Entrevista |

"No tengo miedo a la muerte, pido que Dios me lleve deprisa"

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Marina Vilalta ha logrado fama mediática por ser la pastora más longeva de Catalunya. Los urbanitas, como un servidor, acudimos a Bruguera, al valle de Ribes, en búsqueda de la receta de la felicidad, de mensajes bucólicos y de aventuras. Lejos de responder a todo esto, Marina, de 96 años, habla de forma descarnada, sincera y cruda de una existencia humilde dedicada al ganado, y de emociones amargas. De vida y de muerte.

-¿Dónde irá esta tarde?

-A sacar a las ovejas, aquí cerca.

-¿Cada día lo hace?

-Cada día. No he hecho ni un día de fiesta. Me llevan en coche y los perros y ovejas nos siguen. Bajo del coche, doy de comer a los perros y las ovejas pastan. Paso la tarde allí. Antes lo hacía desde las nueve de la mañana hasta las siete y media de la tarde. Me llevaba una cebolla, tomate, un poco de aceite y sal y el pan. Y una botella de agua.

-¿Desde cuándo?

-Empecé cuando tenía ocho años.

-¿Qué siente cuando está con las ovejas?

-Las quiero. Me gustan, sí. Y me pongo muy nerviosa. Pienso mucho. En mi familia de origen están todos muertos, no tengo a nadie. Solo tengo a una hermana, la más pequeña de la familia. Me pongo triste. Pienso. Si me animo un poco me pongo a cantar y viene una oveja, me acaricia. Si vienen a molestarme les doy algún garrtotazo. Y mira, me paso la vida así.

Si me animo un poco, me pongo a cantar, viene una oveja y me acaricia.

Entrevista a Marina Vilalta

Fidel Masreal

-¿Quiere a las ovejas?

-Sí, desde muy pequeña, con mi padre, habíamos tenido ovejas. No había nada más. Siempre he tenido la voluntad de estar con ellas, con las vacas. Éramos una familia muy pobre. No había comida para darles. Cuatro cabras, tres o cuatro ovejas, algunas vacas. Yo tenía cinco años e iba con mi padre. Por esto las aprecio. Las he apreciado siempre.

-¿Son dóciles, cariñosas?

-Son más cariñosas que las cabras. Conocen a su amo si las aprecia. Si no las aprecias, te lo demuestran, se apartan. Si las aprecias te vienen todas, me harían caer. Mi nuera me ayuda. Les doy un poco de pan y todas encima de ella. "Te harán caer", le digo.

-¿Siente soledad, en el campo?

-Sí, me emociono. A veces lloro un poco. Pienso en mis hermanos. Todo es ir pasando, lo bueno y lo malo. En casa todavía pienso más, me pongo triste y como no puedo hacer nada... Muchos tienen algún año menos y no se pueden mover, y doy gracias a Dios, todavía corro, todavía pienso. Y, de alguna manera, puedo estar agradecida porque puedo caminar.

-¿Qué opina de la ciudad?

-No me ha gustado nunca. Cuando era joven, las chicas me decían 'hay una fiesta ¿quieres venir?' No, no. Le dije: ¿Quién me cuidaría las ovejas? No, no. No me hacía ilusión. A los de ciudad les parece muy bonito venir un día, pero si tuvieran que vivir aquí no sabrían qué hacer. Esto es muy sacrificado.

A los de ciudad les parece muy bonito, pero si tuvieran que vivir aquí no sabrían qué hacer

-Tengo entendido que a Barcelona ha ido muy pocas veces...

-Cuando me casé y alguna otra vez, para ir a la clínica. Ahora he ido al Parlament, no había estado nunca.

-¿Qué opina de los teléfonos móviles?

-No me gustan. Lo encuentro ordinario. Antes no teníamos nada y ahora lo saben todo, pero demasiadas cosas y todo está alborotado. A los jóvenes les explicas cosas de lo que pasaba antes y no te escuchan o dicen que es mentira, que no es verdad.

-¿Qué recuerda de la Guerra?

-Venían a amenazar a mi padre y a mi madre con una pistola en el pecho. Yo lloraba. Me empujaron para que no llorase. Venían los aviones a bombardear Ripoll, Sant Joan de les Abadesses y Ribes. Aquí con una bomba mataron a dos personas.

A los jóvenes les explicas cosas de lo que pasaba antes y no te escuchan

-Se está perdiendo el oficio de payés...

-Se ha perdido del todo. No sé si mejorará. A los jóvenes que suben no les gusta, lo consideran aburrido. Nadie quiere hacer de payés. Lo veo muy negro, el futuro. S´í, también hay jóvenes que quieren hacer de pastor. Que lo hagan, si tienen voluntad y aman al ganado. Pero lo tienes que amar.

-¿Quiere a los animales?

-Sí, mucho. Tenía una perra pastora, que me quería mucho. Estaba enferma y se fue, ya lo hacen esto los perros cuando están enfermos, que se van lejos. Si encontrase al menos el rastro que dejó, quedaría satisfecha. Una vez una persona cogió una perra, le ató las patas de atrás, la colgó a un pino y la degolló. Me quedé muerta. No podía ni ver a esta persona. Es un salvaje.

-Usted ha trabajado mucho toda la vida.

-Mucho. He labrado. He hecho de todo. Tenía un burro, y el sábado iba a Ribes. En todas las casas me pedían que les llevara cosas. Comprábamos, cargábamos el carro. Y una hora y pico de Ribes hasta aquí. Pienso mucho en la gente que se ha muerto, gente a la que había tratado. Tengo tristeza por esto.

-¿Es feliz?

-No. Había sido un poco feliz cuando era más joven cuando iba con el ganado. No pensaba en nada. Pero se ha ido muriendo la gente y a medida que me he ido haciendo mayor no he sido feliz. No soy feliz. [Interviene el hijo preguntándole si no es feliz con su familia en casa]. Sí, os quiero a vosotros, caray. Aquí sí. En casa gracias a Dios estoy bien. Mi nieto cuida de las ovejas. Yo solo voy por tarde. A él le gusta hacerlo.

Se ha ido muriendo la gente y a medida que me he ido haciendo mayor no he sido feliz

-¿Le da miedo la muerte?

-No. Siempre pido que Dios me lleve deprisa. Yo lo pido. Si será o no será, no lo sé. Vendrá lo que vendrá. No tengo miedo. Y se me hace extraño que vengan tantos periodistas porque ¿qué tengo yo, si soy una desgraciada pelada? No sé de letras. Se me hace extraño.

-Pero siente amor por la tierra...

-Ahora ya me he desilusionado, estoy desilusionada, tanto me da una cosa como otra. Sí, voy a las ovejas. Por esto pido si pudiera tener una muerte digna que no haga sufrir a los de mi casa ni sufrir yo.

-¿Sin las ovejas estaría peor, se aburriría más?

-Me aburriría más. Me hace ilusión y me distrae.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Ser buena persona, tener buen corazón, apreciar a los tuyos y no molestar a nadie. La salud es lo principal.

Me gusta el silencio, cuando en casa ponen la tele pido que la apaguen, me da dolor de cabeza.

-¿Se enamoró?

-Amaba mucho a mi marido, pero enamorada no. Cuando las cosas tienen que ser, son. Nos conocimos en Campdevànol, en las fiestas. Me llevó mi hermana. Nos llevamos turrones y un trozo de pan. Fuimos allí y había un amigo de mi marido. Y le dijo: ¿De dónde son estas dos mozas?´ Yo era muy vergonzosa, mucho. Fuimos al baile y nos conocimos allí. Uno de ellos tocaba el acordeón. Había ovejas al lado. Nos conocimos. Fuimos novios dos años.

-¿Le gustan los pájaros?

-Se han perdido muchos. Esto me entristece. Antes ibas con el ganado y había un montón de pájaros en el prado. Ahora no se ve ninguno. Había muchos rossinyols que cantaban. Ahora ni un cucut. Per Sant Josep el cucut canta tot dret, pero con esta sequía...

-¿Le gusta el silencio?

-Me gusta el silencio. Antes me llevaba la radio, escuchaba la música. Sin la radio no sabía ir a ningún lugar. Ahora no. Y pienso cosas de mi padre, de la gente que he conocido y se han muerto. Y cuando en casa ponen la tele pido que la apaguen, me da dolor de cabeza.

-¿Echa de menos haber sabido leer y escribir?

-Sí, porque ahora veo que una persona sin tener esto... Pero no he tenido nunca paciencia -cuando era mayor, porque era tan vergonzosa- de ir a una maestra durante unas horas. No quería primero porque tenía trabajo. Y segundo porque me daba reparo ir siendo tan mayor ya.

ojalá tuviera una muerte así: te sientas aquí, te duermes y no te despiertas

-¿Le falta algo por hacer, en la vida?

-No, estoy satisfecha de todo. No me hace ilusión nada. Sacar las ovejas, sí. Porque en casa es siempre una hora más, un día más. Desearía morirme sin hacer sufrir a nadie.

-¿Ha pensado cómo le gustaría morir?

-Sí, ojalá tuviera una muerte así: te recuestas, te sientas aquí, te quedas dormida y no te despiertas.

-¿Y las ovejas?

-Las venderán, si encuentran un comprador.