LA INFLUENCIA DEL CONFLICTO SOBRE INTEGRACIÓN

Así ven los vecinos de Rubí la controversia local con los 'menas' ante las municipales del 26-M

Pancarta a favor de la acogida de los 'menas' en Rubí.

Pancarta a favor de la acogida de los 'menas' en Rubí. / ANNA MAS

Àlex Rebollo

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Los bancos de piedra de la Avinguda de les Olimpíades de Rubí (Vallès Occidental) están pintados con tonos chillones. Amarillo, verde, azul, rojo, naranja y morado, cada uno de un color. “Llevamos 6 años aquí y, hasta hace una semana, habían estado siempre en cemento crudo”, señala Miguel Ángel, el dueño del bar Ca l’Armin, en el barrio de Can Rosés.

El bar está a unos escasos 200 metros del antiguo Hotel Terranova, donde se prevé abrir un centro de emergencia para Menores Extranjeros No Acompañados (‘menas’). En la calle Handbol, que desemboca en el hotel, los balcones muestran su oposición a la apertura del centro con pancartas que cuelgan de las barandillas bajo títulos como: “STOP centro de menores” o “Acoger sí, crear un gueto, no”.

Los vecinos descubrieron, de forma extraoficial y a principios de mayo, que las obras que se estaban realizando en el hotel eran para adaptar el centro de menores. Entonces, empezaron a concentrarse para pedir respuestas a las administraciones. La primera en acudir y pronunciarse fue la alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez, que desde el primer momento dio apoyo a los vecinos y criticó “las formas” con las que la Generalitat había llevado el asunto.

“Antes del 2 de mayo, no teníamos ni idea de la intención por parte de la Generalitat de abrir este centro en nuestra ciudad”, afirmó la alcaldesa. “Nosotros pedimos a la Generalitat que repensara este tema porque no nos parecía el lugar idóneo. Para nosotros, colocar a unas personas que vienen de sufrir unas determinadas condiciones de vida, todas juntas en un hotel... no es la mejor manera de integrar”, apuntaba Martínez.

La división entre rubinenses

La acogida de los ‘menas’ ha marcado el debate entre los vecinos de Rubí y ha generado división de opiniones. En lo que sí coinciden la mayoría de vecinos entrevistados es en que el tema tendrá repercusión en las elecciones municipales del 26-M. “Aquí ERC y PSC son los partidos que se han mostrado más fuertes. A ninguno de los dos les interesaba que se supiese de la construcción del centro y, ahora, los demás partidos se están beneficiando”, opina el propietario de Ca l’Armin.

Muestra de esa polarización generada son las distintas manifestaciones celebradas; por una parte a favor y, por otra, en contra. Un ejemplo simbólico: el pasado jueves 23 de mayo, dos manifestaciones, una pro acogida y una en contra, coincidieron a la misma hora en Rubí.

La manifestación a favor de la acogida de los ‘menas’ en la ciudad fue organizada por las entidades de Rubí Acull y Rubí Solidari, la cual logró reunir hasta 750 personas, según datos de la policía local. A su vez, un grupo de vecinos, convocados por la plataforma Stop Centre de Menors Rubí, se reunieron en la Plaça Esbart Dansaire.

Un tema que ha explotado antes de las municipales

El bar Ca l’Armin es uno de los puntos de referencia para recoger firmas contra la apertura del centro de ‘menas’ en el Hotel Terranova. En dos días han logrado un total de 40 firmas. “Yo no soy racista, pero varias actuaciones de las administraciones nos están haciendo racistas”, concluye Miguel Ángel. La mayoría de vecinos de Can Rosés parecen contrarios a la apertura del centro. Una vecina del barrio, de camino a casa, cree que “el centro va a traer problemas a la ciudadanía” y que la gestión del Ayuntamiento “puede perjudicar a la alcaldesa”.

En el centro de la ciudad, a unos treinta minutos a pie de Can Rosés, las opiniones se diversifican. Eva Aguilar, proveniente de Ecuador, llegó a Rubí en hace 16 años y afirma que el conflicto ha levantdo “demasiada polémica innecesaria”. “No todas las personas somos iguales y, porque haya alguno que lo haga mal, no podemos juzgarlos a todos por igual”, concluye.

En la misma línea de pensamiento se expresa Albert, un joven rubinense de unos dos metros de altura. Albert defiende que los posicionamientos contrarios al centro son fruto de “un estigma social que la gente ve como un peligro que realmente no existe”.  Albert también cree que el desarrollo de la cuestión puede influir negativamente al actual Gobierno local de cara a las municipales.

"Buscar una conciliación"

Liliana observa, acompañada de su perro, la manifestación a favor de la acogida de menores migrantes que asciende por la Avinguda Barcelona. Votante de la CUP, se muestra contraria a las reacciones sucedidas cuando saltó la noticia y cree que “no deberían ponerse tantos impedimentos, sino haber buscado una conciliación”.

Por su parte, la alcaldesa de Rubí pone énfasis en que “nosotros pedimos que, antes de tomar esta decisión [en referencia a la Generalitat], que de entrada a mí se me dice que está ya tomada, por favor paremos máquinas y nos sentemos a hablar política y técnicamente”.

Respecto a la idea de posibles intereses electoralistas, la primera edil quiere pensar “que es una coincidencia”, que la explosión del tema “se ha dado así”, aunque reconoce que “lo que hace es poner leña y dar munición a partidos que pueden utilizarlo para hacer campaña con eso”.

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