Psicología

Masculinidad tóxica: diez señales de que estás cayendo en ello

La imagen que proyectamos puede ser perjudicial para los demás

Hombre enfadado

Hombre enfadado / 123RF

Ángel Rull

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En los últimos años, el término masculinidad tóxica ha ganado cada vez más relevancia en el discurso público. Se refiere a un conjunto de comportamientos y actitudes que se consideran dañinos tanto para los hombres que los adoptan como para las personas que los rodean. La masculinidad tóxica no es algo exclusivo de los hombres, pero es más comúnmente asociada con ellos debido a las expectativas y normas sociales impuestas a lo largo de la historia.

¿Qué es la masculinidad tóxica?

La masculinidad tóxica se refiere a un conjunto de características y comportamientos negativos que se asocian tradicionalmente con ser hombre en muchas sociedades. Estas características incluyen la agresividad excesiva, la dominación, la supresión de las emociones, la presión para ser exitoso en todos los aspectos de la vida, la promoción de la violencia como medio para resolver conflictos y la objetificación de las mujeres.

Es importante tener en cuenta que la masculinidad tóxica no implica que todos los hombres sean tóxicos, ni que todas las características masculinas sean negativas. Más bien, se trata de los comportamientos y actitudes extremas que pueden tener un impacto perjudicial tanto en la vida de los hombres como en las personas que los rodean.

¿Cualquier hombre puede caer en la masculinidad tóxica?

La masculinidad tóxica no es inherente a la condición masculina, y cualquier hombre puede caer en patrones de comportamiento tóxicos si está expuesto a ciertos factores de influencia. La sociedad desempeña un papel crucial en la promoción de estas actitudes y expectativas perjudiciales.

Desde una edad temprana, a los hombres se les enseña a reprimir las emociones y a adoptar un comportamiento fuerte y dominante. Los estereotipos de género, los roles tradicionales y la presión social pueden influir en la adopción de la masculinidad tóxica. Sin embargo, es importante destacar que la masculinidad tóxica no es inevitable y que cada individuo tiene la capacidad de desafiar y cambiar estos patrones negativos.

Consecuencias de la masculinidad tóxica

La masculinidad tóxica tiene consecuencias negativas tanto para los hombres que la adoptan como para aquellos que se ven afectados por ella. En primer lugar, los hombres que siguen estos patrones de comportamiento pueden experimentar altos niveles de estrés y presión para cumplir con las expectativas impuestas. La supresión de las emociones también puede conducir a problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.

Además, la masculinidad tóxica puede tener un impacto dañino en las relaciones interpersonales. La agresividad excesiva y la falta de habilidades de comunicación pueden llevar a conflictos y alienación con amigos, familiares y parejas románticas. Asimismo, la objetificación de las mujeres y la promoción de la violencia contribuyen a la perpetuación de la desigualdad de género y la violencia de género.

Diez señales de que estás cayendo en la masculinidad tóxica

La masculinidad tóxica es un fenómeno extendido y perpetuado en todas las sociedades actuales. Implica una serie de rasgos que dañan y perjudican tanto a la persona que lo lleva a cabo como a la gente de alrededor. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de ello.

Estas son las señales más importantes que nos indican que estamos cayendo en la masculinidad tóxica:

1. Supresión de emociones: creer que los hombres no deben mostrar emociones o expresar vulnerabilidad, lo que lleva a la negación o supresión de tus propios sentimientos.

2. Dominio y control: sentir la necesidad de tener poder y control sobre los demás, ya sea en relaciones personales o en el entorno laboral.

3. Agresión física o verbal: recurrir a la violencia física o verbal para resolver conflictos o mostrar superioridad.

4. Desprecio hacia las mujeres: sostener actitudes machistas, tratar a las mujeres como objetos sexuales, menospreciar su inteligencia o capacidad, o perpetuar estereotipos de género.

5. Homofobia o transfobia: mostrar actitudes negativas o discriminatorias hacia personas homosexuales o transgénero, como burlas, insultos o rechazo.

6. Competitividad destructiva: sentir la necesidad de demostrar constantemente superioridad sobre otros hombres, lo que puede llevar a actitudes hostiles y despreciativas hacia ellos.

7. Presión por la fuerza física: Sentir la necesidad de demostrar constantemente tu fortaleza física y resistencia, asociando el valor personal con la capacidad de ser fuerte.

8. Riesgo innecesario: Buscar sensaciones de peligro o tomar riesgos innecesarios para demostrar valentía o virilidad, sin tener en cuenta las consecuencias para ti mismo o para los demás.

9. Represión de la sexualidad: Creer que ser un hombre de verdad implica tener una alta actividad sexual o demostrar constantemente interés sexual, lo que puede llevar a conductas irresponsables o dañinas.

10. Aversión a la ayuda profesional: resistirse a buscar ayuda o apoyo emocional, ya que puede considerarse como una debilidad o falta de masculinidad.

La masculinidad tóxica es un problema que afecta a hombres y a la sociedad en su conjunto. Reconocer las señales de que estamos cayendo en patrones de masculinidad tóxica es esencial para desafiar y superar estos comportamientos negativos. Promover una masculinidad saludable implica desafiar los estereotipos de género, fomentar la igualdad y la empatía, y permitir que los hombres se muestren vulnerables y expresen sus emociones.

Es fundamental que las personas tomen conciencia de las expectativas y normas sociales que perpetúan la masculinidad tóxica y trabajen hacia una sociedad más equitativa y respetuosa. Al reconocer y abordar la masculinidad tóxica, podemos construir un futuro en el que hombres y mujeres se sientan libres de vivir y expresarse plenamente, sin estar limitados por roles de género restrictivos y dañinos.

* Ángel Rull, psicólogo.