Loquillo: "Frente a la banalización, el arte debe ser transgresor"

Una imagen cierra'El hijo de nadie' (Ediciones B), el libro en el queLoquillo dispara a matar con su habitual apasionamiento sobre lo divino y lo humano: la creación, la política, la crisis, el negocio de la música. La imagen es tan decisiva como el trineo de 'Ciudadano Kane'. A saber:José María Sanz, Loquillo, vivió durante 18 años en un piso del barrio delClot de Barcelona que en 48 metros cuadrados compartían padre, madre, abuela, tía y dos periquitos. José María dormía en el pasillo.

Cómo aquel chico llegó a convertirse en una de las estrellas más incombustibles de la música pop española es algo que puede seguirse entre líneas en este libro, producto de una larga entrevista con el críticoLuis Hidalgo,que a algunos puede parecer irritante y a otros el Loco en estado puro. ALoquillo no le van las sutilezas, pese a ser un amante probado de la poesía. Suelta verdades, sus verdades, como puños. Pero debajo de esa proverbial chulería es fácil intuir a aquel chico que dormía en el pasillo y que logró dejar atrás el sofá de escay, sin renegar de él. Habla de ello en una pausa en su actual gira de conciertos que lo llevará a Girona el 4 de mayo.

-- ¿Este negocio está lleno de juguetes rotos, músicos que subieron como la espuma y después se evaporaron. ¿Cómo se consigue una permanencia de 30 años?

--¿Frente a esta época de banalizacion el arte debe ser transgresor. Es una cuestión de actitud. Suelo decir que los cantautores miran al infinito, los indies al suelo y yo miro de frente. Ahora nos enfrentamos a que los derechos de autor se privaticen y a que los bancos, ¡los bancos! los gestionen. A eso hay que añadir el 21% del IVA. Lo que conseguirán es que el acceso a la cultura sea, cada vez más, de unos pocos.

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