Psicología
¿Se puede recuperar una amistad perdida de la infancia? Hay que tener esto en cuenta
Los vínculos ausentes del pasado pueden generarnos vacío
Ángel Rull
Licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con más de 10 años de experiencia en el ámbito de la Psicología Sanitaria, tanto en clínica con población general, como en hospitales, con patologías más severas. Desde 2017, trabajo diariamente con personas de diferentes edades y con una amplio abanico de problemas de manera online, rompiendo las barreras físicas de la terapia convencional.
La infancia es una etapa fundamental en el desarrollo del ser humano, una época repleta de primeras veces y de experiencias que marcan el carácter y la personalidad. Las amistades que se forjan en esta etapa suelen ser intensas y puras, basadas en el juego, la imaginación y la espontaneidad. Pero, a medida que crecemos, la vida nos lleva por caminos diferentes, y esas amistades pueden desvanecerse.
La pérdida de las relaciones de la infancia
Las amistades de la infancia están impregnadas de inocencia y alegría. Son esos amigos y amigas con quienes compartíamos juegos, secretos y aventuras. No obstante, estas relaciones a menudo se ven afectadas por diversos factores a medida que transitamos hacia la adolescencia y la edad adulta. La pérdida de estas amistades puede dejarnos una sensación de nostalgia y un anhelo por reconectar con una parte perdida de nosotros mismos.
Como sabemos, el paso de la infancia a la adolescencia y luego a la adultez implica cambios significativos en intereses, responsabilidades y círculos sociales. Estas transiciones pueden llevar a la separación natural de los amigos de la infancia. Cada individuo crece y evoluciona de manera diferente. Lo que antes era un terreno común puede convertirse en diferencias insalvables. A veces, la distancia emocional y psicológica se vuelve más grande que la geográfica.
Causas principales de perder amistades de la infancia
No es raro que las personas cambien con el tiempo. Los intereses que una vez compartimos pueden divergir radicalmente. Mientras uno puede desarrollar una pasión por las artes, el otro puede inclinarse hacia las ciencias, creando un abismo difícil de superar.
También está la reubicación a diferentes ciudades o países como una de las causas más comunes de la pérdida de amistades. Aunque la tecnología permite mantener el contacto, la distancia física puede enfriar la relación, especialmente si no se hacen esfuerzos conscientes para mantener el vínculo.
Además, puede haber malentendidos y los conflictos, comunes en todas las relaciones. Sin embargo, en la infancia, podríamos no tener las herramientas necesarias para resolverlos adecuadamente. Estos pueden crecer y convertirse en resentimientos duraderos.
¿Es posible recuperar una amistad de la infancia?
La posibilidad de reconectar con un amigo o amiga de la infancia es una perspectiva emocionante pero también compleja. Es importante reconocer que la relación que se tenía puede no volver a ser la misma debido al tiempo y los cambios personales. Sin embargo, con esfuerzo y una actitud abierta, es posible revivir la conexión y tal vez incluso fortalecerla.
Cabe destacar que es fundamental diferenciar entre la persona que recordamos y quien es ahora. Idealizar el pasado puede llevar a expectativas poco realistas sobre la reunión. Reconectar en la adultez permite construir una relación más profunda y madura, apreciando tanto los recuerdos compartidos como la persona que cada uno ha llegado a ser.
Ten en cuenta esto para recuperar una amistad perdida de la infancia
Reconectar con un amigo de la infancia puede ser un viaje emotivo lleno de nostalgia y esperanza. Es un intento de retomar donde se dejó, pero con la sabiduría y la experiencia que los años han proporcionado.
Esto es lo que debes tener en cuenta:
- Reflexiona sobre el pasado: considera qué significó esa amistad para ti y qué emociones surgen al pensar en ella. Comprender tus motivaciones te ayudará a acercarte a la situación con claridad y honestidad.
- Toma la iniciativa: si sientes el deseo de reconectar, no esperes a que la otra persona dé el primer paso. Un mensaje, una llamada o incluso una carta pueden ser maneras significativas de romper el hielo.
- Reconoce los cambios: ambos han vivido vidas separadas con experiencias que han moldeado sus personalidades y visiones del mundo. Mostrar interés genuino en la vida del otro y compartir la propia puede crear un puente entre el pasado y el presente.
- Sé paciente y consistente: la confianza y la intimidad se construyen con tiempo. No te desanimes si las cosas no avanzan tan rápido como esperabas. La perseverancia y la empatía son claves en este proceso.
La posibilidad de recuperar una amistad de la infancia nos ofrece una oportunidad única para reconectar con nuestras raíces y con partes de nosotros que quizás hayamos olvidado. Es un camino que puede estar lleno de nostalgia, descubrimiento y crecimiento personal. Aunque no todas las amistades se pueden o deben reanudar, el acto de explorar esa posibilidad ya es valioso en sí mismo. Con empatía, paciencia y una mente abierta, puedes embarcarte en este viaje emocional hacia un reencuentro significativo o, al menos, hacia una comprensión más profunda de tu pasado y de ti mismo.
* Ángel Rull, psicólogo.
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