y aumentar la fiabilidad del sistema, la Generalitat facilitará la culminación de la obra. Sin embargo, promoverá que se compacten algunos de los trazados eléctricos existentes y, en aquellos lugares en los que sea posible, se soterre. De hecho, los gobiernos español y francés --que al fin y al cabo son los responsables de esa línea-- ya han acordado que el tramo que cruza los Pirineos discurra bajo tierra.

En el apartado de energía no hay calendarios. En el resto de capítulos, hay algunos proyectos que cuentan con la concreción de si pertenecen a la primera o a la segunda fase del plan. El Govern plantea que la primera englobe las obras previstas en los próximos seis o siete años. Se trata de aquellas que o bien ya están en marcha o el Ejecutivo considera que son prioritarias. Además, los tres partidos se autoimponen el compromiso de revisar los objetivos cada dos o tres años.

DIÁLOGO SOCIAL

Las infraestructuras que relaciona el pacto nacional tienen un presupuesto global de entre 55.000 y 60.000 millones de eu-

ros. Con el documento consensuado ayer, la Conselleria de Política Territorial i Obres Públiques iniciará el lunes una nueva ronda de conversaciones tanto con la oposición (CiU y PP) como con las cámaras de comercio, las entidades sociales, los sindicatos y los grupos ecologistas, entre otros. El objetivo es lograr el máximo consenso posible y, previsiblemente, que el Govern apruebe el plan el martes 5 de mayo.

La cocción de este acuerdo ha sido lenta. Tanto CiU como PP han insistido hasta la saciedad en los últimos dos años en que el Govern de Entesa no era capaz de aparcar sus diferencias respecto a las infraestructuras que necesitaba el país. El reconocimiento de ese problema y la crisis económica, que pide a gritos activar la obra pública, han obligado al tripartito a negociar y negociar. Fuentes conocedoras de las largas (y a veces tensas) conversaciones aseguraban ayer que no hay vencedores ni vencidos, que lo principal es que se ha llegado a un acuerdo para cambiar el modelo económico, territorial, tecnológico y medioambiental de Catalunya.