Ficción y emoción

La salud mental en serie: una ficción muy real

Seis propuestas para quedar atrapado en el sofá y penetrar en los entresijos de la mente

Homeland-primera-temporada_MDSIMA20121213_0164_5-450x253

Homeland-primera-temporada_MDSIMA20121213_0164_5-450x253

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Verano, vacaciones (no para todos, recordémoslo siempre), calor asfixiante. Para quien opta por convertir su casa en refugio climático, está harto de ver tiro con arco en los Juegos Olímpicos y quiere indagar en la salud mental de forma amena, la suerte está de su parte. Las plataformas ofrecen una gran variedad de propuestas de ficción y no ficción en las que se abordan cuestiones punzantes y dolorosas con todos los matices emocionales, incluido el humor. De la mano del experto en series y plataformas, Pep Prieto, esta es una propuesta de menú para lanzarse al sofá a por una maratón de series con las que entender más qué les pasa a quienes sufren algun trastorno, que somos prácticamente todos.

Simone Biles rising

Sí, es una serie sobre una deportista de élite, pero incluye rconfesiónes íntimas muy humanas y creíbles (el miedo, la soledad...) sobre cómo gestionar un proceso de ansiedad y depresión. Aparecen cuestiones como la presión mediática y la competitividad extrema cuando alguien se convierte en una estrella, pero también -y esto es esencial- la manera comprensiba con la que la familia acepta que Biles, en los Juegos de Tokio, decidió apearse del pedestal para cuidarse. Su madre al teléfono, le dijo, nada más saberlo: 'está bien, no quiero que salgas si no estás bien y que puedas hacerte daño, tienes que cuidarte, descansa'. Su frase en rueda de prensa en Tokio tiene un valor incalculable: "Hay que poner la salud mental primero, porque si no disfrutas del deporte ni vas a cosechar tantos éxitos como quieiseras, está bien apartarse de una gran competición para centrarse en uno mismo, porque esto demuestra lo fuerte que eres, como competidora y como persona".

Atypical

Especialmente recomendable oara quien todavía crea que el autismo es algo simpático e incluso 'guay' como se sugería en la comercial película Rain Man. Atypical (en Netflix), aborda capítulo a capítulo lo mal que lo pasa el protagonista para experimentar procesos tan aparentemente sencillos como tener una cita con una chica o saber captar una ironía. La serie es eminentemente útil y pedagógica porque sabe de qué habla. Pero es algo más: ofrece un retrato familiar que nos demuestra que, en realidad, todos tenemos nuestras limitaciones emocionales.

Such brave girls

Pocas veces se puede reir tan a gusto. Mejor dicho, sonreir, ante la relación entre una madre y sus dos hijas, una de ellas con depresión. Diálogos explícitos, comedia negra, y referencias explícitas a cuestiones tan graves como las autolesiones, el deseo de morir, la sexualidad o, sencillamente, lo dura que es la vida. Una advertencia: una vez que se ingiere el primer capítulo, es difícil no caer en una sobredosis de esta serie que, además, lleva el sello de garantía de intérpretes británicas.

Afert Life

Sin duda es una de las apuestas más crudas. Sin matices. El planteamiento no admite bromas: el protagonista pierde a su mujer debido a un cáncer. Y pasa a ver todo lo absurdo (que no es poco) de las convenciones humanas, de los trabajos y de las hipocresías. Sí, se convierte en alguien insoportable. Y, además, con un terapeuta bastante inepto (para ser amables). Todo ello genera, aunque parezca mentira, una mirada muy humana sobre la tristeza. Y destellos de ternura extraordinarios. Si se añade a ello la mordacidad de los diálogos y una banda sonora muy bien seleccionada, además de una interpretación muy trabajada de Ricky Gervais, tenemos muy buenos ingredientes para adentrarnos en esta propuesta que demuestra que se pueden hacer series sobre la tristeza, para adultos, sin bromas tontas que las edulcoren.

Homeland

De acuerdo, no es para nada una serie sobre salud mental. Se trata de una producción 100% basada en los parámetros clásicos del thriller político relacionado con espionaje, terrorismo y lealtades. Pero su protagonista padece un trastorno mental. Es decir, que la serie incorpora esta circunstancia con naturalidad, cosa difícilmente imaginable hace pocos años. Sufre el trastorno y lo esconde, porque en su tarea (servicios secretos) automáticamente perdería puntos y sería etiquetada como una "loca", como de hecho le espeta uno de los personajes cuando lo descubre. Así que la propuesta tiene que ver con la intriga pero incorpora de forma transversal el componente mental, que de hecho va impregnando las dudas respecto a casi todo lo que va aconteciendo.

Mr Robot

Como Homeland, se trata de una serie más bien centrada en el género del thriller trepidante, con un joven protagonista, Elliot, que es técnico de día y hacker de alto nivel de noche. Pero en las tramas paralelas aparecen cuestiones como la relación con su padre, y emociones muy vivas como la tristeza o la irascibilidad. Y, sí, aparece la psicosis las drogas, y a una cuestión como la genialidad desbocada, siempre controvertida tratándose de enfermedades mentales. Ello a cargo de un gran Rami Malek que encaja como un guante en la personalidad de Elliot. En lenguaje médico lo llamaríamos patología dual. La serie tiene críticas excelentes y está en Amazon.