El sistema judicial

Los jueces de paz de los pueblos solo perciben 90 euros cada mes

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Es el último eslabón de la justicia. El más próximo y conciliador. El más cercano al ciudadano. Son legos en derecho. No han pasado por oposición alguna e imparten justicia en poblaciones pequeñas, de hasta 1.999 habitantes, por solo 90 euros al mes. O por 360 euros en localidades de más de 15.000 vecinos. Les paga el Ministerio de Justicia, pero en un futuro será la Generalitat quien se hará cargo de ellos. Mezclan altruismo y vocación de servicio. Los jueces de paz catalanes reivindican que se les reconozca su labor, que se les ofrezca una mayor formación y se les dote de más medios. Y no es para menos, pues en Catalunya, los 897 que ejercen esa función cubren un territorio donde viven 2,7 millones de personas (el 38,22% del total de la población). La Conselleria de Justícia ha informatizado estos organismos.

Para ser juez de paz solo hay que ser mayor de edad, contar con estudios medios, no estar afiliado a ningun partido político ni sindicato, carecer de antecedentes penales y residir en el municipio donde se pretende ejercer esa labor. Son elegidos por los ayuntamientos y nombrados por el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC). Compaginan su tarea de administrar justicia con la profesión que les permite cobrar un sueldo para sobrevivir, aunque muchos de ellos son jubilados. Los pensionistas aseguran que tienen tiempo para dedicarse a ello y que al realizar esta labor se sienten activos.

INSCRIPCIONES EN EL REGISTRO

Una de las prácticas más importantes que realizan en la actualidad los jueces de paz en Catalunya son las inscripciones en el registro civil. En el 2006 se efectuaron 368.221 actuaciones de estas características. En el ámbito civil llevaron a cabo 156.058 diligencias --en muchos casos, cumplimentar exhortos de otros juzgados--, y en la justicia penal, 172.159. Es decir, los 897 jueces de paz catalanes practicaron en total 696.414, lo que representa el 6% más que en el 2005. La mayoría de estos colaboradores de la justicia (793) ejercen en municipios de menos de 7.000 habitantes.

"En muchas ocasiones actuamos como mediadores. Por ejemplo, en conflictos por la limitación de las lindes, por un camino que cruza unos terrenos o por la utilización de un pozo de agua", explica Jordi Gallego, juez de paz de El Rourell (Alt Camp). "Intentamos mediar entre los vecinos para no llegar a juicio", apuntan Rosa María Canela, de Cabra del Camp (Alt Camp), y Claudi Perarnau, de Rellinars (Va-

llès Occidental).

Y eso que las condiciones en las que trabajan son peculiares. Las dependencias son cedidas por el ayuntamiento de cada localidad --habitualmente el juzgado está en el mismo edificio consistorial-- y en algunos casos se producen situaciones más que curiosas, como tener que celebrar juicios en la sala de espera del médico del pueblo. Y lo complicado es actuar en un caso en el que el ayuntamiento está implicado. "Somos independientes", repiten.

En Catalunya hay localidades importantes --como Esparreguera, Castelldefels, Sitges, Sant Cugat del Vallès, Sant Adrià del Besòs y Montcada i Reixac-- donde no hay jueces profesionales. Son jueces de paz los que tienen que enfrentarse a los pleitos. Joan López, juez de paz de Montcada i Reixac (Vallès Occidental), acude al juzgado tres días a la semana. De vez en cuando celebra juicios de faltas --insultos entre vecinos o asuntos similares--, aunque su principal tarea es la inscripción de nacimientos, muertes y bodas en el registro civil. "No lo hago por dinero", resalta López . Tiene cuatro funcionarios y un secretario, pero es que en Montcada i Reixach residen 33.000 personas.

CURSOS DE FORMACIÓN

La situación en la que desempeñan su función los jueces de paz en Catalunya no es la idónea --está previsto que en el futuro las competencias sean asumidas por la Generalitat--, pero en el resto de España los medios son más precarios. Al menos, el la comunidad catalana la Conselleria de Justícia promueve periódicamente cursos de formación, moderniza el sistema informático e impulsa la incorporación de nuevas tecnologías.