Éxito de Prime Video

Crítica de 'The Boys (temporada 4)': el supervillano es el trumpismo

El 'showrunner' Eric Kripke aclara la misión de su sátira superheroica en una temporada cargada de dardos contra la extrema derecha conspiranoica 

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Antony Starr (Patriota) y Ryan (Cameron Crovetti) en la nueva temporada de 'The Boys'

Antony Starr (Patriota) y Ryan (Cameron Crovetti) en la nueva temporada de 'The Boys' / Prime Video

Juan Manuel Freire

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'The Boys (temporada 4)'

Creador: Eric Kripke 

Dirección: Phil Sgriccia, Karen Gaviola, Eric Kripke 

Reparto: Karl Urban, Jack Quaid, Antony Starr, Erin Moriarty

País: Estados Unidos

Duración: 60 min. (8 episodios; tres vistos para reseña)

Año: 2024

Género: Acción superheroica

Estreno: 13 de junio de 2024 (Prime Video)

★★★★

Han sido dos largos años desde la anterior temporada de 'The Boys', pero sus fans han tenido, al menos, el tentempié de lujo de 'Gen V', 'spinoff' universitario casi mejor de lo que tenía derecho a ser. Sea como sea, ahora llega el plato principal: otra temporada de esa salvaje serie de acción y drama y comedia negra que hace sorna del género superheroico a la vez que, queriendo o sin querer, puede sublimarlo.

En un primer momento se podía ver la serie desarrollada por Eric Kripke, inspirada en un tebeo aún más negro de Garth Ennis (guionista) y Darick Robertson (dibujante), como una sátira de los superhéroes y su creciente presencia en nuestra cultura. Había incursiones divertidas entre las bambalinas de proyectos cinematográficos muy similares a los de Marvel o, si tenemos en cuenta la ponderosa pomposidad, quizás más bien DC. Sin embargo, Kripke nunca ha disimulado su intención de querer ir más allá de la cultura pop y abordar en realidad nuestra situación como sociedad.

Un paralelismo "buscado"

El infame Patriota (Antony Starr) no es solo un Superman sociópata, sino la representación hiperanabolizada de esos líderes carismáticos a los que muchos siguen a causa (y no a pesar) de su mal comportamiento. "Pueden hacerse paralelismos con algún expresidente de Estados Unidos", me contaba Kripke en una entrevista por la anterior temporada. "Son paralelismos totalmente buscados. Cuando entiende que no debe comportarse bien para gustar, arroja a un lado todas las vallas de contención". 

En otras palabras, el supervillano ha sido siempre el trumpismo. Al principio de la cuarta temporada, estar acusado de asesinato no representa el fin de Patriota, sino más bien otro motivo de admiración para muchos. Sea como sea, necesita reafirmar su poder, en parte porque ha empezado a tener pelos púbicos blancos. Para ello intenta (sin enorme suerte, al menos en principio) convertir a su hijo Ryan (Cameron Crovetti) en nuevo súper de referencia y emprende una renovación de Los Siete en la que destaca la incorporación de Salvia (Susan Heyward, antigua Tamika de 'Orange is the new black'), la persona más lista del mundo. Quizá demasiado lista para pasar mucho tiempo lidiando con Patriota.

'Chicos' en crisis

Por la parte de los (algo más) buenos, es decir, The Boys, también se respira crisis. La banda se cuela en una fiesta de noche electoral para cumplir una misión imposible que acaba en el peor final posible. Carnicero (Karl Urban), degradado en el equipo impulsado por él mismo, lucha con los problemas de salud causados por el uso del V Temporal y con la impotencia por ver a Ryan, hijo de su difunta esposa Becca, en manos de Patriota. Hughie (Jack Quaid) se enfrenta a la visita más inesperada en mitad de una crisis familiar. Lo único estable en este universo parece la relación de este último con Luz Estelar (Erin Moriarty), o mejor dicho, Annie January, como está luchando en vano por ser conocida.

Los problemas de súpers y justicieros, sus escaramuzas mutuas, se traducen nuevamente en una mezcla equilibrada de la sátira con la emoción sincera. Hollywood recibe lo suyo, como en esa secuencia del rodaje de una película de A-Tren (Jessie Usher) con aparición de un salvador blanco en el gueto. Pero Kripke tiene aquí preocupaciones más importantes, como el auge de la extrema derecha conspiranoica o la transformación de Instagram en fuente de relativas noticias, en plataforma para esparcir el odio y la desinformación. 'The Boys' puede tener chistes muy gruesos (además de muy buenos, sobre todo si son sobre cuestiones genitales), pero a la vez, es fácil detectar bajo todo ese jolgorio juvenil una verdadera desesperación por la precipitación de sofisticadas sociedades occidentales hacia la sinrazón. En esta temporada como en ninguna otra, nuestra sonrisa ridícula puede quedar congelada en cualquier momento.