Chequeo psicoanalítico a Milei

Milei arremete en Madrid contra el socialismo y llama corrupta a la mujer de Sánchez

Sigmund Freud, en 'El malestar en la cultura', sostiene que la cultura genera malestar a partir de reprimir pulsiones primitivas del hombre. Freud sostiene que existe una antropología negativa en la que si pudiéramos nos mataríamos a palos, tendríamos sexo a diestra y siniestra hasta con perros y gatos y que justamente la cultura pone estos diques que hace posible la convivencia entre seres. El presidente Javier Milei encarna muchas cosas previas a la constitución de la cultura y las cosas que uno tiene que dejar de lado para vivir en sociedad.

Nos pasa a todos, todos tenemos ideas de lo más perverso, alocado y maligno pero las reprimimos. Milei, no. En la inauguración de un ciclo lectivo puede hacer comentarios sexuales incluso frente a niños y adolescentes hablando de animales envaselinados y del tamaño del miembro de un burro, sin ponerse colorado. Manifiesta contradicciones inmensas, como todos, pero sin sonrojarse. Personajes a los que defenestraba ayer los ensalza hoy, como su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Dijo de ella, por su pasado montonero, que ponía bombas en jardines de infantes.

Todos tenemos ideas de lo más perverso, alocado y maligno pero las reprimimos. Milei, no

La vida, una plantilla de Excel

La vida para él es una planilla de Excel. En la BBC le preguntaron por el caso de una jubilada y manifestó que no mira casos puntuales sino la macroeconomía. La vida para él son cálculos despojados de todo sentimiento de piedad o empatía para con el otro. Es también pragmático y no tiene el decoro que exige la diplomacia. No me refiero a una diplomacia de etiqueta y protocolo con tres o cuatro cubiertos a cada costado del plato. Me refiero a lo mínimo indispensable para poder convivir en sociedad, en armonía. Eso lo hace un personaje, un rock star, pero es un pan para hoy y hambre para mañana. Los fuegos artificiales quedan poco tiempo encendidos. Esto que tanto llama la atención se evidenciará como un verdadero fracaso.

El todo por la parte

Toma el todo por la parte. La parte sería la casta. Hizo campaña diciendo que los dirigentes, los políticos, los diputados, son todos una manga de ladrones, culpables de lo que está pasando. Y hace recortes inmensos en el Estado, por los que mucha gente está perdiendo su fuente de trabajo. Recorta por los jubilados. Pero todo lo que dijo que iba a combatir no lo combatió y parte de los dirigentes contra los que se enfrentó está en su mismo gabinete. Termina haciendo negociados con muchos de ellos y también hay empresarios, que serían 'casta', con los que negocia prácticamente la venta del país, mientras se rinde a empresarios de fuera, a los que no osa decir nada, como Elon Musk.

Todos están equivocados

En las entrevistas, siempre con prensa que habla bien de él, sostiene a menudo la frase de "no la ven", para referirse a los demás. Todos, según él, están equivocados, él es el único que tiene certeza absoluta. Ahora no va a pedir perdón por lo dicho respecto de la mujer de Sánchez.

Todos, según él, están equivocados; ahora no va a pedir perdón por lo dicho respecto de la mujer de Sánchez

Como se describe en el 'Malestar en la cultura', Milei se sale de los márgenes de la cultura democrática y vuelve a aspectos previos que otorgan un bienestar que en el caos del presidente argentino va a ser un bienestar pasajero porque en la plantilla Excel de los ya sin nada también la pre cultura pesa y el hambre generará una violencia inevitable que hará necesario nuevos o viejos líderes a la altura.

Damian Zelikman, politólogo especializado en comunicación y salud

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