El desprendimiento de retina, como el de Feijóo, en los casos graves requiere estar boca abajo semanas

¿Por qué se produce?

El desprendimiento tiene lugar cuando la retina, que es el tejido transparente que cubre la parte posterior del ojo, se desgarra o se perfora. Y “en los miopes, con miopía magna, es más frecuente porque la retina es más fina y estirada”, explica el doctor Ferran Mascaró Zamora, jefe de oftalmología del Grupo Teknoftal.

¿Qué tipos de desprendimientos hay?

El más común se denomina regmatógeno y se produce de manera espontánea y provoca la separación de la retina de los tejidos subyacentes. Y el tipo menos común se produce en personas con diabetes no controlada o que tienen antecedentes de otras enfermedades de retina. 

¿Qué síntomas provoca?

De repente, el afectado empieza a ver como moscas volantes, o sombras, o destellos de luz, pero sin tener dolor ni en el ojo ni alrededor. Según el doctor Mascaró, es “crucial” acudir al especialista a que haga una revisión cuanto antes, para actuar y evitar que entre líquido en la retina a través del desgarro.

Si no se acude pronto, esas moscas negras pueden transformarse en manchas cada vez más grandes que tapen parte del campo visual y se produce en pocas horas, de ahí la necesidad de acudir al médico para que haga un diagnóstico temprano. 

¿Cuál es el tratamiento? 

Si el desprendimiento es pequeño, se utiliza un láser para sellar el agujero antes de que se produzca propiamente el desprendimiento de retina o entre líquido. Pero si la retina ya ha sufrido un daño mayor, se tiene que realizar una vitrectomía, que consiste en extraer una parte o la totalidad del humor vítreo y sustituirlo por un gas, que hace que la retina vuelva a su sitio. Además, se usa un láser para sellar el agujero. Y, en los casos más graves, cuando el desprendimiento vuelve a aparecer, se utiliza una especie de aceite de silicona, que tiene que ser retirado posteriormente.

¿Por qué hay que permanecer boca abajo? 

En el caso de que se emplee un gas para corregir el desprendimiento, hay que permanecer boca abajo para que la burbuja flote en la posición correcta y no aprisione al cristalino. El reposo depende del tipo de daño, de la operación y del tipo de gas empleado, pero puede ir de una semana hasta un mes, siendo lo más común dos semanas. Como se trata de una posición tan incómoda, en las ortopedias se pueden alquilar sillas y cojines que facilitan poder leer, ver la televisión, el móvil, dormir o comer en esa postura.

No obstante, si se llega a tiempo y en la operación solo se emplea láser, sin vitrectomía, no hace falta permanecer boca abajo, solo se requiere unos días de reposo. 

¿Se recupera la visión?

Normalmente sí, pero si el desprendimiento ha sido grave, no se recupera del todo o puede volver a aparecer el problema, por lo que hay que recurrir a soluciones más complejas, como el empleo del aceite de silicona.