Psicología

"Necesito llorar para desahogarme pero no puedo": esto también nos ayuda

Nuestras emociones necesitan ser descargadas y reguladas

Persona triste

Persona triste / 123RF

Ángel Rull

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Llorar es una respuesta biológica natural que tiene múltiples funciones psicológicas y físicas. Desde una perspectiva evolutiva, el llanto ha servido como una señal no verbal para comunicar vulnerabilidad y solicitar ayuda sin palabras. Psicológicamente, llorar es una válvula de escape para las emociones reprimidas; es un mecanismo que permite al individuo enfrentar sus sentimientos de pena, estrés o incluso alegría desbordante.

Además, el llanto actúa como un proceso de autorregulación emocional, ayudando a las personas a recuperar el equilibrio psicológico después de una experiencia de pérdida o frustración. Es una forma de exteriorizar emociones que, si se reprimen, podrían causar efectos nocivos en nuestra salud mental y física. Cuando lloramos, no solo estamos expresando un dolor interno, sino que también estamos trabajando activamente para superarlo.

Fisiológicamente, llorar también tiene sus beneficios. Las lágrimas no solo humedecen los ojos, sino que también pueden eliminar sustancias químicas que se acumulan durante el estrés, como la prolactina. Además, el acto de llorar puede activar la producción de endorfinas, nuestras hormonas naturales del bienestar, que nos ayudan a sentirnos mejor después de un buen llanto. Este proceso no solo es liberador, sino que también conlleva un efecto calmante y restaurador.

¿Qué beneficios tiene?

El llanto es, por tanto, una herramienta esencial para nuestra salud emocional y física. Liberar lágrimas ayuda a disminuir la intensidad emocional antes de que alcance un pico que podría ser más difícil de manejar. Esta catarsis emocional no solo alivia el dolor emocional, sino que también promueve un estado de calma y puede facilitar un nuevo enfoque de las situaciones que nos afectan.

Además de proporcionar un alivio inmediato, el llanto fortalece nuestras capacidades de resiliencia al permitirnos enfrentar y procesar emociones profundas. En contextos sociales, compartir nuestras lágrimas puede fortalecer vínculos con otras personas, creando una atmósfera de intimidad y apoyo mutuo. Es una expresión de sinceridad y vulnerabilidad que permite a los demás entender nuestro estado interno y ofrecer consuelo.

Está también la perspectiva de que llorar mejora nuestra salud de manera integral. Estudios han mostrado que, después de un periodo de llanto, muchas personas reportan no solo una reducción significativa en su nivel de estrés, sino también una sensación general de mejora física, posiblemente debido a la eliminación de toxinas y la mejora en la regulación del sueño que el llanto promueve.

¿Podemos desahogarnos emocionalmente de otra forma?

Aunque llorar es un método efectivo para manejar las emociones, no es el único. Algunas personas encuentran difícil llorar o simplemente prefieren buscar otras vías de expresión emocional. Es importante recordar que cada persona es única y lo que funciona para una puede no ser efectivo para otra. Alternativas como escribir en un diario, practicar la meditación, realizar actividad física, o incluso participar en actividades creativas como la pintura o la música, pueden ser igualmente válidas para procesar y liberar emociones.

Estas alternativas nos permiten canalizar nuestras emociones de manera constructiva y a menudo ofrecen una nueva perspectiva sobre nuestros problemas. Al final, lo esencial es encontrar un método que se adapte a nuestras necesidades y nos permita enfrentar nuestros sentimientos de manera saludable. Por ejemplo, la meditación y las técnicas de respiración pueden ayudar a algunas personas a alcanzar un estado de calma mental que facilita el manejo de las emociones de forma más eficaz, reduciendo la necesidad de llorar al procesar el estrés de manera diferente.

Además, actividades como el ejercicio físico no solo mejoran nuestra salud física, sino que también actúan sobre nuestro estado emocional. El ejercicio puede ser un poderoso antídoto contra la ansiedad y la depresión, liberando endorfinas que naturalmente mejoran nuestro humor. Por lo tanto, correr, nadar o cualquier forma de actividad física regular puede ser una excelente forma de desahogarse sin necesidad de llorar.

Alternativas a llorar para desahogarnos

Llorar mejora nuestra salud de manera integral. Estudios han mostrado que, después de un periodo de llanto, muchas personas reportan no solo una reducción significativa en su nivel de estrés, sino también una sensación general de mejora física, posiblemente debido a la eliminación de toxinas y la mejora en la regulación del sueño que el llanto promueve.

Pero ¿qué otras alternativas tenemos para desahogarnos?

1. Escribir

Plasmar nuestros pensamientos y emociones en papel es una forma poderosa de enfrentar lo que sentimos. Esta práctica puede ayudarnos a ordenar nuestros pensamientos y, a veces, a descubrir soluciones previamente ocultas a nuestros conflictos internos. Además, el simple acto de escribir lo que sentimos puede ser en sí mismo un acto terapéutico, liberando tensiones de manera similar al llanto.

2. Actividad física

El ejercicio libera endorfinas, las cuales tienen un efecto positivo en nuestro estado de ánimo. Un simple paseo al aire libre o una sesión de yoga pueden marcar una gran diferencia en cómo nos sentimos. La actividad física también puede servir como una distracción útil, permitiéndonos alejarnos temporalmente de las emociones abrumadoras hasta que estemos más capacitados para enfrentarlas.

3. Meditación y respiración consciente

Estas técnicas ayudan a calmar la mente y a reducir el estrés. Al centrarnos en el momento presente, podemos alejarnos de las preocupaciones que inundan nuestra mente y encontrar un estado de serenidad. La meditación puede enseñarnos a aceptar nuestras emociones sin juzgarlas, lo que es fundamental para manejar sentimientos intensos de manera saludable.

4. Arte y creatividad

Actividades como la pintura, la escritura creativa o incluso la cocina, permiten expresar lo que no podemos verbalizar. Estas actividades creativas pueden ser una salida para nuestros sentimientos y un refugio seguro para nuestras emociones. Además, el proceso creativo mismo puede ser profundamente satisfactorio y enriquecedor, proporcionando un sentido de logro y autoexpresión.

5. Conexión con la naturaleza

Pasar tiempo en un entorno natural nos ayuda a poner en perspectiva nuestros problemas y a reconectarnos con un ritmo más lento y más natural de la vida. Observar la simplicidad de la naturaleza puede ser un recordatorio poderoso de que muchas de nuestras preocupaciones son temporales y manejables.

6. Escuchar música o ver películas

A veces, la música o las películas pueden provocar en nosotros las lágrimas que no podemos soltar por nosotros mismos. Estos medios pueden ser extremadamente catárticos, permitiéndonos sentir empatía y liberar emociones a través de las experiencias de otros. Alternativamente, la música calmante puede proporcionar un fondo sonoro que facilita la meditación o la relajación, ayudándonos a manejar el estrés de manera más efectiva.

Cada uno de estos métodos ofrece una vía alternativa para el desahogo emocional cuando llorar no es una opción. Lo importante es reconocer que tener un espectro amplio de herramientas para manejar nuestras emociones es crucial para nuestra salud emocional y general. Al integrar estas prácticas en nuestra vida diaria, podemos mejorar nuestra capacidad de manejar el estrés y las emociones negativas de manera más efectiva, encontrando paz y equilibrio en el proceso.

* Ángel Rull, psicólogo.