Los consejos de Maria José Valiente

Reirse de uno mismo, algo más que humor

Nuestra plasticidad cerebral, junto con la capacidad de generar humor, activa el sistema límbico

Genera complicidad y confianza, favorece ser aceptado y evita que los demás se rían de ti

María José Valiente

María José Valiente / EL PERIÓDICO

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Imagínate que has tenido un mal día, estás de muy mal humor y solo tienes ganas de llorar por la impotencia que sientes dentro de ti. Pero, sin esperarlo, pasa algo divertido ante ti, sonríes, y acabas riendo. ¿Qué está pasando? Que paralelamente al proceso cognitivo que estás viviendo en ese momento, encuentras divertida una escena, generas respuestas emocionales positivas, y cambia tu estado anímico.

 Una buena carcajada tiene excelentes beneficios por la salud, a corto plazo. Al empezar a reír, no solo se alivia la tensión mental acumulada, sino que en el ámbito biológico provoca cambios físicos en el cuerpo.

Reirse tiene consecuencias

· Aumenta la satisfacción personal.

· Relativiza las cosas y resta importancia al drama.

· Mejora el sistema inmunitario.

· Aumenta y después disminuye la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

· Aumenta las endorfinas que se liberan en el cerebro.

· Estimula muchos órganos.

· Aumenta la entrada de aire con un mayor contenido de oxígeno.

· Estimula el corazón, los pulmones y los músculos.

· Reduce el cortisol, y por tanto activa una mejor respuesta al estrés.

· Una carcajada incontrolable y desenfrenada mejora los ánimos.

· Genera bienestar y relajamiento.

· Calma la tensión.

· Estimula la circulación.

· Ayuda a relajar los músculos.

Así pues, desde la vertiente psicológica hay que tener en cuenta que nuestra plasticidad cerebral, junto con la capacidad de generar humor, activa áreas específicas de nuestro cerebro como son el sistema límbico y la corteza prefrontal, haciendo que el humor no quede sólo al hecho superficial, sino que activa todo un despliegue de redes neuronales de mayor complejidad.

Reírse de uno mismo es una muestra de alta autoestima y seguridad

Cuando una persona tiene pensamientos positivos, libera neuropéptidos que ayudan a combatir el estrés y alivian el dolor de algunas enfermedades.

No se reirán de ti

Hay que decir que reírse de uno mismo favorece ser aceptado por los demás, a la vez que evita que los demás se rían de uno, porque se borra el objetivo que genera la prohibición de reír de algún fallo o defecto propio. Reírse con los demás, no de los demás, ayuda a conectarse con otras personas. Y reírse de uno mismo es una muestra de alta autoestima y seguridad, generando simpatía y admiración. Mejora el estado de ánimo. Muchas personas sufren de depresión, a veces a causa de enfermedades crónicas. La risa puede ayudar a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, y puede hacerte sentir más feliz. También puede mejorar tu autoestima.

¿Y cómo podemos conseguirlo?

Aprender a reírse de uno mismo es poder. Cuando una persona sufre a la hora de hablar en público, va muy bien mostrarse natural y empezar o haciendo de vez en cuando alguna broma divertida sobre sí misma. De esta forma, romperá el hielo y también será más difícil que los demás se rían de ella, porque ya ha sido la misma persona la que lo ha facilitado. Entonces, ya no tiene la misma importancia que alguien que se mantiene rígido y no soporta que se rían de él.

También es interesante recordar que cuando una persona ha pasado o pasa un trance, la prueba más fehaciente de haberlo superado es reír de algunos momentos o anécdotas de este período y sonreír, y reírse de uno mismo: disparates que, bajo los efectos de no saber gestionar las emociones, ha podido llegar a decir o mostrar.

No confundirse

Sin embargo, no debemos confundir la risa de uno mismo con el trastorno dismórfico corporal enfermedad donde la persona que la padece no deja de pensar en sus defectos, incluso se ve defectos que nadie ve. 

Una forma de reír cada día es recordar alguna situación en la que habrías querido desaparecer del mapa

Hablamos de reírse de uno mismo de forma sana. De hecho, el sentido del humor es propio de personas inteligentes y con buena autoestima. Saben que riéndose de sí mismas ya nadie tendrá ganas de reírse de ellas. Las personas orgullosas que quieren ser perfectas, hacen que los demás tengan más ganas de reírse de cualquier error que incomode a su ego.

Cuando quisiste desaparecer

Una forma de reír cada día es recordar alguna situación en la que habrías querido desaparecer del mapa y que, en cambio, ahora, con el paso del tiempo, ríes cuando lo cuentas y lo encuentras muy gracioso y divertido. Pero, sobre todo, se trata de ser capaz de aceptar tus errores. Piensa que no has venido aquí a ser perfecto, has venido aquí a ser feliz, errar es humano, y es justamente la principal fuente de sabiduría.

Y, por cierto, qué sensación tan bonita cuando ríes con alguien, y mientras reís piensas en la suerte que tienes de tener esa persona en tu vida. Porque reír une a las personas y genera complicidad y confianza.