EL DESAFÍO DE LAS PANTALLAS

Guía para gestionar el uso del móvil de los adolescentes

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SANAMENTE: conversación con la psicóloga María José Valiente

Fidel Masreal

Maria José Valiente

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Según UNICEF, una tercera parte de los niños adolescentes menores de dieciocho años, tienen acceso a Internet. La inmensa mayoría de niños tienen acceso a más de un dispositivo digital. Es importante pararse a pensar en la repercusión negativa que este hecho conlleva a la vida de los niños. Por ejemplo:

· Reduce el juego espontáneo.

· Reduce la interacción cara a cara.

· Impide el contacto físico entre ellos.

· Reduce la escritura manual.

· Genera deficiencias en el desarrollo cognitivo, emocional y las habilidades motoras.

Y, por otra parte, pueden pasar horas solos delante de las pantallas, lo que aumenta sustantivamente sus miedos y les genera una visión de la realidad sesgada. Un niño, adolescente o joven que hace un uso descontrolado del móvil, no duerme suficientes horas, cuando resulta que dormir es imprescindible para obtener un buen rendimiento escolar o de estudio.

El uso descontrolado de los móviles favorece el bulliyng y la necesidad de aprobación de los demás

En cuanto a los adolescentes, el uso descontrolado de los móviles favorece el bulliyng, las comparaciones y la necesidad de aprobación de los demás y de haber de cumplir unos parámetros que se van creando sin ninguna formación guiada, y la mayoría de las veces totalmente superficial. Los adolescentes presentan dificultades para mantener una autoestima alta en una etapa de la vida que ya es difícil por sí misma, pues se producen cambios físicos, hormonales, personales y emocionales, que junto con la dependencia de los móviles genera una confusión mental que les cuesta mucho gestionar y les genera problemas de salud mental.

Situaciones arriesgadas

La necesidad de conseguir likes les lleva a situaciones arriesgadas y no deseadas realmente, pero por las que esperan obtener un reconocimiento personal. A todo esto se suma el peso de los influencers que trabajan por casas comerciales y que van poniendo de moda las canciones, ropa, etnias, lugares, política, tendencias, profesiones… De modo que se va configurando una especie de corriente que la mayoría de adolescentes quieren seguir por la propia necesidad natural adolescente de reconocimientos de los otros y pertenencia al grupo.

Curiosamente, algún momento de la vida todo el mundo ha vivido un acoso por la calle, y actualmente se habla y se toma conciencia, llegando incluso la educación en las escuelas al repsecto, pero en lo que se refiere a las redes sociales hay un vacío legal porque actúan desde el anonimato, y es necesario que el móvil sea una herramienta de llamar y responder, no para poner aplicaciones.

Es necesario que el móvil sea una herramienta de llamar y responder, no para poner aplicaciones

Por suerte, hay muchas escuelas que hacen dejar los móviles dejando el móvil en una caja, y lo recuperan al salir. La juventud queda abducida en la atracción de las pantallas y en la manera conseguir dopamina de forma inmediata. Sin embargo, también hay rasgos positivos en el uso de las tecnologías, como pueden ser:

· Información rápida de temas diferentes.

· Educación: Facilidad a la hora de aprender idiomas.

· Aprender valores: Ver diferentes realidades de otros países y colectivos.

· Fomenta la participación ciudadana, causas de injusticia social, diferentes movimientos sociales.

· Creatividad en el ámbito del diseño, fotografía, video y música.

· Los jóvenes pueden ayudar y ser ayudados.

Qué pueden hacer los padres

· Retrasar la edad en que se compran o se dan pantallas a los niños.

· Tener acceso a los móviles de sus hijos.

· No permitir App hasta los dieciocho años.

· No dejar a los hijos solos encerrados en la habitación con las pantallas horas y horas.

· Por la noche, el móvil no entra en su habitación.

· No compartir información de los hijos en las redes.

Qué pueden hacer las escuelas

· No dejar entrar los móviles en el aula durante las horas de clases.

· Educar sobre el buen uso de los dispositivos digitales y explicar sus riesgos.

· Enseñar a pensar, no a qué pensar.

· Potenciar su valor personal independiente de las tecnologías.

· Fomentar el deporte.

· Dificultar el acceso de extraños al móvil.

Las escuelas que tienen prohibidos los móviles, o los hacen dejar en un armario han visto que los niños tienen mejor rendimiento y menos problemas de salud mental, según los estudios realizados.

¿A qué edad deben empezar a tener móvil los niños?

Existen diferentes situaciones y objetivos: entre 12 y 14 años, suelen obtener su primer móvil de cara a comunicarse con familias y amigos. Pero otra vez hay que tener en cuenta su uso. Y a los 15 años, casi todos los adolescentes tienen móviles.

Hay que diferenciar del móvil con apps instaladas, de los teléfonos con funcionalidades limitadas, esto es, móviles para niños que permiten llamadas y mensajes, pero que no tienen acceso a internet ni aplicaciones, lo cual es la mejor alternativa para niños más pequeños.

Control parental: No olvidemos la necesidad imperante a la hora de gestionar el uso del móvil por parte de los niños/adolescentes y asegurar que siguen las normas establecidas. Ahora bien, como cada casa es un mundo, deberemos tener siempre en cuenta diferentes factores:

· La madurez del niño.

· La logística familiar de cada casa.

· El control parental.

· La normativa del uso del móvil en casa.

Por eso, a pesar de recientemente el Reino Unido se está planteando prohibir los móviles antes de los dieciséis años de edad, cada niño y cada familia tiene una situación específica, y lo más importante es saber plantearse cuál es el objetivo y qué se quiere conseguir.