Fiebre hemorrágica de Crimea Congo: qué es esta enfermedad detectada en Madrid, síntomas y contagio

La Comunidad de Madrid ha registrado un un caso de contagio de fiebre hemorrágica Crimea-Congo, después de que un hombre de 74 años acudiera a Urgencias del Hospital Rey Juan Carlos con fiebre y malestar general. Días más tarde se ha podido confirmar que la patología que sufre el paciente es la fiebre hemorrágica Crimea-Congo y que fue transmitida por la picadura de una garrapata en un municipio de Toledo, reubicándolo a la Unidad de aislamiento de alto nivel del Hospital universitario La Paz-Carlos III, donde se encuentra en situación clínica estable según la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Sintomatología más común

El periodo de incubación del virus es de entre 1 y 9 días y los síntomas leves pueden ser distintos: fiebre, dolor de cabeza o muscular, molestias en las articulaciones, así como hasta vómitos, náuseas y dolor abdominal. La patología podría agravarse y aparecerían petequias, unas manchas de color rojo que reflejan el sangrado por debajo de la piel. También surgen hematomas, así como sangrado nasal, de las encías o gastrointestinal. Cuando la enfermedad progresa al máximo nivel puede conllevar un shock debido a un fallo hepático o una insuficiencia renal, lo que causaría la muerte.

Precaución ante las garrapatas

Para prevenir esta enfermedad debemos mantenernos alejados de insectos como las garrapatas, pues son los que fácilmente transmiten este virus. En caso de encontrarnos en un entorno donde pueda haber, es recomendable utilizar calcetines largos y blancos para ver si se adhiriera alguna. Aun así, las probabilidades de que contagio son bajas siempre que la garrapata no esté en nuestro cuerpo durante 24 horas seguidas. Es importante también usar repelentes homologados para la piel y, en caso de tener mascotas, revisar si pudieran tenerlas en su piel y ponerles un collar antiparasitario, ya que este virus tiene una tasa de mortalidad media del 30%.

Existen casos de transmisión a través del ganado, aunque lo más común es por las garrapatas. Entre humanos, puede existir transmisión entre personas a través del contacto de la sangre, secreciones u otros líquidos corporales, por ello los infectados son internados en unidades de máximo aislamiento.