Un colegio concertado penaliza a los padres que no pagan cuotas

JORDI CASABELLA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El colegio concertado Llor de Sant Boi (Baix Llobregat) exige a los alumnos que no han adquirido el material escolar en el centro que aporten desde hojas en blanco, botes para hacer burbujas, globos, sugus y piruletas, en el caso de los más pequeños, a vísceras de animales (corazones y riñones), destornilladores, martillos, limas, alicates, soldador eléctrico, aceite, sal, detergente, arroz, cemento, arena y grava, entre una lista interminable de materiales que tendrán de ir y venir a lo largo del año de casa a la escuela. Para evitarse semejante trajín pueden optar por pagar una cuota "voluntaria" que oscila entre los 200 y los 300 euros anuales, según el curso.

El colegio, que escolariza a unos 1.200 alumnos y recibe fondos públicos por un valor de unos 2,5 millones de euros anuales, cobra 0,8 céntimos por cada fotocopia que reparte en el aula a los alumnos (0,10 si es en color) que no han satisfecho aquella cuota. Y en algunos casos se les impide dejar el material de uso diario en clase, como el plumier, a diferencia de lo que ocurre con los que sí atienden los pagos, con el pretexto de que no pueden responsabilizarse de su desaparición. Así lo atestiguan diferentes denuncias tramitadas en la Conselleria d'Educació y el Ayuntamiento de Sant Boi.

PROTESTA

Una veintena de padres acudió ayer a los servicios territoriales de Educació en el Baix Llobregat para reclamar que no se discrimine a sus hijos por haber hecho valer su derecho a no comprar el material en la escuela. "El mensaje que te envía la dirección es claro: si no pagas, tendrás problemas, con lo que fuerzan a todo el mundo a pagar unas cantidades exageradas", afirma uno de los padres díscolos. Una de las dos asociaciones de padres del centro, el Ampa per a la Participació, que apoya la protesta, ha evaluado en unos 284.000 euros la cantidad a recaudar en concepto de material por parte del colegio.

El centro, en el que Educació detectó meses atrás irregularidades en el cobro de las cuotas voluntarias, factura entre 169 y 194 euros mensuales, según el nivel educativo, a las familias por diferentes conceptos, todos ellos voluntarios, entre los que figura una donación de entre 25 a 40 euros a fondo perdido. Un centenar de familias, según fuentes del AMPA per a la Participació, no pagan esa última cuota.

El director del colegio, Tomàs Cabello, se defendió ayer tarde de las acusaciones de los padres negando que ejercer el derecho a no comprar el material en el centro conlleve algún tipo de discriminación. Al preguntársele por el cobro de fotocopias que se emplean para trabajar en el aula, admitió que había un tipo de material que se entregaba a todos, "exámenes, circulares y comunicados", y otro "que se puede elaborar o no", a criterio del profesor. "Y este hay que comprarlo", zanjó.

Al ser interrogado sobre si era necesario que los que no han adquirido el material tengan que acarrear los destornilladores desde casa cuando tienen clase de Tecnología en la ESO, precisó que, en esa disciplina, "un destornillador es como un lápiz". Cabello afirma que solo una treintena de familias no ha comprado el material en el centro.