Los mensajes de la música

Chequeo emocional a Eurovisión 2024

¿Incluyen las canciones favoritas mensajes psicológicamente saludables?

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La representante de Israel en Eurovisión 2024, Eden Golan,

La representante de Israel en Eurovisión 2024, Eden Golan, / EBU

Fidel Masreal

Fidel Masreal

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¿Qué valores emocionales trasmite Eurovisión? ¿Las habituales melodías pop pegadizas del concurso, incluyen algún mensaje de interés, en cuanto a la salud mental? ¿Qué valores nos aportan? SanaMente ha realizado un chequeo a las principales favoritas para ganar el festival, cuya final tiene lugar este sábado. Este es el resultado.

"Mis ataques de ansiedad"

En las apuestas la favorita es Rim Tim Tagi Dim, del croata Baby Lasagna. La ansiedad, una de las más habituales problemáticas en salud mental, está directamente citada en la letra de la canción, gracias a un ritmo entre el rock y el tecno que recuerda al Du Has de Rammstein

Podríamos afirmar que la canción normaliza los problemas de salud mental porque sus ritmos repetitivos pueden ser ilustrativos de este estado ansioso. "Necesito una ronda de descompresión", canta Lasagna, que habla insistentemente de que no hay vuelta atrás. "Espero encontrar paz en el ruido", dice la melodía, en un alegato evidente a la contradicción. "Mis ataques de ansiedad, no hay vuelta atrás, mi presencia se vuelve negra", repite y repite. No es evidentemente un mensaje de esperanza ni de calma. Pero trasmite un estado de ánimo muy habitual.

"Estoy perdiendo la cabeza"

Israel está entre las favoritas, pese a estar en el centro de la polémica por el boicot que se ha pedido contra la participación de este país por los bombardeos masivos a Palestina que han causado más de 34.000 muertos. Hurricane es el título de la canción interpretada por Eden Golan.

La letra y la música se mecen en la cuna de la canción ligera y poética. Pero también aparecen, aunque vagas, referencias a la salud emocional. "Estoy perdiendo la cabeza, aguantando en este viaje misterioso". "Pasaremos, pero el amor nunca morirá", dice la pieza. Mensaje, pues, de corte clásico en las canciones de amor con frases más cercanas a la autoayuda como "la vida no es un juego pero es nuestra". Al final, en hebreo, otro toque de autoayuda: "No hay necesidad de grandes palabras, solo oraciones".

"Tengo tantas cosas en la cabeza"

Suiza presenta esta canción del artista Nemo, que está también entre las favoritas en las apuestas oficiales.

Aquí hay poco mensaje emocional, pero si ciertos aromas alucinógenos (el video tiene tonos Queer y operísticos) y de contrastes sentimentales: "¿Quién decide lo que está mal y lo que está bien? Todo es equilibrio, todo es luz. Tengo tantas cosas en la cabeza y estuve despierto toda la noche. Estoy tan emocionado, es más grande que yo, me estoy emocionando mucho, déjame probar los altibajos".

"Tu felicidad está en tu mano"

Ucrania está entre las que tienen posibilidades gracias a una canción con la potencia de dos voces femeninas que enhebran un tema que va de los mensajes religiosos al rap, en una letra muy poco terrenal. "La madre Teresa y la virgen María están con nosotros", cantan. Tampoco se escapan de los mensajes de autoayuda: "Tu felicidad está en tu mano". Todo se centra en el poder espiritual frente a quienes "esconden el odio y la envida detrás de una sonrisa" o a cuando "cuando dejas entrar la ira en tu corazón en lugar de la bondad y el amor".

"Deprimido en mi azul del fin del mundo"

Y cuando una canción aborda la depresión, como es el caso de la que representa a Irlanda, lo hace en las antípodas de lo que genera habitualmente este trastorno. Si la depresión, es tristeza profunda, incapacidad de sentir emociones, pasividad... Doomsday Blue, de Bambie Thug, es un grito hardcore demoníaco.

"Estoy deprimido, deprimido en mi tristeza del fin del mundo", grita la artista. "Sé que estás viviendo una mentira, veo las cicatrices en tus ojos", añade. "Azul del fin del mundo/ hablo para destruir", concluye. Ninguna concesión al bienestar ni a la esperanza. Depresión asociada a negatividad. Y demonios. Y gritos. No sería la canción que una asociación antiestigma recomendaría para hacer pedagogía sobre la depresión.

¿No puedes oír mi dolor?

Francia, con Mon Amour, ofrece un desgarrador canto al amor, con la prodigiosa voz de Slimane. Es, más bien, un clásico de las canciones de todos los tiempos: implorar el regreso de la persona amada.

"¿No puedes oír mi dolor?¿Qué hacemos con esto?¿Me quieres?¿O no? Dime el lugar. Te esperaré. Y si no vienes, te esperaré. Es estúpido lo sé. Lo haré, lleno de esperanza. Te esperaré, te amo", canta Slimane a pleno pulmón. En términos emocionales, estaríamos ante la obsesión que genera el amor perdido. ¿Patológico, en términos de salud mental? Más bien no, más bien repetitivo.

"Todo lo que podemos hacer es reir"

Italia se presenta con una cumbia bailable y enérgica (de eso se trata en este festival, a no ser que apuestes por una balada), sí, pero que esconde algunas estrofas con cierta enjundia emocional. "Muero sin morir, estos días usados/ Vivo sin sufrir, no hay cruz más grande/Todo lo que podemos hacer es reír durante estas noches abrasadoras", canta Angelina Mango en La noia.

No se pueden sacar muchas conclusiones más allá de hacer un himno al aburrimiento, que da título al tema. "Mi collar no tiene perlas de sabiduría/Me dieron las cuentas de colores/ Para las niñas en mal estado con traumas / Para desenredar lentamente con la edad / Todavía soy una Pascua, mira, cero drama". Quizás en todo esto hay un cierto mensaje sobre los traumas infantiles con mirada de superación. O no.

"Estoy huyendo de mí mismo"

La canción Europa, representando a los Países Bajos, a cargo de Joost Klein (cuya participación está en el aire por un incidente con Israel) no tiene ningún otro mensaje que el de la Europa unida, y una cierta colección de tópicos sobre los principales países del continente bajo un ritmo maquinero. Pero también aparece cierto mensaje emocional: "Estoy huyendo de mí mismo, pidiendo ayuda todo el día. Sí, incluso le doy dinero a la gente, pero no hay nadie que me ayude".

"Me he construido por dentro"

La canción que representará a España hace semanas que generó su propia controversia. Zorra ha generado un debate sobre si se trata de una provocación irónica o una falta de respeto. ¿Y a nivel emocional? Pues la letra de Nebulossa representa el ejemplo más claro, entre las favoritas, de lo que es un mensaje positivo y en favor de la autoestima.

Sin ser una letra de alta calidad poética, sí muestra la emoción positiva: "Estoy en un buen momento, reconstruida por dentro, y esa zorra que tanto temías se fue empoderando", canta Nebulossa. Empoderarse, palabra fetiche de toda psicología positivista que se precie actualmente. Y las frases siguientes: "Estoy en un buen momento, solo era cuestión de tiempo, voy a salir a la calle a gritar lo que siento, A los cuatro vientos", las podría pronunciar una mujer en una sesión terapéutica en un momento de superación tras un período depresivo. Son, en este sentido, un buen ejemplo, este sí, de salud emocional en positivo. Tan en positivo que se permite insultarse irónicamente porque no le afecta.

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